Uno de los temas de mayor actualidad a nivel mundial es el cambio climático y la transición energética hacia las energías renovables y la electromovilidad, cuando por ejemplo el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, presentó en abril pasado el informe 2022 del Panel Intergubernamental de Expertos (IPCC), enfatizando el alto sentido de urgencia que esta transición tenía para toda la humanidad.
En estos días estamos viendo las fuertes olas de calor extremo que agobian a Europa y otras regiones del mundo, se hace cada vez más necesario avanzar en la Transición Energética para reducir el Calentamiento Global a los niveles del Acuerdo de Paris del año 2015 que han suscrito ya cerca de 200 naciones.
En la Conferencia Internacional Copper 2022, que se realizará en Santiago del 13 al 17 de noviembre, conversaremos de múltiples temas relacionados con los diversos aspectos de la producción de cobre, entre ellos, por ejemplo, como el cobre es un material clave para la vida y como está contribuyendo para reducir el Calentamiento Global.
El cobre posee una enorme cantidad de atributos físicos y químicos que le permiten tener múltiples aplicaciones en la vida moderna y contribuye también de manera decisiva a reducir el Calentamiento Global a través de la electrificación de múltiples actividades. Algunas de estas cualidades son por ejemplo el que es un material relativamente abundante en el mundo (mucho más que la plata y el oro que también son buenos conductores), un excelente conductor de calor y electricidad, así como tener resistencia a la corrosión, ductilidad, maleabilidad y reciclabilidad, por todo lo cual se hace especialmente apreciado.
La Transición Energética se ha venido acelerando en los últimos tres años, debido a, entre otros factores, el continuo avance en la eficiencia de las energías renovables y la electromovilidad, las inversiones que se están realizando en el despliegue de estas tecnologías, mayor conciencia mundial por la descarbonización y la necesidad de la reducción del Calentamiento Global.
Como uno de las aristas de esta reducción del Calentamiento Global, el cobre se requiere por ejemplo para fabricar los autos y vehículos eléctricos, que en promedio consumen 4 a 5 veces más cobre que los autos a gasolina o diésel, así como para las nuevas facilidades y líneas eléctricas para suministrar y transportar grandes volúmenes de energía eléctrica requerida en las fábricas y hogares, así como para las piezas y partes de los parques fotovoltaicos y eólicos en tierra y Off-shore que producirán la energía requerida para un mundo con menos combustibles fósiles.
Dada las condiciones que tiene el cobre, este metal está en el centro de las soluciones mundiales para lograr la Transición Energética global desde los combustibles fósiles a las energías renovables. En otras palabras, no es posible materializar esta transición que muchos deseamos, sin el uso masivo de cobre.
Diversas organizaciones han levantado en los últimos años y meses sus puntos de vistas convergentes sobre la importancia de contar a tiempo con suficientes minerales para poder materializar la transición energética que permita la reducción del calentamiento global.
Entre ellas, el Banco de inversión Goldman Sachs que ha indicado que “el cobre es el nuevo petróleo”; desde la Agencia Internacional de Energía, señalaron que: “El cambio a un sistema de energía limpia, está listo para impulsar un gran aumento en los requisitos de estos minerales. Un rápido aumento en la demanda de productos críticos minerales, en la mayoría de los casos muy por encima de todo lo visto anteriormente, plantea enormes preguntas sobre la disponibilidad y confiabilidad del suministro”.
En tanto, del Fondo Monetario Internacional (FMI) señalaron que esforzarse por lograr el cero neto para 2050 “probablemente estimule demanda sin precedentes de algunos de los metales más cruciales”, lo que lleva a picos de precios que “podrían descarrilar o retrasar la propia transición energética”; el Banco Mundial declaró que un futuro bajo en carbono será muy intensivo en minerales porque la energía limpia Las tecnologías necesitan más materiales que las tecnologías de generación de electricidad basadas en combustibles fósiles y la Comisión Europea dijo: “El acceso a los recursos es una cuestión de seguridad estratégica para Europa tras la ambición de cumplir con el Green Deal. A medida que disminuye la demanda de combustibles fósiles, aumenta la demanda de materias primas, incluidas las tierras raras y los metales, podría dar lugar a nuevos desafíos de suministro en el curso de la transición energética”.
Asimismo, la Agencia Internacional de Energía (AIE) estima que las ventas de automóviles eléctricos pasarán de 3 millones de unidades en 2020 a 40 millones de unidades en 2030 y a unos 70 millones de unidades en 2040. Asimismo, la industria del automóvil de Estados Unidos, en el cambio más grande desde la revolución industrial que lideró Henry Ford, está invirtiendo hoy unos US$500 mil millones en nuevas plantas de autos eléctricos y de componentes para estos. Todas ellas estarán operando a plena capacidad en el quinquenio 2025-2030, lo que aumentará la demanda de cobre, así como de otros minerales.
Chile es el país de mayores reservas de Cobre y a la vez el mayor productor mundial del metal, que representa el 28,5% del mercado mundial de Cu.
Bancos de inversión, consultoras y otras organizaciones estiman que el cobre aumentará significativamente su consumo en los próximos 20 años, empujado por la enorme Transición Energética en curso. La consultora especializada Woodmac por ejemplo, ha estimado en el año 2021 que llegar a las temperaturas máximas del planeta, la demanda de cobre pasará de los 20 millones de toneladas del año 2020 a 29 millones a fines de la presente década y a 40 millones de toneladas en el 2040, duplicando así en menos de 18 años la demanda global del metal. Esto requiere sólo en los primeros 15 años de este ciclo, de una inversión de unos US$525 mil millones, tanto para mantener las actuales minas (que han venido envejeciendo) como desarrollar nuevas facilidades. Como Chile representa el 29% de la oferta mundial de cobre, para mantener su participación de mercado debería invertir unos US$152 mil millones en nuevos desarrollos de Cu.
Otras consultoras como Mckinsey and Co. han sumado su opinión positiva sobre la fuerza que está tomando la transición energética, entre otros análisis a través del informe “Unlocking opportunities from industrial electrification” de este año, que indica que la demanda de energía eléctrica se triplicará de aquí al año 2050. Asimismo, en el presente año se ha publicado el informe de S&P denominado “The Future of Copper”, que en general ratifica las visiones sobre la demanda entregada por otras organizaciones y entrega un pronóstico que indica que la demanda del metal se duplicaría hacia el año 2035, es decir un poco antes que lo que se estimaba previamente.
Por su parte, luego de algunos años de menor actividad, a nivel mundial la inversión en minería, está hoy más activa, especialmente en regiones tales como África, Asia y Norteamérica y se empiezan a perfilar diversos proyectos. Es así como el año 2021 la exploración minera global aumento un 35% y en el presente año se estima aumente entre un 5 y un 15%. Asimismo, comienzan a perfilarse diversos proyectos de inversión en distintas regiones, que apuntan a comenzar a satisfacer esta nueva y enorme demanda.

