En los últimos años han proliferado en Chile proyectos mineros de cobre con tecnología en base a Lixiviación Clorurada. En efecto, Antofagasta Minerals, CODELCO, BHP y Collahuasi, entre otras compañías, tienen en sus carteras proyectos para la transformación de sus operaciones hidrometalúrgicas a esta tecnología.
Entonces, la pregunta es qué está llevando a las compañías mineras a considerar migrar sus proyectos a la lixiviación. Este giro se explica por el alto impacto que tiene en la producción de cobre fino; la posibilidad de aplicarla en instalaciones hidrometalúrgicas existentes; operaciones mineras con recursos oxidados de cobre agotados, pero poseen recursos abundantes de minerales asociados a sulfuros secundarios y transicionales; la transformación de una planta es más rentable por menor CAPEX y OPEX, frente al proceso vía concentración por molienda-flotación; posee externalidades ambientales y comunitarias acotadas; son proyectos brownfield, con un nivel de interferencia operacional reducido; y los bajos costos del cloruro de sodio (sal), el que tiene una oferta desarrollada y cercana a los grandes yacimientos mineros.
Si bien hasta hoy la tecnología de Lixiviación Clorurada ha sido validada industrialmente para el tratamiento de sulfuros secundarios, estas mismas compañías se encuentran desarrollando intensos programas de investigación para la habilitación del Proceso de Lixiviación Clorurado con Temperatura. Esta variación de la tecnología está siendo estudiada a nivel de columnas de laboratorio, y presenta niveles de extracción de cobre para sulfuros primarios muy interesantes a temperaturas en el entorno de 40°C, emergiendo como una alternativa tecnológica competitiva para sulfuros primarios de cobre con baja ley de subproductos (molibdeno y oro).
No obstante, esto plantea la necesidad de evaluar a nivel de escala industrial varios aspectos relevantes sobre este proceso, como son el manejo de la temperatura y la disipación térmica para pilas de gran tamaño, las fuentes de calor, la estabilidad de la pila, la aireación, la materialidad en el entorno de la pila y en el transporte de soluciones, entre otros aspectos claves a la hora definir un proceso industrial.
Si bien los costos de capital y de operación de este tipo de proyectos poseen ventajas sobradas sobre los procesos de concentración convencionales, ya se vislumbran desafíos para la reducción de estos costos en los proyectos futuros.
Algunos aspectos que deberían ser abordados por los proveedores de equipos y consultores de ingeniería en estos nuevos proyectos son: soluciones ambientales amigables con el entorno; costos razonables para el manejo y control de temperatura en el seno de la pila como en el sistema de manejo de soluciones; control de corrosión con desarrollo de equipos en base a materialidad anticorrosiva más competitiva en comparación con los costos y largos tiempos de fabricación como los de titanio o hastelloy; incorporación en los diseños de carpetas y sistemas de drenajes de materiales con resistencia estructural adecuados a estas temperaturas, alternativos al tradicional polietileno de alta densidad; sistemas eficientes para el control y reducción de mayor cantidad de material particulado en soluciones de lixiviación; soluciones no tradicionales para el control de arrastres de cloruro en la nave de extracción por solvente hacia la nave de electro obtención, alternativo al costoso aumento de etapas de lavado y/o de coalescedores y decantadores; y diseño y materialidad de s sistemas de aeración de las pilas confiables, disponibles y eficientes.
El desarrollo de esta tecnología de lixiviación clorurada con temperatura está generando expectativas en el mercado minero y, de progresar en la línea que se vislumbra, provocará la extensión de la vida útil de las instalaciones hidrometalúrgicas existentes y que emerjan nuevos proyectos. Así, se aumentará progresivamente la demanda de soluciones tecnológicas de bajo costo e idóneas para el manejo de soluciones con alto contenido de cloruro.