Cobre + litio + hidrógeno verde= país desarrollado

Jun 24, 2021

FE DE ERRATAS: Esta columna fue publicada en la edición de junio de MINERÍA CHILENA, donde se indica que la inversión que se podría materializar a futuro era de US$3.000 millones, cuando en realidad son US$300.000 millones. Chile se encuentra en una encrucijada. Tenemos una oportunidad real de transformarnos en un país desarrollado, debido a […]

FE DE ERRATAS: Esta columna fue publicada en la edición de junio de MINERÍA CHILENA, donde se indica que la inversión que se podría materializar a futuro era de US$3.000 millones, cuando en realidad son US$300.000 millones.

Chile se encuentra en una encrucijada. Tenemos una oportunidad real de transformarnos en un país desarrollado, debido a los recursos económicos que podrían generar para el Estado, vía recaudación impositiva, el cobre, el litio y el hidrógeno verde, si mantenemos las actuales reglas del juego; o podríamos perder esta posibilidad si no somos capaces de dar certeza jurídica a las inversiones.

El litio, así como el cobre, son piezas centrales para la descarbonización y el desarrollo de las energías renovables. Sin embargo, para operar 24 horas se requieren de grandes baterías de acumulación de energía que contienen componentes de estos minerales. Por otra parte, serán los autos eléctricos los mayores consumidores de baterías de litio,  los que incorporan, además, cables, sensores y pequeños motores eléctricos, entre otros, que contienen cobre. Es decir, de nuevo el cobre se beneficia, pasando de 30 kilos en un auto a combustión a 80 kilos en uno eléctrico.

El consumo de litio mundial fue 400.000 toneladas en 2020 y se proyecta que será de un millón a 2027 y de dos millones en 2035, es decir, un crecimiento exponencial. Chile tiene la segunda reserva mundial, con la diferencia que son las de mejor calidad para lograr el llamado Grado Batería.

A las citadas buenas noticias para el litio, se da la contradicción de que Chile no cuenta con un marco regulatorio que permita que nuevos actores inviertan, aparte de SQM y Albemarle, que partieron hace más de 35 años explotando el potasio en el Salar de Atacama y el litio se dejaba como descarte hasta que empezó a tener mercado.

Entonces, es de primera prioridad que se definan las condiciones legales y tributarias para nuevos participantes, que además incorpore tecnologías nuevas que no invadan los salares con grandes piscinas de evaporación y que  consumen sólo el 10% de  agua que la utilizada por las tecnologías actuales en uso.

Se dice que el litio nunca va a ser tan importante como el cobre. ¡Claro que no, ni cerca!, pero Chile puede llegar a producir 500.000 toneladas por año, lo que, a precios actuales, sería unos US$6.000 millones en exportaciones y US$1.500 millones en impuestos y Royalty, según los gravámenes vigentes. La producción actual de litio paga aproximadamente 1/3 del total señalado.

Entonces, si el Congreso y la autoridad tienen la voluntad de pensar en el mediano y largo plazo manteniendo impuestos y Royalty como están actualmente, se podrán ejecutar todos los proyectos mineros, con su efecto multiplicador en la economía, y un aumento consecuente de la recaudación impositiva, afectando positivamente a la ciudadanía chilena.

Como siempre, y en este caso, quizás más que nunca, las autoridades y el Congreso tienen en su mano la llave del desarrollo de nuestro país por medio de crear las condiciones para que se materialicen los aproximadamente US$300.00 millones de inversión en cobre, litio e hidrógeno en 15 años.

Marcelo Awad, director de Pares&Alvarez

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