Disolución de Enacar pone fin a 161 años ligados al carbón

May 20, 2013

Alto costo de producción de carbón obligó a la compañía al cese paulatino de sus operaciones en Lota, Lebu y Curanilahue.

(El Mercurio) En abril, la junta de accionistas decidió liquidar la estatal, cuyo mayor propietario es Corfo. En la antigüedad, la empresa se denominó Carbonífera Lota-Schwager.

Su centenaria historia ligada a la extracción del carbón marcó a fuego a la ciudad de Lota y a sus poco más de tres mil habitantes que allí vivían a mediados del siglo XIX. Hoy, 16 años después de que se concretara el cierre definitivo del yacimiento minero que marcó el auge de la industria carbonífera, se escribe el último capítulo con la liquidación y disolución de la Empresa Nacional del Carbón (Enacar), estatal integrada por yacimientos de Lota, Lebu y Curanilahue, hoy todos cerrados.

Todo partió en 1852 al alero de la compañía Cousiño & Garland (más tarde Compañía Carbonífera e Industrial de Lota), ligada al empresario Matías Cousiño Jorquera, precursor de la industria del carbón en el país.

Fue tal su éxito, que la minería a gran escala basada en este recurso creció rápidamente y Lota se convirtió en el polo industrial más importante del país, a cuyo muelle de embarque -considerado el mejor de Chile en esa época- llegaban cada año 200 buques.

Pero Cousiño no estuvo solo. Federico Schwager, que creó la carbonífera y de fundición Schwager, había partido en 1859 la explotación de mantos carboníferos del Fundo Boca Maule, en Coronel. En 1964, ambas compañías, las de Cousiño y Schwager, se fusionaron en la Carbonífera Lota-Schwager, precursora de Enacar, cuyo principal accionista fue desde 1970 la estatal Corfo.

Uno de los mejores períodos para los yacimientos de Lota y Schwager fue entre 1979 y 1981, cuando anualmente se producían alrededor de 500 mil toneladas. Uno de los problemas que siempre debió enfrentar fueron los altos costos de producción. La poca inversión tecnológica y la caída del precio internacional llevaron a que fuera más rentable traer el energético de Venezuela y Colombia.

A mediados de 1996, el costo de producción por tonelada en Enacar llegaba a los US$140 de la época, versus el importado, que llegaba a unos US$ 57.

Ese año se propuso el Plan Lota 2001, que pretendía reducir a US$ 46 por tonelada el costo de producción y reducir la planilla de trabajadores de 1.812 a menos de 1.400 personas.

Ese año, la Corfo estimó que las pérdidas de Enacar ascenderían a los $16 mil millones de la época, seis mil más que lo proyectado a comienzos del 96, debido a la prolongada paralización de faenas, uno de los problemas con los que siempre debió lidiar la empresa.

El 16 de abril del año siguiente, ante la imposibilidad de cumplir con las metas de producción y los compromisos de déficit operacionales, el gobierno de Eduardo Frei Ruiz-Tagle decidió el cierre definitivo del yacimiento de Lota. Diez años después, en 2006, se decretó el cese de operaciones en la minera Trongol en Curanilahue, donde el costo de producción era US$ 40 por tonelada más caro que el del carbón importado. Así, la extracción quedó limitada al pirquén de Lebu, Carvile. Pero este último también cerró en 2008: cargaba con un déficit operacional de $2 mil millones.

Finalmente, a inicios de 2011, Enacar vendió los saldos de carbones y en abril de 2013 la junta de accionistas decidió poner fin a la empresa, luego de terminar el pago de indemnizaciones y compromisos económicos con más de 2.400 trabajadores vinculados a la firma desde los 90.

Fuente / El Mercurio

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