
Covid-19: La minería y el país desafiados
Un escenario mundial inédito ha generado la pandemia de coronavirus Covid-19, poniendo en riesgo la vida de miles de personas y gatillando una recesión mundial. Su evolución es aún incierta, al igual que su impacto en la industria minera.
Las señales al inicio de este 2020 prometían un contexto más positivo para la industria minera. Al avance de importantes proyectos como Infraestructura Complementaria de Los Pelambres y Quebrada Blanca Fase 2, se sumaban los anuncios de la aprobación del yacimiento greenfield de oro y plata Salares Norte, por el directorio de la sudafricana Gold Fields, y el reinicio de La Coipa, por Kinross, ambos en la Región de Atacama, así como la aprobación ambiental para Rajo Inca, de Codelco.
Junto con ello, se apreciaba un repunte en el precio internacional del cobre, como consecuencia del acercamiento entre Estados Unidos y China en su disputa comercial.
Pero el brote de coronavirus Covid-19, calificado en marzo como pandemia global por la Organización Mundial de la Salud (OMS) ante la virulencia de su propagación, con los dramáticos ejemplos de Italia y luego España, cambió de una día para otro el escenario.
Cierre de fronteras, cancelación en todo el mundo de eventos masivos –incluida en Chile con la feria Expomin 2020, postergada para fines de año– y el establecimiento de cuarentenas y restricciones a la libre circulación de las personas, mutaron el optimismo inicial en inquietud y luego en franca preocupación.
Porque pese a que las autoridades económicas insisten en que se trata de un golpe transitorio, pocos dudan de la magnitud de su impacto. De hecho, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ya reconocía a fines de marzo el inicio de una recesión mundial.
Bien recoge este brusco cambio las últimas cifras y proyecciones del Banco Central de Chile. Mientras el índice de Actividad Económica (Imacec) de febrero destacaba un crecimiento de 2,7% de la economía nacional en doce meses, impulsado por una expansión de 10,4% en la actividad minera, las estimaciones para el resto del año contenidas en su Informe de Política Monetaria apuntaban a una caída en la actividad de entre 1,5% y 2,5%, y una baja de 8,2% para la inversión.
Precio, demanda y oferta
El ente emisor hacía notar que la caída en el precio de las materias primas, es uno de los efectos negativos que ha generado la pandemia por el coronavirus Covid-19.
“Especialmente relevante es el descenso del precio del cobre, que llegó a valores cercanos a US$2 la libra durante marzo”, puntualizaba en su análisis. A la luz de esta nueva realidad, prevé que el precio promedio del metal rojo –nuestro principal producto de exportación– se ubicará en torno a US$2,15 la libra este año. Cochilco en, en tanto rebajó su proyección de precios a US$2,40 la libra.
Al respecto, Jorge Cantallopts, director de Estudios y Políticas Públicas de esta entidad, comenta que la industria minera global está siendo muy afectada por el avance del Covid-19. “En primer lugar por la fuerte caída de la cotización de los principales minerales del mundo. Incluso en el caso del oro -que durante los primeros dos meses del año se vio favorecido por su uso como refugio financiero frente a la incertidumbre- no ha escapado a la tendencia de prácticamente todos los activos del mundo”, sostiene.
Para el experto, la inminente recesión global afectará fuertemente la demanda de minerales base como el cobre, el níquel, el aluminio, hierro o el cinc, e incluso el litio y el cobalto. Como contrapartida, la oferta también se verá mermada por las medidas de cuarentena de distintos países como Perú, Argentina, Canadá o Mongolia. “Probablemente, en el mediano plazo, se verá impactada como consecuencia de los bajos precios, que hacen inviables algunas operaciones”, añade.
En el caso de Chile, considera que el efecto de las paralizaciones por el momento (hasta inicios de abril) es muy marginal, pero no descarta que crezca en la medida que aumente el número de contagiados o se endurezcan las restricciones al desplazamiento entre regiones, a pesar del compromiso declarado por las compañías con la continuidad operacional.
“En resumen, este año el mercado se muestra muy debilitado, lo que ha llevado a que bajemos nuestra proyección de precio promedio desde los 285 cUS$/lb a 240 cUS$/lb en 2020, y esto es porque vemos que la debilidad de la demanda es más profunda que las potenciales restricciones de la oferta”, concluye.
Una percepción similar manifiesta el profesor de Ingeniería de Minería de la Universidad Católica (UC), Gustavo Lagos: “Básicamente el precio se está desplomando debido a la reducción de la demanda, ya que Europa y EE.UU. están en proceso de detener sus economías, mientras que China se encuentra en proceso de echarla a andar 100% nuevamente. El golpe a la demanda con estos tres grandes bloques económicos involucrados es enorme. Por ello no descarto que el precio descienda hasta el percentil 75 u 80 de los costos C1, de operación de la industria”.
Lagos advierte que aún estamos lejos de llegar a los niveles de las peores crisis económicas de la historia, donde en algunos casos el valor promedio anual del metal se derrumbó y afectó a un cuarto de la producción del mundo.
En la visión del académico UC, los efectos de esta menor oferta podrían contrarrestar las pérdidas de demanda, generando un aumento del precio en los próximos meses.
Esto beneficiaría a los actores que logren seguir produciendo.
“Hay que considerar, por supuesto, que en las condiciones en que se encuentra el mundo hoy, es prácticamente imposible proyectar con algún grado de certeza la demanda y la oferta global futura de cobre este año”, sentencia.
Reacción de la industria
Consultado respecto de la respuesta de la industria minera frente a esta emergencia sanitaria, Juan Esteban Fuentes, Head of South America, Consulting de CRU, considera que ha reaccionado proactivamente “mediante la reducción de personal en faena, mayor distanciamiento, monitoreo de temperatura, etc. Sin embargo, hay que entender que tarde o temprano pueden existir contagiados en las operaciones (…). Deben crear planes de contingencia en caso que su fuerza laboral se empiece a enfermar y tengan problemas operativos”, advierte.
Fuentes hace hincapié en que las empresas mineras han tomado en serio esta pandemia, pero reconoce como una posibilidad que la producción minera pueda verse significativamente afectada: “Un precio bajo por largo tiempo, sumado a dificultades en la producción puede llevar a problemas financieros y de solvencia. Es decir, la principal actividad del país puede presentar un escenario complejo si esta situación sigue creciendo y se descontrola”.
Evento inédito
Juan Carlos Guajardo, director ejecutivo de Plusmining, añade que es importante reconocer que la actual pandemia es un evento inédito, muy poco predecible y que está teniendo un impacto socio-económico no visto en la historia económica moderna. “Es un tema que escapa los alcances de una cierta industria determinada. La madurez del sector minero en Chile permite contar con los mayores estándares y protocolos en materia de seguridad y salud. En ese sentido, se ha visto una rápida adopción de medidas para reducir el riesgo de contagio, intentando mantener niveles productivos. Sin embargo, dada la magnitud de esta crisis, es probable que finalmente ocurran mayores efectos a nivel productivo”, reconoce.
Consultado por cuál sería el escenario más complejo, responde que podría visualizarse una prolongación de la crisis sanitaria, que iría incrementando gradualmente las restricciones a las operaciones, tanto en tránsito de personas como en logística de proveedores, transportistas y puertos.
“En este contexto –advierte- se podrían esperar consecuencias negativas sobre operaciones y proyectos, con las respectivas implicancias socio-económicas que esto puede desatar en el mediano plazo”.
Para Gustavo Lagos, es probable que a partir de abril la producción de cobre en varios yacimientos del país sea vea fuertemente afectada o incluso suspendida, según la propagación estimada del virus por varios modelos de estudio de la enfermedad.
“Lo mismo debería ocurrir en otros grandes productores del metal rojo, como Perú, México, Canadá y Australia”, puntualiza.
El experto no descarta que en los próximos meses falte cobre en el mundo, con inventarios cerca de cero. Sin embargo, la menor oferta podría ejercer un efecto positivo sobre su precio. “La baja de la producción podría ocurrir más rápidamente que la reducción de la demanda, porque la fuentes de producción de cobre están concentradas en muchos menos sitios que el consumo”, explica. De los diez yacimientos más grandes del mundo, cuatro están en Chile, tres en Perú, y los otros en México, Estados Unidos y Rusia, respectivamente, los cuales producen un 29% del cobre de mina a nivel internacional.
Al cierre de esta edición todavía no se registraban casos de contagio dentro de las faenas, solo de personal que se encontraba en sus periodos de descanso o regresando del extranjero. No obstante, como medida de cautela las diversas operaciones del país han implementado una serie de estrictas medidas de control, al tiempo que han disminuido sus dotaciones en faena y oficinas, e implementado trabajo remoto donde es posible. También se han suspendido temporalmente algunos proyectos, como QB2, y lo mismo anunció Codelco en el caso de las obras remanentes de Chuquicamata Subterránea, los trabajos tempranos de Rajo Inca y los de montaje de Traspaso Andina.
En apoyo a los pequeños mineros
La pequeña y la mediana minería no cuentan con las espaldas financieras que posee la Gran Minería. Por este motivo, la Empresa Nacional de Minería, Enami, ha adoptado una serie de acciones para ir en ayuda de estos actores.
Decidió aportar en forma extraordinaria, a partir del lunes 23 de marzo, un anticipo especial de 50% a todos los productores de cobre (óxido y sulfuro) al momento de la entrega de sus lotes en los poderes de compra de la empresa. El pago se complementaría con un segundo anticipo adicional de 40% de la liquidación del lote al cabo de los 12 días si el análisis de la muestra no arroja resultado de ley.
Asimismo, los productores de oro también recibirían un anticipo del 50% de la liquidación de su lote, más un 25% adicional a los 12 días sin resultado de leyes.
Tanto las oficinas mineras, como en todos los poderes de compra y la recepción de mineral, se mantendrán operando normalmente, pero con una reducción en su personal.
Además, la empresa dio a conocer un plan para pagar a los pequeños mineros mediante transferencia electrónica o emisión de vale vista.