Chile sigue bajo la media mundial en productividad minera

Abr 1, 2016

En el 2016 el margen de caja se proyecta en 3%, con un costo de producción de US$1,96/libra. Esta cifra se ubica por debajo de la producción global sin Chile, cuyas cifras son de 19% y US$1,63, respectivamente.

(Pulso) Pese a los recortes de capital, la desvinculación de ejecutivos y trabajadores y la paralización de faenas productivas, la industria minera nacional sigue al debe en productividad.

Actualmente la actividad minera en Chile tiene costos operacionales 10% por encima de la media mundial, arrastrada por una baja productividad laboral junto a condiciones operativas complejas como la caída de la ley de cabeza y el déficit hídrico.

De acuerdo con una presentación realizada por el presidente ejecutivo de Collahuasi, Jorge Gómez, durante la inauguración del seminario MineExcellence el miércoles en Santiago, el margen de caja de las mineras chilenas se ubica en niveles históricos y muy por debajo de sus pares del globo. Si en 2010 el margen de caja -medido como el precio menos el C1 junto al costo indirecto, los intereses y el Capex de mantenimiento- era de 52%, éste ha bajado en seis años a un 3%. En cuanto a su relación con el margen global sin contar a Chile, este también ha sufrido: si en 2010 la diferencia era de seis puntos porcentuales en 2016 es de 16 (ver gráficos).

En cuanto a los costos, en 2010 las empresas globales tenían un costos de US$1,42/libra -teniendo su peak en 2012 con US$2,36/libra-, este año promedian US$1,96/libra; mientras que Chile en iguales fechas promediaba US$1,63 y US$1,96/libra, con un US$2,20/libra en el boom minero.

Dicho panorama da cuenta de que pese a que en los últimos años las operaciones chilenas han reducido y gestionado sus costos, los esfuerzos del resto del mundo han tenido más efecto que en Chile.

“Hay un porcentaje importante (de las mineras) que en este minuto están en la línea de corte y definitivamente hay algunas que tienen costos superiores al precio del cobre de este minuto”, advirtió Gómez.

“Nosotros nos movemos por volúmenes por muchos años, pero cuando llegó el momento de preocuparse por la calidad y la eficiencia nosotros estábamos en otro viaje. Hay empresas que lograron realizar eso antes y los que no lo hicieron hoy están pagando el costo. Nos ha costado tres años mover la cabeza y ver que el cobre estaba bajando”, indicó el vicepresidente de optimización de negocios cobre y director de Collahuasi, Rodrigo Subiabre.

Las cifras presentadas tienen directa relación con la productividad de la dotación de la industria minera. Desde 2010 Chile ha perdido competitividad con respecto a países líderes en la industria minera, ubicándose por debajo de Canadá, Australia, Perú y Estados Unidos. En el caso de estos tres últimos países vieron incluso elevar la productividad de la dotación propia en los último cinco años.

Si se analiza el total de horas trabajadas, en estos cuatro países es similar, la diferencia está en la cantidad de gente que está en la operación, explicado en parte por el bajo costo laboral y por el tamaño de las dotaciones de terceros.

Respecto al tiempo efectivo de trabajo las operaciones mineras nacionales también están al debe. Del tiempo que tienen disponible para que los operadores y mantenedores trabajen, sólo están frente a los equipos en un 35 y 45% del tiempo. El resto se va en traslados desde la casa de cambio a su puesto de trabajo y de vuelta, a los lugares de colación, en charlas de seguridad, en preparación de sus herramientas, entro otros. Y ese tiempo que queda también es susceptible a perderse en descoordinaciones (ver gráfico).

A estos factores se suma complejas condiciones operativas como una caída de 20% en la ley de cabeza en ocho años -versus 8,3% global-, un alto costo energético y un empeoramiento de déficit hídrico, pese a que el consumo minero se ha mantenido estable en los últimos años.

Frente a estas cifras Rodrigo Subiabre advierte que son reflejo del pobre rendimiento de la administración minera durante el boom de precios. “Muchas personas se nublaron por el precio. Las inversiones de capital que nosotros hicimos en proyectos de infraestructura nos llevaron a valores estratosféricos, pagábamos ingenierias extremadamente costosas, con una calidad que hoy día vemos los resultados. El precio lo pagaba todo, no importaba ganar un poco menos porque igual ganábamos”.

Según explica, parte de la problemativa viene de los propios fundamentos del mercado. “Lo que ocurre es que los commodities, y principalmente el cobre, es que tiene la problemática de que es un producto a granel sin concepto de calidad, entonces lo produces y lo sacas. Segundo, no necesitas calidad para venderlo ya que es tal la demanda que todos lo compran; y la tercera trampa era el precio, era el precio era muy alto. Entonces, cuando tienes un producto que lo colocas al mercado sin importar la calidad, lo que colocas lo vendes y más encima el precio estaba alto, tú lo produces a cualquier costo”, sostiene.

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