Estudio dice que las mineras deben cerrar 25 mil empleos para recuperar productividad

Ene 24, 2009

Cada trabajador de la gran minería producía en 2003 un promedio de 77,8 toneladas de cobre por año, cifra que ya en 2007 había caído a 62,3 y que hoy sería aún menor.

De la mano del llamado «súper ciclo» de precios del cobre, las grandes mineras chilenas iniciaron un veloz proceso de contratación de personal para desarrollar nuevos proyectos y también para aumentos productivos, a lo que se sumó la holgura que da el hecho de tener una billetera abultada, dadas las elevadas cotizaciones del metal y, por ende, de sus ingresos.

Es decir, no escatimaron en gastos, situación que hoy les está pasando la cuenta, considerando que el cobre pasó de venderse en US$ 4,07 por libra en julio de 2008 a los casi US$ 1,4 de hoy.

De acuerdo con un estudio elaborado por el Centro de Minería de la Universidad Católica, entre 2003 y 2007 la minería redujo su productividad en 20%, pasando de 77,8 toneladas anuales por trabajador a 62,3 toneladas cada 365 días. En 2008, en tanto, la cifra sería aún menor, según estimaciones del director del Centro de Minería de la UC, Gustavo Lagos.

Para retomar la senda de la productividad -perdida en el ciclo alto de precios-, la minería deberá prescindir de unos 25 mil trabajadores. Y los más afectados serían los subcontratados.

«Para recuperar la productividad perdida durante el auge económico de 2004 a 2008, la minería debería reducir su dotación de trabajadores propios y contratistas de operación en 25 mil personas. La productividad de trabajadores propios de las empresas cayó tan sólo 4% en este período, mientras que la productividad de contratistas cayó en 63%», explica Gustavo Lagos.

Esto, sin considerar que la minería ya prescindió de unos 12 mil trabajadores, según proyectó esta semana la Sonami. Es decir, el ajuste puede ser aún mayor.

Las cifras son rebatidas en las empresas. Según una fuente de la minería, la principal muestra de que la minería lo hizo bien durante el ciclo de precios altos está dada por las altas utilidades que logró el sector. Y que el carácter cíclico de la actividad, dada la volatilidad del precio, hace que en períodos como este sea obligatorio realizar ajustes de costos, siendo el aspecto laboral muy relevante.

Según el organismo de la UC, en este mismo período la fuerza de trabajo -trabajadores directos más contratistas de operación- creció desde 60.300 a 85.300 personas; es decir, creció el 41%, mientras que la producción creció desde 4,69 a 5,32 millones de toneladas de cobre; es decir, sólo creció el 13,4%.

«La productividad cayó durante el auge porque el énfasis estuvo en aumentar la producción y no en reducir costos, mientras que el énfasis en tiempos de crisis es siempre reducir costos», sentencia Lagos.

«La productividad de trabajadores propios de las empresas cayó sólo 4% en este período, mientras la de los contratistas cayó en 63%».

Fuente / El Mercurio

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