Una serie de inversiones están realizando las grandes mineras de las regiones de Tarapacá y Antofagasta para resolver un problema que ven como fundamental para el desarrollo de la actividad en los próximos años: la escasez de agua. Esperanza, yacimiento que Antofagasta Minerals, brazo minero del grupo Luksic, debería aprobar en marzo próximo, tiene previsto incluir la construcción de un millonario sistema de desalinización de agua de mar. Esta experiencia ya ha sido puesta a prueba en Michilla -también del grupo Luksic-, que opera desde hace casi 30 años sólo con agua de mar.
BHP Billiton, por su parte, implementó para la mina Escondida, desde mediados de 2006, un sistema de desalinización de agua de mar obtenida en su planta de Puerto Coloso, la que es transportada a través de cuatro estaciones de bombeo hasta la mina ubicada a 170 kilómetros del yacimiento y 3.200 metros sobre el nivel del mar. Todo este sistema tuvo un costo de US$ 160 millones.
Si bien ambas experiencias han resultado exitosas, expertos aseguran que la desalinización no soluciona del todo el problema, ya que estos sistemas se mueven con electricidad, otro recurso escaso en el norte.
Esto, porque se debe bombear el agua hacia las minas, y no todas las empresas son capaces de cubrir los costos.
Una alternativa aún más nueva son los depósitos de pasta, un sistema que extrae profundamente el agua a los relaves, formando con ello una pasta que es depositada en capas delgadas de no más de 15 centímetros.
Este sistema permite recuperar hasta un 85% del agua que se utiliza en el proceso y fue implementado exitosamente por la minera Las Cenizas, en su yacimiento de Cabildo, la que invirtió en total unos US$ 9,5 millones para un depósito de 9 millones de toneladas.
Fuente / El Mercurio