(Diario El Día) Fue un secreto a voces que desde fines de 2007 comenzó a rondar en distintos representantes de la pequeña minería regional. Y es que el impacto que tuvo la mina de oro El Indio, ubicada en la comuna de Vicuña, fue fundamental para sostener el dinamismo económico que se generó desde la década del setenta en la zona.
El movimiento de camiones en la alta cordillera hicieron pensar a algunos curiosos que las labores corresponderían a poner en valor, una vez más, a este yacimiento descubierto en 1979 por la empresa Lac Minerals y que en 1994 fue vendida a la canadiense Barrick Gold, hoy en día, la compañía de oro más grande del mundo.
No obstante, los trabajos correspondían al estricto plan de cierre diseñado por la minera y que es en la actualidad uno de los ejemplos más elocuentes de responsabilidad ambiental y social, pues desde el 2002 se han desembolsado más de US$70 millones en dejar un entorno en armonía con la normativa vigente y asegurando la sustentabilidad de las comunidades aledañas.
Eso sí, y parafraseando a los mineros de corazón, una mina puede ser muy vieja, pero nunca muere. Fue precisamente ese el argumento que expresó a mediados de febrero el director de la Sonami, Hernán Urquieta, al momento de dejar en claro su posición con respecto a El Indio. “Su cierre fue lapidario para la minería regional”, acotó.
Agregó que “el yacimiento para una gran empresa quizás ya no sirve, pero para una pequeña habría trabajo para mil personas, pues existen reservas de un millón de onzas de oro, suficientes para explotarse en diez años”.
En todo caso, ninguna de las gestiones que se realizaron dieron frutos, pues el gerente de Asuntos Corporativos de Barrick Gold, Rodrigo Rivas, se cerró a cualquier opción de reinicio de faenas en la alta cordillera. “El Indio es una mina que está en proceso de cierre, el que es pionero en Chile y donde ya hemos invertido más de US$70 millones, por lo que no hay ninguna posibilidad de reabrirse”, clarificó tajante.
Dentro de esta planificación de cese de faenas, el grado de avance es evidente y ya está pronto a su cierre definitivo, pues el yacimiento ya no puede utilizarse. “La mina está cerrada, incluyendo el rajo abierto y subterráneo. Nos queda el último tranque de relaves y el río ya ha vuelto a su cauce, por lo que no hay ninguna posibilidad”, reiteró el ejecutivo.
Asumiendo que el interés por explotar restos del metal aurífero está latente, Rodrigo Rivas recomendó a los pequeños y medianos operarios explorar otros puntos del “rentable” distrito minero de fronteras que va desde Pascua-Lama hasta El Indio. “Existen otros lugares para la explotación, ya que es una zona donde hay mucho oro”, manifestó.
Fuente / Diario El Día