(Reuters) La crisis global y las elecciones presidenciales de diciembre en Chile amenazan con encender una nueva batalla laboral en la gran minería de cobre del mayor productor mundial del metal, en medio de varios procesos de negociaciones colectivas.
El desplome de los precios del cobre obligó a varias firmas en el mundo a anunciar fuertes recortes de empleos, además del retraso de potentes planes de inversión que buscaban aumentar la producción de los yacimientos.
En Chile, los trabajadores tanto de planta como subcontratados han sido claros a la hora de anunciar que realizarán grandes manifestaciones si se producen despidos masivos en el sector.
Según cifras del gubernamental Instituto Nacional de Estadísticas (INE), entre el trimestre agosto-octubre del año pasado al período noviembre 2008-enero de este año, se han perdido poco más de 14.000 empleos en el sector.
«Es preocupante porque los trabajadores ligados a este giro a lo largo de Chile no superamos las 90.000 personas», dijo a Reuters Pedro Marín, presidente de la Federación Minera de Chile (FMC), que agrupa a los sindicatos de la poderosa industria minera privada en el país.
«Hemos tratado de ser conscientes con el entorno (…) Hemos valorado la actitud del Gobierno en torno a disponer recursos, pero ellos mismos también han consensuado con nosotros de que no es la solución al problema de fondo», agregó en la víspera de la VIII Conferencia Mundial del Cobre
CRU/Cesco
Chile anunció en enero un plan fiscal por 4.000 millones de dólares para estimular el crecimiento y apuntalar el empleo, en medio de las repercusiones de la crisis global.
Precio v/s despidos
Los trabajadores del área minera aseguran que el desplome de los precios del cobre en los mercados internacionales no es una excusa válida para realizar despidos de empleados, debido a que la industria aún sigue siendo rentable.
El precio del cobre llegó a desplomarse hasta cerca de 1 dólar la libra debido a un freno en la demanda por la crisis, que afectó a las materias primas, tras escalar hasta más de 4 dólares la libra a mediados del año pasado.
«Hay una operación política destinada a que los trabajadores pierdan fortaleza en los procesos de negociación colectiva que se van a desarrollar (…) y la amenaza del despido hace que éstos pierdan de alguna manera fuerza», dijo Cristián Cuevas, líder de subcontratados de Codelco.
«Vamos a aplicar la legitimidad de la movilización social si nos vemos afectados primero por desempleo masivo, segundo porque se nos despoje de derechos y beneficios sociales (…) y porque (se reconozca que) el problema de los subcontratados en la gran minería es un problema no sólo económico, sino que también político», agregó.
Este año se realizarán negociaciones colectivas en divisiones de Codelco, la mayor productora mundial de cobre, y en la gigante Escondida, operada por BHP Billiton, entre otras firmas importantes del sector.
«El término que utilizaría es que van a ser procesos muy conflictivos. Viene dura la mano», afirmó Marín, de FMC.
El director del Centro de Estudios del Cobre (Cesco), Juan Carlos Guajardo, dijo que es difícil saber cómo se desarrollará la negociación laboral.
«La crisis es un condicionamiento muy grande para evitar que las demandas sociales sean demasiado fuertes», dijo.
Elecciones
La Central Unitaria de Trabajadores (CUT), la multisindical del país y donde también están insertos los mineros, convocó a una huelga nacional para el 16 de abril.
Sin embargo, la cercanía de las elecciones presidenciales en diciembre de este año tampoco deja indiferentes a los trabajadores. El descontento lo quieren hacer sentir en lo que queda de la administración de la presidenta Michelle Bachelet.
El bloque de centroizquierda Concertación, en el poder desde el retorno de la democracia tras el fin de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), enfrenta unas reñidas elecciones con el empresario opositor de derecha Sebastián Piñera, quien lidera hasta el momento las encuestas.
En la agenda laboral de los trabajadores se encuentra incluso una renacionalización de los recursos naturales y lineamientos para una mayor sindicalización en el país, lo que mejoraría incluso la redistribución de los ingresos.
«Son temas que hay que debatir o vendrán movimientos sociales, que al final generarán inestabilidad política y social en tiempos de crisis acá en Chile», aseguró Cuevas.
Fuente / Reuters