Entender la naturaleza de las políticas de nacionalización de recursos y adoptar estrategias apropiadas es clave para sobrevivir «la ola actual de nacionalismo» que se observa en todo el planeta, según Alex Gorbansky, director gerente de la estadounidense Frontier Strategy Group.
«La nacionalización de recursos no es motivo de pánico. El cielo no se viene abajo», dijo Gorbansky en la versión Nº 75 de la convención internacional de la asociación canadiense de exploradores y desarrolladores PDAC, en Toronto.
Gorbansky definió cuatro categorías de nacionalización de recursos que afectan a las mineras y subrayó que la forma de abordar cada una de ellas también debiera ser distinta: control estatal, participación estatal equilibrada, ventaja geopolítica y mayor participación económica.
El control estatal, que prevalece en países como Venezuela y Bolivia, se caracteriza por un control total del gobierno sobre los recursos estratégicos y puede entrañar una amenaza de expropiación de activos, mientras la participación estatal equilibrada equivale a un control limitado por parte del gobierno que permite la participación de firmas extranjeras, tal como sucede en Chile, según el ejecutivo.
En tanto, la ventaja geopolítica está más presente en los antiguos países de la Unión Soviética, donde los gobiernos transfieren el control de activos por razones geopolíticas, lo que también podría implicar nacionalizaciones. Por otro lado, el nacionalismo motivado por el deseo de obtener una mayor participación económica, como en Perú, responde generalmente a metas económicas nacionales y agendas políticas y se traduce en impuestos a las sobreganancias, modificaciones tributarias y presiones sobre los márgenes de ganancia, explicó.
Estrategias
Para garantizar el éxito, Gorbansky sugirió las tres estrategias principales que se describen a continuación.
En primer lugar, propuso la creación de alianzas creativas, que apunten a conciliar las aspiraciones económicas y políticas de largo plazo de los gobiernos con las de la empresa, limitando las inversiones directas para minimizar los riesgos financieros.
Una segunda forma de lidiar con la nacionalización de recursos consiste en basarse en la imagen de la empresa, prosiguió. La idea es generar la percepción de que la empresa es nacional, y no extranjera, y proporcionar a los funcionarios de gobierno una participación política en el éxito de la compañía para evitar convertirse en el blanco de «populistas oportunistas» como el presidente venezolano, Hugo Chávez, acotó.
Por último, un enfoque centrado en la implantación de programas sociales y de desarrollo con incidencias mensurables y demostrables desde la etapa de exploración puede ayudar a esquivar los ataques de políticos y ONG. El objetivo es divulgar los beneficios de la presencia de la empresa en el país a los actores locales clave, según Gorbansky.
La nacionalización de recursos naturales continuará siendo un desafío, pero no es un reto nuevo. «Estos problemas no son insuperables».
Fuente / BNamericas