Corría el año 2011. Javier Lavín y Raúl Molina coincidieron como colaboradores en una minera en Chile. Ambos eran responsables del área de desarrollo e innovación, con el objetivo de encontrar usos alternativos para las sales de cobre producidas en esta compañía. Durante ese período, lograron desarrollar alimento fortificado con sales de cobre para animales de engorde. Esta etapa de investigación y desarrollo les permitió sentar las bases del proyecto Copperprotek.
En 2014, decidieron materializar esta visión y crearon Copperprotek SpA, una empresa destinada al desarrollo de biotecnología enfocada en aprovechar los beneficios del cobre y su acción iónica. En 2017, patentaron una micropartícula de cobre, la cual permitió la incorporación en los materiales utilizados en los envases flexibles para alimentos, logrando extender la vida útil del alimento y preservar sus características organolépticas.
En entrevista con MINERÍA CHILENA, Raúl Molina, fundador de Copperprotek, entrega su visión respecto a cómo la innovación tecnológica abre una serie de oportunidades para la industria minera chilena.
¿Cuáles han sido los principales retos de avanzar en un desarrollo tecnológico como el que ustedes impulsaron?
En primer lugar, el acceso a capital ha sido una de las mayores dificultades. En Chile, la inversión de riesgo se enfoca principalmente en fintech y empresas digitales, lo que ha hecho que levantar fondos para una biotecnología con aplicación industrial sea un reto. Un dato adicional, hasta ahora, ninguno de los fondos levantados por Copperprotek han provenido del mundo minero.
Un segundo desafío ha sido la falta de conocimiento general sobre otras facetas del cobre que no sea la de exportación como metal. Aunque la gente está familiarizada con el uso de cobre como un conductor de electricidad y los calcetines con este mineral, es común el desconocimiento sobre el potencial biológico del cobre. A pesar de ser una de las biotecnologías más antiguas del mundo, utilizada durante miles de años, desde los chinos hasta los egipcios, aún enfrentamos la tarea de difundir y enseñar sus aplicaciones en otros ámbitos más allá del cobre metálico.
La infraestructura e I&D también ha sido un obstáculo en nuestro camino. En Chile, el acceso a tecnología e investigación relacionada al cobre están circunscritas a las grandes mineras y algunas universidades, de tal forma, para Copperprotek contar con un laboratorio propio que contara con un alto nivel tecnológico y colaboradores capacitados fue fundamental
Por último, los ciclos de venta para desarrollos biotecnológicos son extensos. El proceso de comercialización incluye pruebas mecánicas de envases, pruebas microbiológicas en laboratorios certificados, pruebas de vida útil y análisis organoléptico que dependiendo de la proteína puede extenderse por meses. Por tratarse de la comercialización de alimentos se requiere de una comunicación constante con los fabricantes de envases y los productores de alimentos.
¿Qué se requiere para el surgimiento de nuevas soluciones tecnológicas desde la minería en Chile, y su eventual internacionalización?
El surgimiento de nuevas soluciones tecnológicas desde la minería en Chile y su eventual internacionalización requiere un cambio en la mentalidad y de estrategia definida para innovación de la gran minería. Es fundamental que las mineras empiecen a pensar fuera de la caja (outside the box) y vean a las start-ups como un nuevo departamento de I+D, ya que estas empresas tienen la capacidad y agilidad para innovar de forma mucho más eficiente.
Chile es el mayor productor de cobre en el mundo, sin embargo, el 99% es materia prima básica, sin valor agregado. Start-ups como Copperprotek permiten agregar valor a un comodity. Chile cuenta con el Know how, existe el capital humano y a través de la gran minería los recursos necesarios para lograr convertir nuestro cobre en un producto diferenciado y de valor adicional.
Un ejemplo de lo que se puede lograr con el cobre es Copperprotek, una empresa que ha transformado un mineral comodotizado en una micropartícula única en el mundo, utilizada para extender la vida útil y calidad de los alimentos de manera natural. Es la primera y única empresa del mundo con un packaging con tecnología de cobre en góndolas de supermercados. Además, demuestra el potencial de internacionalización al estar trabajando con empresas lideres en los mercados más relevantes de LATAM y el mundo, además de contar con la aprobación para comercializar su producto en países tan exigentes como Brasil y procesos de aprobación en USA y Unión Europea.
Para el surgimiento y eventual internacionalización de nuevas soluciones tecnológicas desde la minería en Chile, es necesario que las mineras adopten una mentalidad abierta a la innovación y la colaboración con start-ups, diversifiquen sus negocios y enfoquen sus recursos en aplicaciones con diversos propósitos. La tendencia hacia negocios mineros con propósito sustentable se fortalece, y empresas como Copperprotek demuestran cómo el uso inteligente y creativo de los recursos mineros puede generar soluciones innovadoras con impacto global.