Este mes se conmemora el mes de la minería; algunos optimistas celebran que la participación femenina en la Industria subió a un 8,6%. Sin embargo, esta cifra se mantiene fija desde 2012; entonces una podría preguntarse ¿Qué pasa en la industria que el crecimiento de fuerza laboral femenina es tan lento?
Después de investigar académicamente este fenómeno desde hace diez años, creo que lo principal se encuentra en la cultura patriarcal o machista, donde se observan distintas resistencias, que van desde los que no ven un problema (la primera manera de resistencia organizacional ante un cambio cultural) y por otro lado, están los que ocultan las resistencias, que me parece que son el grupo más complejo. Este grupo de hombres ejecutivos dice que sí le importa la inclusión de mujeres y declara que se necesita el cambio, pero no hace nada para que esto ocurra. Lo cierto es que si nos mantenemos de esta forma, las brechas de género en el país se tardarán más de 200 años en cerrarse, lo que contribuye a que se mantenga todo igual.
¿Cuáles son las principales barreras para las mujeres en la industria? Primero el machismo presente en esta industria, que naturaliza estas desigualdades. Por ejemplo, bastaría con que las organizaciones miren sus organigramas y se pregunten: ¿Dónde está la primera mujer ejecutiva? Y si es que existen, ¿cuántas son en la línea gerencial, directoras o línea de mando? ¿Cuántas mujeres supervisoras? Y así con cada cargo de toma de decisiones.
Por otra parte, creo muy relevante romper con los mitos presentes en la industria. El primero: que las mujeres ingresaron hace poco a la minería, lo cierto es que las mujeres siempre han trabajado en la industria minera, ya que según el censo de 1920, en dicho año se declaraban 33 mineras en Chile.
[Actualmente varias compañías están avanzando en este cambio cultural, lo importante es que todas y todos nos sumemos activamente a esta transformación para poder celebrar pronto un 20% de mujeres en la industria]
El segundo mito es que son muy pocas las que estudian carreras relacionadas con la industria minera, pues en el estudio realizado en 2016 para el Ministerio de Minería, detecté que desde 2012 las matriculas de carreras específicamente de la industria minera, correspondían desde un 12% hasta un 25% a mujeres, pero este porcentaje no está reflejado en el actual 8,6% de presencia femenina en la industria, debido a que están cesantes o trabajan en otras áreas, por lo que tenemos una pérdida de capital humano entrenado y con formación, ya que de este total de mujeres de la industria, un bajo porcentaje está trabajando en la cadena de valor.
Otro ejemplo, el año pasado fui profesora guía de una tesis de una estudiante de Ingeniería en Minas que investigó la discriminación percibida por estudiantes de esa carrera, y los resultados son sorprendentes: reportaban significativas experiencias de discriminación durante el proceso de formación, a esto se suma, que una vez egresadas tienen menores posibilidades de encontrar práctica que sus compañeros del género masculino.
Las distintas formas de resistencia existentes en la industria ante el cambio cultural con enfoque de género e inclusión son sutiles y casi imperceptibles, aspectos como cambiar el lenguaje; sabemos que el lenguaje construye realidad, por ejemplo se podría cambiar el día del minero por el día de la minería. Las resistencias y discusiones van desde el mansplaning (hombres que nos explican algo que ya sabemos) con la ley en mano, que es el día de San Lorenzo y por eso es el día del minero y no de la minería.
Ahí vuelvo a explicar, la ley con voluntad se puede cambiar a los tiempos actuales, como se modificó la ley que prohibía a las mujeres el ingreso a la mina subterránea en 1996; porque si es por defender la ley el machismo es hábil y quizás estas mismas personas que dicen que por ley es el día del minero, que no se puede modificar y respetan esta ley, parece no importarles o no conocer que por la ley 20.005 no pueden acosar sexualmente a sus compañeras, y lo cierto es que la industria refleja varios casos de discriminación directa e indirecta hacia las mujeres y situaciones de acoso sexual, y no veo a muchos defendiendo esta ley.
Actualmente varias compañías están avanzando en este cambio cultural, lo importante es que todas y todos nos sumemos activamente a esta transformación para poder celebrar pronto un 20% de mujeres en la industria, y poder decir con sentido de pertenencia: Feliz día de la minería para todas y todos.