Minería, desarrollo y disponibilidad de energía eléctrica

Mar 3, 2014

Según datos del Fondo Monetario Internacional, Chile está entre los países con mayor crecimiento del PIB per cápita en el mundo entre 1990-2012. Estudios de destacados economistas indican que nuestros ingresos serían sustancialmente menores si no contásemos con la minería y en particular la del cobre. Es decir, gracias a esta actividad ha aumentado el […]

Según datos del Fondo Monetario Internacional, Chile está entre los países con mayor crecimiento del PIB per cápita en el mundo entre 1990-2012. Estudios de destacados economistas indican que nuestros ingresos serían sustancialmente menores si no contásemos con la minería y en particular la del cobre. Es decir, gracias a esta actividad ha aumentado el nivel de bienestar de la sociedad chilena.

En este contexto resulta inconcebible constatar que la mayoría de los proyectos mineros que se conectarán al Sistema Interconectado Central (SIC) están actualmente paralizados o postergados, entre otras razones porque no cuentan con suministro eléctrico para la fecha en que habían previsto el inicio de sus operaciones.

Efectivamente, aun considerando la construcción de la central termoeléctrica Punta Alcalde, recientemente autorizada por la Corte Suprema, la capacidad adicional de generación eléctrica prevista es completamente insuficiente para cubrir la demanda de los nuevos proyectos mineros y ampliaciones proyectados para los próximos años, particularmente aquellos que debieran abastecerse desde el Sistema Interconectado Central.

En atención a la amenaza que representa esta situación para nuestra economía, se hace necesario que las nuevas autoridades tomen medidas urgentes, como definir un ordenamiento territorial que identifique por parte del Estado zonas aptas para la instalación de nuevas centrales termoeléctricas, dejando claramente establecida su condición con instrumentos legales, evitando de esta forma que sean bloqueadas iniciativas de generación en esas áreas. Incluso, debe considerarse que el Estado desarrolle proyectos de generación en sus etapas iniciales, incluyendo permisos ambientales e ingeniería básica, para luego licitarlos a privados, propiciando la participación de nuevos actores, lo que además contribuiría a aumentar los niveles de competencia en esta actividad.

Adicionalmente, nuestro país debiera analizar, sin prejuicios, todas las alternativas de generación que sean compatibles con nuestra legislación ambiental y así avanzar hacia una matriz energética con la participación de todas las fuentes posibles. Con ello se podría lograr una mayor diversificación y también mayor seguridad de suministro. La diversificación es fundamental, y en ella tienen un rol importante las energías renovables no convencionales, particularmente la solar y la eólica. Sin embargo, no puede haber un desarrollo masivo de éstas sin el necesario respaldo de centrales termoeléctricas, que entreguen la continuidad y seguridad de servicio a costos competitivos.

Oponerse a la instalación de centrales, ya sean termoeléctricas o de otro tipo, es equivalente a interferir con el desarrollo económico, que indudablemente debe ser inclusivo y con equidad. No debemos olvidar que hasta ahora esta es la única vía conocida para superar la pobreza.

A su vez, la minería hace un enorme aporte a este objetivo y además beneficia a todos los chilenos, por lo cual es inadmisible poner en riesgo su desarrollo.

María Isabel González

Gerenta general de la consultora Energética

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