En el seminario anual del Consejo Minero de enero recién pasado abordamos como tema central la minería y el desarrollo sostenible. Nuestra tesis es que la minería, lejos de ser un obstáculo, contribuye de forma importante a ese desarrollo y puede hacerlo aún más.
Chile, como miembro de la ONU, en el año 2015 se comprometió con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, materializada en 17 objetivos vinculados a sus tres dimensiones: crecimiento económico, inclusión social y protección ambiental. A continuación presento los objetivos más atingentes a la minería.
En crecimiento económico el aporte del sector es indiscutible, reflejado en el impulso a los objetivos N°1 sobre fin de la pobreza, N°8 sobre trabajo decente y crecimiento, y N°9 sobre industria, innovación e infraestructura. Recordemos que en torno al 90% de los recursos generados por las empresas de la gran minería se destina a trabajadores, proveedores y al fisco. Así, la actividad económica creada en forma directa e indirecta, más el aporte al fisco que se transforma en gasto e inversión pública, ayudan a erradicar la pobreza, dar trabajo y generar crecimiento.
Por su parte, en materia de inclusión social están los objetivos N°4 sobre educación de calidad, N°5 sobre igualdad de género y N°10 sobre reducción de las desigualdades. En educación, a través de nuestro Consejo de Competencias Mineras contribuimos a una formación de técnicos y profesionales más pertinente a los requerimientos de la industria, aumentando su empleabilidad. En igualdad de género, si bien partimos de una condición histórica de baja participación laboral femenina, ésta ha aumentado año a año, hasta alcanzar un 8%, como parte de los planes que están implementando las empresas. En reducción de desigualdades la minería aporta no sólo al ofrecer remuneraciones atractivas a operarios y técnicos que en otros sectores tendrían menos oportunidades, sino además a la equidad territorial, al potenciar la zona norte del país que, de otro modo, presentaría un rezago sustancial.
El tercer ámbito del desarrollo sostenible es el ambiental, donde debemos partir recordando que todos los procesos mineros se someten al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental. Son pertinentes los objetivos N°6 sobre agua, N°7 sobre energía, N°12 sobre producción sustentable, N°13 sobre cambio climático y N°15 sobre ecosistemas. Respecto del agua, las empresas han logrado resultados destacables en eficiencia hídrica y en uso de agua de mar. En energía podemos resaltar nuestro convenio de eficiencia energética con el Ministerio de Energía, a partir del cual las empresas mineras han realizado auditorías energéticas y dado a conocer sus avances y desafíos en la materia. En cambio climático hemos explicitado nuestros principios, como el apoyo a un acuerdo global vinculante y al uso de instrumentos costo-efectivos, aplicándolos en nuestra activa participación en el debate público sobre medidas de mitigación.
En suma, los objetivos de desarrollo sostenible forman parte de nuestra preocupación y trabajo diario, existiendo logros concretos, algunos de los cuales no es posible transcribir en el espacio de esta columna. Y si bien en caso alguno damos por cumplida la tarea, creemos estar bien encaminados.