La mediana minería y el futuro de Chile

Jul 25, 2023

La mediana minería tiene el potencial de apalancar el desarrollo de Chile en el futuro. Debido a las positivas perspectivas para la demanda de cobre en el futuro y la escasez de grandes yacimientos, el futuro de la minería en Chile se visualiza a través de proyectos de menor escala como son los de la […]

La mediana minería tiene el potencial de apalancar el desarrollo de Chile en el futuro. Debido a las positivas perspectivas para la demanda de cobre en el futuro y la escasez de grandes yacimientos, el futuro de la minería en Chile se visualiza a través de proyectos de menor escala como son los de la mediana minería. Y esta es una poderosa razón como para poner el foco en este importante segmento y facilitar la normativa que le permita desarrollarse como el futuro del país.

La mediana minería cobra importancia toda vez que sus exportaciones son iguales o superiores a la de muchos sectores emblemáticos de la economía nacional como son el forestal, productos metálicos y bebidas y tabaco. El año 2021 sus exportaciones alcanzaron los MMUS$ 3.588, superando incluso las de toda la industria de la celulosa que fueron de MMUS$ 3.298.- Pocos saben que algunas de sus faenas tienen una producción levemente inferior a lo que en otros países se considera gran minería. Con todo, ha permanecido invisible frente a los altos capitales que se manejan en la minería de gran tamaño.

Si bien su importancia económica sería suficiente razón que justifique un foco en su desarrollo, su mayor relevancia es que, junto a la pequeña minería, permite el desarrollo de pueblos y ciudades que de otra manera no existirían. De esta forma contribuye a la descentralización del país. Un reciente estudio de la Sociedad Nacional de Minería da cuenta que un 73% del empleo de dicho segmento habita en la región donde se encuentra la correspondiente faena. Adicionalmente, un 29% de sus compras e insumos se realiza en la misma región donde se emplaza. Esto implica que la mediana minería (y también la pequeña) son la comunidad de cada una de las zonas donde se establecen las faenas. Y ello es clave desde el punto de vista social y geopolítico.

Su importancia contrasta con la vulnerabilidad que presenta tanto frente a las volatilidades del mercado como ante las exigencias de cumplimiento normativo, entre otros. Con relación al mercado, presenta altas fluctuaciones entre pérdidas y utilidades, dependiendo del precio del mineral correspondiente. Respecto al cumplimiento normativo, es exigida de la misma manera que la gran minería, pero sus posibilidades económicas no son las mismas, lo que hace más difícil y oneroso su cumplimiento.

Los proyectos de mediana minería cuentan, por su naturaleza, con menor cantidad de recursos mineros que los de la gran minería, lo que incide en que sus vidas útiles son menores. Así, mientras la gran minería cuenta con vida útil de décadas, la mediana minería va construyendo su vida útil por fases que contemplan periodos de 3 a 5 años, aunque sus faenas pueden durar 25, 30 o más años. En la normativa actual, cada una de estas fases debe ser tramitada independientemente, sin considerar que trata de la misma mina y planta, muchas veces los mismos volúmenes de tratamiento e, incluso, los mismos trabajadores.

El hecho de que la construcción de su vida útil sea por fases implica que tienen un menor horizonte de planificación, lo que las obliga a entrar constantemente a evaluación ambiental. Ello las expone a todos los cambios normativos, que se dan cada vez con más frecuencia. Y no solo los proyectos en cuestión se ven afectados sino también proyectos previamente aprobados que agotaron su vida útil. Esto implica duplicaciones de trabajo e ineficiencias tanto para las compañías como para el Estado, que debe evaluar y volver a evaluar un mismo proyecto sin considerar su continuidad en el tiempo. En consecuencia, aumentan los tiempos de puesta en marcha, costos y esfuerzos asociados, de parte de todos los actores involucrados.

Considerando las particularidades de este segmento de la minería y su potencial para el futuro de Chile sería altamente deseable que se atendieran sus problemas específicos. Y una forma de hacerlo es uniformar su definición a través de la normativa vigente. Cabe mencionar que en la actualidad existen numerosas definiciones para este segmento, dependiendo de la institución o legislación a la que nos enfrentemos. Y ello incide en mayores complicaciones a nivel institucional que finalmente redundan en falta de criterios de evaluación uniformes y dificultades para identificar los proyectos bajo evaluación, de parte de los equipos de trabajo estatales, entre otros.

En resumen, considerando la importancia de este segmento tanto desde el punto de vista económico como social, geopolítico y de descentralización del país, además de los problemas prácticos que tiene para operar, sería altamente deseable que se reconociera su importancia a nivel constitucional. La uniformidad y claridad de su definición facilitaría el diálogo con la autoridad, pero, lo que es fundamental, permitiría el desarrollo futuro de la minería chilena, que se asienta en este segmento. Y qué mejor oportunidad para visibilizar a la mediana minería que incluirla en la Constitución actualmente en proceso.

María Cristina Betancour – Economista especialista en temas mineros

Economista especialista en temas mineros

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