La compleja discusión sobre una nueva fundición en Chile

Jul 17, 2023

Una discusión frecuente se produce en estos días con respecto a agregar valor a una “actividad extractivista”, como es llamada la actividad minera, pudiendo ser desde producir baterías de litio, vinculado a la Política Nacional del Litio o, a instalar una nueva fundición de cobre. En esto días se habla que Enami va a instalar […]

Una discusión frecuente se produce en estos días con respecto a agregar valor a una “actividad extractivista”, como es llamada la actividad minera, pudiendo ser desde producir baterías de litio, vinculado a la Política Nacional del Litio o, a instalar una nueva fundición de cobre. En esto días se habla que Enami va a instalar una nueva fundición.

Uno de los antecedentes, quizás el más recurrido, tiene relación con el hecho de que el país exporta casi un 60% de su producción como concentrado de cobre a lo que se suma, la pérdida de eficiencia de las fundiciones actuales, pese a las billonarias inversiones que ha hecho Codelco en los últimos años, adicionalmente al rol de fomento de Enami a la pequeña minería.

El concentrado de cobre que exporta el país –producido por más de 16 empresas mineras, siendo las más importantes Codelco, BHP, Collahuasi, entre otras– tiene del orden de un 25% a un 30% de cobre, siendo el resto fundamentalmente impurezas. Si es una aspiración del país lograr mayor valor agregado en la producción de cobre, resultaría lógico sumar fundiciones en la cadena productiva, que generen un producto de mayor valor agregado, mejoren la huella de carbono, así como de paso, recuperar los metales que se estarían yendo en el 70% que no es cobre.

Si se hace una recopilación de los temas relacionados a esta discusión, al menos se debe plantear: la detención de la fundición de Ventanas por Codelco, el rol de la Empresa Nacional de Mineria (Enami) en el fomento de la pequeña minería, la mediana minería en su relación con Enami, la huella de carbono en el transporte del concentrado, la existencia de concentrados con alto contenido de arsénico y la potencial fuga de valores en los concentrados, por mencionar los más nombrados; sin ser este un listado completo ni excluyente.

Lo primero que se debería revisar, tiene relación con la competitividad del país para atraer estos nuevos capitales – aquellos para construir una nueva fundición, esto es los datos duros relativos a la inversión y costos operacionales que se podrían esperar en Chile, comparados con los de otros países. Mal que mal, la inversión es lo primero que ocurrirá y si ésta, en función de información de otros países, no se ve lo suficientemente competitiva, difícilmente habrá inversionistas interesados en llevarlo a cabo.

Una revisión preliminar respecto de las condiciones del país en términos de competitividad de las inversiones muestra que, conforme al CRU (Seminario Nueva capacidad de fundición para Chile, Diciembre 2020, Cesco), el monto de inversión por tonelada de cátodo en nuevas fundiciones en el mundo es de US$100 en China, comparado con el resto del mundo de US$178, Australia US$279 e Indonesia US$287; lo que explica porque el 80% de la nueva capacidad construida entre 2000 y 2019 se ha realizado en China.

Adicionalmente, se debe revisar la competitividad de los costos directos de fundición por tonelada de concentrado, donde conforme a Cochilco, en el caso de China ascienden a US$58, el caso es de Japón de US$107 y en Chile de US$188.

Se pueden agregar otros antecedentes respecto a las fundiciones en el mundo. Estas están instaladas fundamentalmente en siete países, los que tienen el 76% de la capacidad mundial, donde sólo China representa más del 50%. Son seguidos por Japón con un 8%, luego Chile y Rusia con un 5% y finalmente República de Corea, Zambia y Polonia, con poco menos de 4% cada uno.

Dentro de este club de fundidores, considerando las estadísticas de los últimos 10 años, es posible observar un grupo de países que ha crecido fuertemente con tasas anuales por sobre un 3%, con Zambia y China alcanzando un 8% y 11%, respectivamente (además de R. de Corea, Bulgaria y Polonia). Otros países definitivamente han decrecido, como son los casos de Chile, Estados Unidos y Kazakhstan, entre otros.

Los beneficios económicos y sociales para un país asociados a una inversión en una nueva fundición son evidentes (en el entendido que se consideraran los más altos estándares medioambientales existentes), relacionados con los mayores impuestos que se recaudarían, los costos de operación que fomentarían más actividad económica y en particular, el período de inversión requerido, con un fuerte ingreso de capital que se inyecta directamente a la economía nacional, sus proveedores, empresas de ingeniería, etc.

No obstante lo anterior, un estudio preliminar sobre este tema, arroja una serie de consideraciones a tener en cuenta – algunas de las cuales se podrían plantear que corresponden a temas estratégicos –, las que tienen relación con los siguientes temas:

– Un análisis de dónde se han instalado las últimas fundiciones en el mundo muestra que aquellas operaciones mediterráneas, alejadas de la costa, tendrán un mayor potencial de invertir en fundiciones dados los altos costos en el flete de transporte terrestre. Lo anterior explicaría el importante crecimiento de Zambia, antes señalado.

– China decidió hace varios años, al igual como lo hizo Corea y Japón en algún momento, utilizar la inversión en fundiciones como una decisión estratégica, relacionada con industrializar el país, dados los grandes centros de consumo que tienen cerca.

– La rentabilidad de la inversión en una fundición es bastante más baja que la rentabilidad del negocio minero propiamente tal, dado lo cual, esto obliga a considerar otros actores distintos a las empresas mineras propiamente tales.

– La huella de carbono en el transporte de un producto que sólo tiene un 30% de cobre, es un tema que se menciona habitualmente como importante para el país, que se mejoraría si se exporta cobre refinado.

– Una inversión en una nueva fundición requiere contar con acuerdos de largo plazo con empresas mineras que entreguen el concentrado de cobre, en condiciones técnicas y económicas adecuadas tanto para los productores de cobre, como para los inversionistas en una nueva fundición.

– Se requiere estabilidad en las reglas del juego y certeza jurídica para los potenciales inversionistas de una nueva fundición.

Toda esta información proviene de fuentes reconocidas y serias de información, pero de igual forma alguien podría plantear, con otros antecedentes en la mano, que es posible lograr mejorar los índices de productividad en Chile y que, las inversiones realizadas de manera eficiente, pueden permitir lograr cifras competitivas a las antes mostradas.

Es entonces la inversión en una nueva fundición la única forma de enfrentar el futuro, sobre todo considerando los costos de inversión y operación o, hay otras ideas que pudieran considerarse. Entre ellas por ejemplo, buscar mayor cantidad de enclavamientos productivos entre la pequeña y mediana minería con la gran minería, para que estas últimas se transformen en un poder comprador con presencia en todo el territorio.

Jorge Pedrals – Director del Instituto de Ingenieros de Minas de Chile, IIMCH

Director del Instituto de Ingenieros de Minas de Chile, IIMCH.

 

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