El Gobierno de la Presidenta Bachelet ha hecho entrega recientemente de una extensa y ambiciosa Agenda Energética. Este gran esfuerzo representa un avance relevante para destrabar la crítica situación en que se encuentra, particularmente, el sector eléctrico por la falta de proyectos de generación de base.
Los aspectos incluidos tienden a resolver los temas más relevantes que han sido expuestos en los muchos diagnósticos anteriores. Los ejes de este plan se pueden resumir como sigue:
• Un rol más activo del Estado en las distintas instancias. Cabe destacar que hasta ahora el rol del Estado ha sido más bien pasivo, sin embargo, a este no puede darle lo mismo que los proyectos se hagan o no se hagan, ya que ello afecta directamente al desarrollo del país y, por lo tanto, a la superación de la pobreza.
• Reducción de los precios de la energía, a través de una mayor participación del GNL en la generación eléctrica. Este punto puede ser el más ambicioso de esta agenda, dado que impone metas, como disminuir los costos marginales del Sistema Interconectado Central y también los precios de adjudicación de las licitaciones de las distribuidoras.
También es destacable que para el caso del gas natural se prevé la regulación de los precios en la distribución de este, en atención a los amplios márgenes de esta industria.
• Apoyo al desarrollo de los recursos energéticos propios, incluyendo explícitamente los cuantiosos recursos hidroeléctricos con que el país cuenta, la energía geotérmica y el resto de las fuentes ERNC.
• Desarrollo de los sistemas de transmisión con visión de largo plazo, considerando una adecuada planificación y la integración regional.
• Eficiencia y gestión del consumo de energía, introduciendo medidas para masificar el desarrollo de proyectos de eficiencia energética.
• Impulso a la inversión en infraestructura energética, incluyendo la licitación a 2015 de terrenos fiscales para fines de generación eléctrica, indicando explícitamente el apoyo a proyectos termoeléctricos sustentables. Sin duda este es uno de los aspectos más importantes de la agenda, dada la gran importancia que tiene la termoelectricidad con centrales económicas, no solo para asegurar el adecuado abastecimiento, sino también porque son ellas las que marcan los precios de la electricidad, siendo las centrales hidráulicas y otras solo tomadoras de esos precios.
• Participación ciudadana y ordenamiento territorial, destacando mecanismos para que las comunidades aledañas perciban parte de los beneficios de los proyectos energéticos, en línea con la descentralización del Estado.
Esta agenda demuestra la voluntad del Gobierno para enfrentar el mayor problema que sufren la economía y la competitividad del país, como es el alto precio de la energía eléctrica, y reconoce que el futuro de Chile está directamente relacionado con la disponibilidad energética.
Sin duda este desafío no es solo del Gobierno. Se requiere del compromiso de todos los actores, incluidos los agentes del sector eléctrico y energético en general, y los usuarios.