Infraestructura para la competitividad minera

Nov 6, 2018

El desarrollo de nuestro país ha estado estrechamente vinculado al crecimiento de la minería, especialmente la del cobre, teniendo un peso relevante en los ingresos fiscales y, por lo tanto, sustentando el impulso de iniciativas públicas que han mejorado las condiciones de vida de los chilenos. Aún más, el ansiado salto al desarrollo requiere que […]

El desarrollo de nuestro país ha estado estrechamente vinculado al crecimiento de la minería, especialmente la del cobre, teniendo un peso relevante en los ingresos fiscales y, por lo tanto, sustentando el impulso de iniciativas públicas que han mejorado las condiciones de vida de los chilenos. Aún más, el ansiado salto al desarrollo requiere que este sector productivo siga aportando a las arcas del Estado.

En esta asociación del éxito del sector con el futuro del país, es gravitante la competitividad de la minería chilena, en un contexto internacional con fuerte competencia. Para ello, garantizar costos de producción razonables es clave en escenarios con más bajas leyes y condiciones de extracción más complejas.

La competitividad de la minería se puede medir en base al potencial geológico y al clima de inversión. Siendo la primera una condición ventajosa del país, el desafío está en el segundo factor, considerando sus componentes claves. En este sentido, Chile cuenta con estabilidad política y económica, un mercado cambiario robusto, un marco regulatorio confiable y un buen mercado laboral, además de un sistema tributario en vías de simplificación. No obstante, es en los costos de producción donde aún podemos avanzar y generar mejores condiciones para reimpulsar nuestra minería.

En este sentido, dotar de infraestructura apropiada a las regiones con perfil minero es un objetivo que debiera considerarse estratégico, aportando al control de costos de un sector que representa en torno al 50% de las exportaciones del país. Así, se estaría contribuyendo a la eficiencia de la industria, con un especial impacto positivo en la pequeña y mediana minería, donde la asociatividad entre las propias empresas juega también un importante rol.

El tipo de infraestructura que tiene especial relevancia en la producción minera incluye tres áreas claves: abastecimiento de agua, transporte terrestre e instalaciones marítimas.

El abastecimiento de agua es esencial en la producción minera. Al día de hoy, la industria ha desarrollado importantes iniciativas centradas en la desalación que, pese a su alto costo económico, han logrado solucionar los requerimientos. Sin embargo, la pequeña y mediana minería tiene dificultades para viabilizar económicamente este tipo de soluciones y, por ello, el apoyo público es clave.

En cuanto al transporte terrestre, las regiones mineras requieren de una conectividad que permita acceder a las faenas en forma segura y conectarlas con los puntos de embarque. Contar con rutas adecuadas no sólo contribuye a la competitividad del sector, sino que además aumenta las condiciones de seguridad para el tránsito. Para avanzar en esta materia, se requiere el desarrollo de Planes Maestros de Transporte, con una mirada integral de las necesidades de conectividad y alineados con las estrategias regionales de desarrollo.

En el ámbito marítimo, el desafío se relaciona con normar el uso del borde costero con fines productivos, con foco en zonas con opciones portuarias para propósitos múltiples. Éste es un punto muy relevante para Chile, considerando que no contamos con “aguas abrigadas”, lo que limita nuestra capacidad exportadora y afecta la competitividad del sector en relación con la situación de otros países con industria minera.

Diego Hernández

Presidente de la Sociedad Nacional de Minería, Sonami. 

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