Liderazgo en tiempos de crisis

Sep 9, 2015

Desde hace algunos meses las conversaciones en nuestras empresas, la prensa, los seminarios y los eventos sociales se han llenado de pesimismo, de denuncias y de malestar. Lo interesante es que este ambiente, es también una gran oportunidad y quizás sea hora de explorarla.

Pareciera que los tiempos no son buenos y que el viento no sopla a nuestro favor. Desde hace algunos meses las conversaciones en nuestras empresas, la prensa, los seminarios y los eventos sociales se han llenado de pesimismo, de denuncias y de malestar. Como que las reglas del juego parecieran haber cambiado y no se ven tendencias claras en ninguna dirección. Se nos cayeron muchos referentes políticos y empresariales, descubrimos que las viejas recetas no nos servían para enfrentar los problemas y entonces empezamos a sentirnos profundamente desganados y pesimistas.

Lo interesante es que este ambiente, del que instintivamente quisiéramos escapar, es también una gran oportunidad y quizás sea hora de explorarla. ¿Ha pensado en las soluciones a los problemas que ve a su alrededor? ¿Tiene la sensación de urgencia por hacer cambios? ¿Cree usted que aquí las cosas podrían ser muy distintas? Si sus respuestas son afirmativas, quizás es el momento de que levante la voz y nos dé su visión, porque gran parte del problema de hoy es que nos faltan líderes.

Tener la visión del largo plazo siempre presente, trabajar en la comunicación, distinguir la información relevante de la que no lo es, cuidarse del pesimismo y también de la ingenuidad; son cosas muy importantes de tener presentes a la hora de asumir liderazgo.

[El liderazgo y la gestión del cambio no exigen grados académicos ni competencias rebuscadas, ni grandes historias pasadas… Simplemente la profunda convicción de que no da lo mismo lo que está pasando y que tenemos algo que aportar. ]

Necesitamos líderes con un buen entendimiento del entorno y con la fuerza para soportar las dificultades.

Un segundo punto es escuchar a los demás y entender sus motivaciones para encontrar en ellas un objetivo común. No sacamos nada con plantear nuestro largo plazo si no hay acuerdos alrededor y si no estamos verdaderamente conectados con el resto. Es bueno calibrar, es bueno testear y es clave recordar que esto se trata de un servicio. Si no es genuinamente por el bien de los demás y del entorno, su liderazgo es débil y puede irle mal.

Lo tercero es generar ambientes constructivos. Enfrente las quejas con preguntas que gatillen acciones y trabaje por energizar al resto con una buena visión del camino hacia adelante. Provoque la conversación creativa que genera soluciones. Cuestione los paradigmas que ya no sirven de nada. Sea capaz de comunicar bien sus ideas y de generar compromiso en las personas que lo rodean.

Y aunque no lo crea, esto podemos hacerlo todos; el liderazgo y la gestión del cambio no exigen grados académicos ni competencias rebuscadas, ni grandes historias pasadas… Simplemente la profunda convicción de que no da lo mismo lo que está pasando y que tenemos algo que aportar.

Si concordamos que hoy estamos viviendo las consecuencias de nuestras decisiones anteriores, es fundamental preguntarse cuáles deberían ser nuestras decisiones hoy.

José Luis Barroilhet, consultor de Spencer Stuart.

Consultor de Spencer Stuart. 

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