Cuidemos lo construido

Nov 4, 2015

A esto debe aspirar la minería: hacer de nuestra actividad un círculo virtuoso tal que, junto con la producción de minerales, seamos capaces de continuar desarrollando la industria de proveedores local, en sus conocimientos y capacidades en beneficio de Chile y su futuro.

Una mirada retrospectiva de algo más de 25 años nos muestra una minería en Chile de faenas sustentadas en su propia infraestructura para cubrir la mantención y reparación de equipos y plantas, la administración de pulperías, el transporte de personal, las escuelas, los campamentos, plantas de generación y distribución de energía eléctrica, y un sinnúmero de otras actividades ajenas al foco y giro de explotar eficientemente los yacimientos.

Los años ‘90, década dorada de la minería, trajeron junto a una tremenda inversión y generación de nuevas operaciones en el ámbito público y principalmente en el privado, un nuevo modelo y renovada forma de hacer las cosas, que permitieron la diversificación y crecimiento de la incipiente base instalada de proveedores de bienes y servicios. Así, desde esos años se fue construyendo un encadenamiento productivo a través de la creación de nuevas empresas proveedoras y fortaleciendo las ya establecidas, lo cual ha generado un importante sector de la economía.

Este sector ejecuta actividades y ofrece servicios y suministros que mejoran la productividad, bajan los costos de operación, reducen incertezas y riesgos en labores especializadas, garantizando resultados al contratante. Esta relación, por el alto grado de exigencia de los clientes mineros, le permite a la empresa externa que es contratada, el desarrollo de actividades económicas que no solo hacen más cercana la minería al común de las personas sino que generan inversión, valor agregado en sus procesos, promueven la I+D, el desarrollo de nuevas tecnologías, métodos más eficientes en seguridad y mejores ambientes de trabajo; es decir, como resultado queda claro que las empresas externas especializadas y las mineras se complementan y se necesitan mutuamente.

[Es de esperar que a la luz de todo lo expresado en estas líneas, prime la prudencia y la cordura en nuestros legisladores cuando se discuta en detalle el proyecto de Ley de Subcontratación, y no se destruya lo ya construido con gran esmero, esfuerzo y dedicación de tantos años.]

Por otra parte, al analizar los beneficios para una empresa minera al contratar servicios especializados, resaltan, entre otros: permitir la absorción de demandas temporales de mano de obra, incorporar especialización en equipos y tecnologías, promover la competencia y mejora continua, facilitar el foco en el giro propio del contratante y minimizar riesgos al poder exigir costos garantizados.

A todo lo anterior se puede agregar que el desarrollo de proveedores especializados basados en Chile ha generado una industria exportadora de equipos, servicios, sistemas y soluciones que, aunque no tiene hoy el grado de crecimiento que debiera, sí tiene el potencial en el largo plazo de ser un importante reemplazo de nuestras exportaciones cuando los recursos mineros se vayan extinguiendo.

A esto debe aspirar la minería: hacer de nuestra actividad un círculo virtuoso tal que, junto con la producción de minerales, seamos capaces de continuar desarrollando la industria de proveedores local, en sus conocimientos y capacidades en beneficio de Chile y su futuro.

Es de esperar que a la luz de todo lo expresado en estas líneas, prime la prudencia y la cordura en nuestros legisladores cuando se discuta en detalle el proyecto de Ley de Subcontratación, y no se destruya lo ya construido con gran esmero, esfuerzo y dedicación de tantos años.

Pascual Veiga,

Es socio – director Ayquina SpA.

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