
¿Quién es el dueño de Codelco?
Juan Rayo es gerente técnico y fundador de JRI Ingeniería.
Es frecuente en el mundo minero la pregunta de “¿Quién es el dueño de Codelco?”… Durante muchos años he tratado de responderme esa pregunta y creo haber logrado una respuesta que quisiera compartir.
Mi enfoque lo inicié analizando quienes no son dueños de Codelco:
– Las fuerzas armadas, aunque reciban un diezmo de todos sus ingresos.
– Sus trabajadores, ya que prestan sólo un servicio laboral, muy valioso por cierto.
– Sus ejecutivos, ya que sus visiones son esencialmente de corto plazo, y la empresa requiere un desarrollo estratégico de varias décadas.
– El gobierno, ya que sus intereses normalmente apuestan a lograr la máxima rentabilidad del presente y no la eficacia de la empresa en largo plazo.
– Los políticos.
– Todos los chilenos, ya que a mi juicio el usufructo de cualquier propiedad debe estar ligada al que tenga el derecho y el sentido de pertenencia.
Luego de este análisis, me centré en el aspecto sobre quiénes generaron esta propiedad social. ¿Qué motivó a que todos los políticos votaran por unanimidad la gran minería del cobre (Ley 17.450) en la sesión del 11 de julio de 1971? A mi juicio fue la presión ciudadana de esa época, por lo que se puede establecer que el cuerpo social de ciudadanos, vale decir, los que están informados y votan en las elecciones, fueron los que decidieron el cambio de la minera.
Son entonces “los ciudadanos” los únicos que se pueden considerar los propietarios de la empresa Codelco. Ellos son los que deberían poder ratificar, ajustar o complementar lo definido en los años 60 y 70, y sólo ellos los que deberían usufructuar de los beneficios de esta empresa.
Al igual que en arengas de revoluciones pasadas, dan ganas de exigir “todo el poder de manejar Codelco a los ciudadanos”. Parece exótico o disparatado, pero no lo es tanto…
Asumiendo que los ciudadanos que han votado en las elecciones ocurridas desde el retorno de la democracia se constituyen en los dueños efectivos de Codelco y el actual parlamento la transforma en una Sociedad Anónima Cerrada con alrededor de cinco millones de accionistas, tendríamos así un dueño que podría definir quiénes manejan la empresa (se votaría en forma universal para elegir directores de alta competencia), podría recibir directamente parte de las utilidades (mínimo 30% según la ley de S.A.), pero no podría decidir vender la propiedad por estatuto social.
Un Codelco bien administrado, con un directorio cuyos integrantes deben tener requisitos de idoneidad profesional, podría entregar a sus accionistas utilidades después de impuestos del orden de entre US0.000 y US5.000 millones al año, y si capitaliza el 50% para el desarrollo estratégico que garantice el futuro de la empresa, podría repartir alrededor de US00 al año para cada ciudadano, con efecto re-distributivo vía impuesto a la renta.
Esos accionistas velarán por tener una empresa que asegure un ingreso para su país y para su familia, por lo que la propiedad se mantendrá inalterada por varias décadas.
Una empresa con administración eficiente y que posiblemente tenga más del 15% de las mejores reservas de cobre del mundo podría otorgar riquezas al país y a sus dueños por un largo período. Además, de crear un sentido de propietario que siempre se ha dicho que es de todos los chilenos.
No estoy de acuerdo en una privatización realizada por fuera de quienes son los reales representantes del dueño… vuelvo a insistir: “Todo el poder a los ciudadanos…”.