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Cuánta electricidad consumirá la minería hacia 2026

Según informe de Cochilco, el consumo llegaría a 34,1 Tera Watts-hora en diez años más, con un incremento de 53,3%, lo que requerirá agregar una potencia adicional de 1.717 MW.

La Comisión Chilena del Cobre (Cochilco) presentó en la Universidad Adolfo Ibáñez el estudio “Proyección del Consumo de Electricidad de la Minería del Cobre a 2026”. De acuerdo con el documento, el consumo de electricidad en la industria llegaría a los 34,1 Tera Watts-hora en la próxima década, con un aumento de 53,3% en relación a 2015.

El mayor consumo esperado implica que se requerirá agregar una potencia instalada adicional de 1.717 MW en los próximos diez años, de los cuales 1.119 MW se estiman para el Sistema Interconectado del Norte Grande (SING) y 599 MW para el Sistema Interconectado Central (SIC).

Según explicó la ministra de Minería, Aurora Williams, en 2014 la energía representó el 8% de los costos operacionales de las empresas de la gran minería del cobre en Chile “y se prevé que a futuro tenga una incidencia mayor”.

Sergio Hernández, vicepresidente ejecutivo de Cochilco, pronosticó que las compañías mineras demandarán más electricidad debido a una serie de factores estructurales que enfrenta el sector, tales como el envejecimiento de las minas, la tendencia a un incremento en la dureza del mineral y la caída de las leyes del mismo.

“Esto significa que las empresas tienen que extraer grandes y crecientes volúmenes de mineral para lograr mantener los niveles de producción de cobre fino año a año, lo que conlleva a un incremento en el uso de energía en procesos como chancado y molienda”, señaló.

Por proceso

El informe de Cochilco destaca que las plantas concentradoras y desalinizadoras serán, en la próxima década, las mayores fuentes de consumo de electricidad al interior de la industria; mientras la primera será responsable del 65% de esta demanda (aumentando cinco puntos porcentuales en relación con 2015), la desalinización de agua de mar pasará a ser el segundo ítem de mayor consumo.

A 2026, explicó Jorge Cantallopts, director de Estudios y Políticas Públicas de Cochilco, la desalinización (e impulsión de agua de mar) demandará el 12% del consumo eléctrico, un incremento sustancial en relación al actual 3%. Lo anterior es consecuencia del aumento de operaciones de concentración. En el caso de este proceso se estima que aumentará 5,6 veces su consumo energético en el periodo 2015-2026; de 0,73 TWh en 2015 a 4,1 TWh en 2026.

Los procesos de lixiviación de óxidos, por el contrario, reducirán su consumo energético en torno al 40%, debido fundamentalmente al término de la vida útil de varias operaciones hidrometalúrgicas que producen cátodos SX-EW.

Diferencia

El informe recientemente publicado por Cochilco tiene algunas diferencias respecto de la versión anterior que presentaba los consumos a 2025. Entonces, la Comisión estimó un consumo máximo de 46,3 TWh y una generación adicional de 2.500 MW, de los cuales 1.400 MW se estimaban para el SING y 1.100 MW para el SIC.

La diferencia, explicó Cantallopts, obedece principalmente a la salida de proyectos, entre ellos, Lomas Bayas III, Collahuasi Fase III, El Abra Mill, Cerro Casale, El Morro y Relincho.

Eficiencia Energética

Desde el punto de vista metodológico, las proyecciones de consumo realizadas por el estudio se basan en dos supuestos. Primero, que durante el periodo analizado no habrán cambios tecnológicos disruptivos en la minería que incidan significativamente en los procesos. Segundo, que el consumo unitario de energía eléctrica por procesos será creciente en el tiempo, debido al deterioro del recurso geológico.

Diego Lizana, director ejecutivo de la Agencia Chilena de Eficiencia Energética (AChEE), señaló que las proyecciones de consumo presentadas por Cochilco no incorporaban elementos de eficiencia energética. “Los casi 1.700 MW adicionales que se requerirán para 2026 no contemplan un escenario con eficiencia energética (…) Existe incertidumbre respecto de qué va a pasar tecnológicamente hablando en los próximos años, por lo tanto, es importante dar un margen de duda a la capacidad de reacción que puede tener la minería para incorporar nueva tecnología”, comentó.