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Zona del proyecto NuevaUnión.

Codelco y Antofagasta Minerals lideran cartera de proyectos a 2027

La última actualización de Cochilco para las inversiones mineras en el país en la próxima década considera un monto de US$65.747 millones.

Un total de 44 proyectos mineros que suman un monto de US$65.747 millones considera la última actualización de la cartera de inversiones mineras, proyectada por la Comisión Chilena de Cobre (Cochilco) para el periodo 2018 – 2027. La cifra es levemente superior a la del estudio previo -que estimaba US$64.856 millones para 2017-2026-, incorporando seis nuevas iniciativas, al tiempo que otras siete han salido de la muestra, porque ya iniciaron su puesta en marcha.

El vicepresidente ejecutivo de Cochilco, Sergio Hernández, sostuvo que “los nuevos proyectos que se incorporan a la cartera, que no estaban en el informe anterior, ascienden a US$5.902 millones”. Estos corresponden a dos de litio, tres de cobre y uno de oro.

Las nuevas iniciativas que se incluyen son: Producción de Sales Maricunga, de Simco; Ampliación Carbonato de Litio a 180.000 tpa, de SQM Salar; Collahuasi instalaciones complementarias 170.000 tpd, de Minera Doña Inés de Collahuasi; Continuidad Operacional Zaldívar, de Antofagasta Minerals; Salares Norte, de Gold Fields, y NuevaUnión Fase II y III, del joint venture de Goldcorp y Teck. Esta última es la mayor de todas, “con una inversión de US$3.700 millones, adicionales a la Fase I ya considerada en el catastro del año pasado”, indicó.

Las autoridades de Cochilco, junto al ministro y subsecretario de Minería, destacaron que seis nuevas iniciativas se sumaron al catastro, en tanto que siete salieron porque ya iniciaron su operación.

En tanto, los proyectos que salieron de la muestra, debido a que iniciaron su puesta en marcha en 2017, suman inversiones por US$2.286 millones. Entre éstos se cuentan a Cerro Colorado Continuidad Operacional (BHP), Encuentro Óxidos (Antofagasta Minerals) y Actualización Esperanza (Amsa).

Otros dos, por US$776 millones, no se incluyeron (Cerro Blanco y Arbiodo), “ya que las empresas dueñas de estas iniciativas decidieron reestructurarlas a la espera de mejores condiciones de mercado”, se puntualizó.

Asimismo, Hernández dijo que los proyectos con mayor probabilidad de concretarse aumentan de un 50% a 55%, ascendiendo a US$36.257 millones, con 25 iniciativas que están en comienzo de ejecución o con un RCA aprobado.

Y al revisar los perfiles anualizados de inversión por sector, se hace notar que si bien la minería privada es la que más contribuye a la inversión nacional, la correspondiente a  la estatal es aquella con mayor probabilidad de materialización en la próxima década (68,9% de la cartera inversional en condición base + probable), ratificando así la importancia de este segmento.

Tendencias

En su análisis, la entidad hace hincapié en que la cartera 2018 sigue teniendo a la minería del cobre como actor principal, con una participación del 89,9% en el total: US$59.103 millones en 32 iniciativas.

Y aunque de menor envergadura, destaca también la fuerte apuesta en proyectos de litio, con cuatro valorados en US$1.280 millones.

Asimismo, el catastro deja en evidencia la menor cantidad de emprendimientos greenfield en nuestro país, pues sólo un 38,7% de las iniciativas consideradas pertenece a este grupo, fortaleciendo la tesis de que gran parte de los proyectos actuales está enfocada en mantener activas las actuales operaciones, más que en añadir nueva producción, “no sólo en cobre, sino también en oro, litio y minerales industriales”, advierte el documento.

En la misma línea, se observa que el 73,3% de las iniciativas buscan una producción de concentrados de cobre, en desmedro de la producción de cátodos SX/EW vía lixiviación, destacando el cambio en la estructura productiva del sector cuprífero del país.

En el caso de los minerales industriales, Cochilco advierte que la producción de nitratos y yodo ha sido desplazada por los proyectos de litio, tanto de carbonatos como de hidróxidos, lo cual se asocia fuertemente al boom de la electromovilidad y al uso de este elemento en baterías.

Por regiones y origen

La Región de Antofagasta sigue liderando la inversión minera, con el 42,6% contemplado en este catastro, siendo el cobre el responsable del 96,2% de ese monto.

En segundo lugar se ubica la Región de Atacama, con un 24,7%, donde el cobre también es dominante (84,9% del total), y en tercer puesto está la Región de O’Higgins, con un 9,1% de la inversión, toda cuprífera.

En el catastro 2018 – 2027, la inversión proviene de once países, liderada por Chile, con Codelco y Antofagasta Minerals como actores principales, los cuales representan un 82% de la inversión chilena.

En segundo lugar se encuentran las compañías canadienses, siendo las principales para el período Teck, Goldcorp y Capstone Mining.

Australia se ubica en la tercera posición, representada mayoritariamente por BHP, que a través de su proyecto Spence Growth Option (SGO) es responsable del 78,6% de la inversión oceánica en el país.

EE.UU., a través de Freeport McMoRan y su proyecto El Abra Mill (89,5% de la inversión estadounidense), figura en la cuarta posición de países inversionistas en Chile, mientras que Japón ocupa la plaza número cinco, donde Sumitomo es responsable del 59,4% de la inversión nipona en la cartera inversional para los próximos diez años.

Más atrás se encuentran países como Reino Unido, Polonia, Sudáfrica, Corea, Taiwán y Suiza, que juntos alcanzan un 5% de participación.

Aporte productivo

Si bien los montos inversionales de la cartera de proyectos mineros catastrada anualmente son importantes, para Cochilco es más significativo cómo esta inversión se traduce en producción futura, con los respectivos encadenamientos productivos resultantes.

Al respecto, en su análisis advierte que el aporte productivo estará fuertemente marcado a la producción de concentrados, “es así como al generar los perfiles de capacidad de producción máxima de los proyectos considerados en este informe, se estima que hacia 2028 el aporte a la producción cuprífera por parte de los proyectos sería de alrededor de 3,53 millones de toneladas de cobre fino, donde el 95,8% corresponde a cobre fino contenido en concentrados”, puntualiza.

En todo caso, recuerda que este aporte no es directamente sumable a la actual producción cuprífera nacional, ya que es necesario tener en cuenta el natural descenso en el rendimiento de las operaciones actuales, y que una parte importante de los proyectos son iniciativas de reposición o proyectos nuevos que modifican completamente la forma de producción de faenas operativas en donde se desarrollaran estas iniciativas.