Conocidos por sus siglas Riles (Residuos Industriales Líquidos), los desechos líquidos derivados de diversos procesos representan una de las principales preocupaciones ambientales en países con gran actividad minera. Estos residuos, que incluyen productos químicos, metales pesados y otros compuestos tóxicos, son a menudo vertidos en cuerpos de agua cercanos, impactando la calidad de ésta y el equilibrio de los ecosistemas acuáticos.
En este escenario, las compañías mineras y las organizaciones ambientalistas pendientes del monitoreo de riles, que persiguen soluciones más estrictas y prácticas.
En este contexto, Carolina Leiva, gerente de Negocios Minería en Resiter, explica que “una de las principales fuentes de residuos líquidos son los procesos de lixiviación y flotación utilizados para tratar los minerales, los cuales generan aguas residuales. Asimismo, durante la mantención de maquinarias y equipos mineros, los líquidos se contaminan con hidrocarburos”.
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