La posible privatización parcial de la principal empresa de cobre entró bruscamente la semana pasada en la agenda política de Chile, pero se descartó que pueda realizarse con el actual gobierno, que concluye en marzo de 2006.
El sorpresivo comentario del presidente ejecutivo de la estatal Corporación del Cobre (Codelco), Juan Villarzú, de que «el país va a tener que enfrentar la discusión de la conveniencia o no de abrir a Codelco al mercado», introdujo el tema en la campaña presidencial con vistas a los comicios de diciembre próximo.
El emplazamiento del alto funcionario, quien antes había desechado la idea de privatizar, se dirigía a los candidatos a la primera magistratura, al considerar que se requiere abrir una discusión sobre sus beneficios y desventajas, aunque aseguró que «a estas alturas, el país ya está maduro para hacerla».
Preocupado por el financiamiento futuro de la compañía, Villarzú planteó una posible apertura a los privados de entre 15 y 20 por ciento de los activos de Codelco, que ascienden a más de 21 mil millones de dólares. No obstante, el presidente del directorio de la empresa, el ministro de Minería, Alfonso Dulanto, subrayó que en el mandato del presidente Ricardo Lagos la idea era impracticable.
Soledad Alvear, precandidata presidencial de la Democracia Cristiana, fue la primera en sumarse a la idea argumentando que Codelco necesita crecer.
«Estoy convencida de que debe ser una empresa que se conserve estatal, sin perjuicio de abrirnos a que nuevas inversiones posibiliten la incorporación de capitales privados, muy en particular los Fondos de Pensiones, que garanticen a los chilenos que sus inversiones estén a debido resguardo», dijo la ex canciller.
Hasta el momento, la socialista Michelle Bachelet y el candidato de la derecha, Joaquín Lavín, no se han pronunciado, hay coincidencia en que éste último suscribe plenamente la idea de privatizar. El sector empresarial manifestó de inmediato su disposición de invertir «en el gran negocio país que es el cobre».
ENDEUDAMIENTO A PESAR DEL ALTO PRECIO DEL COBRE
Desde 1990, con el retorno a la democracia, y hasta el 2002, la entidad entregó más de 10,600 millones de dólares al Estado, y en ese mismo periodo las empresas privadas pagaron unos 1,500 millones de dólares, siete veces menos a pesar de producir más de dos veces lo que produce la estatal.
En 2004, esta corporación pagó por concepto de impuestos unos 400 millones de dólares, a los que sumaron 2,800 que entregó al fisco por sus ventas, totalizando 3,200 millones.
Pese al «boom» del precio del cobre, sobre todo por la demanda de China, que es el principal comprador de Chile, las deudas de Codelco han ido creciendo en los últimos años, llegando a 8,800 millones de dólares, y se prevé que aumentarán en el futuro porque se proyectan grandes inversiones.
Para enfrentar esta problemática, los directivos manejan varias alternativas, todas las cuales suponen cambios constitucionales.
La primera es la de seguir endeudándose a un mayor costo, lo que afectaría la clasificación de la empresa a nivel internacional.
La segunda, incluir socios minoritarios para incrementar el capital 10 por ciento, posibilitando que inversiones extranjeras ingresen como propietarios para garantizar el suministro de cobre.
La tercera, aliarse con empresarios privados en proyectos que no están permitidos por ley en las minas. Según la legislación actual, los privados no pueden entrar a los proyectos que pertenecen a bienes nacionalizados, como las minas de El Teniente, Chuquicamata y Andina, donde se han previsto inversiones por 3 mil millones de dólares. En la actualidad sólo las alianzas son permitidas en los nuevos proyectos de Gaby y El Toqui.
La cuarta alternativa es reducir los aportes de Codelco al Estado,
con la idea de reinvertir parte de las ganancias.
Ante la necesidad de un financiamiento de 10 mil millones de dólares, el principal argumento de Villarzú para plantear la privatización es que esa inversión por cuenta de Codelco incrementaría la deuda pública, dado el carácter estatal de la empresa, debiendo compensarse con el ingreso del capital privado hasta en 20 por ciento.
NACIONALIZACION Y DESNACIONALIZACION DEL COBRE
El cobre es el recurso natural más importante de Chile, que cuenta con el 37 por ciento de las reservas conocidas en todo el mundo, y la producción del mineral ha representado históricamente «el sueldo del país».
Con la nacionalización en 1971, en el gobierno de Salvador Allende, las empresas Codelco y Empresa Nacional de Minería (Enami) eran responsables de más del 95 por ciento de la producción de cobre.
Con el régimen militar y gobiernos democráticos a partir de 1990, se produjo un proceso de privatización de entidades, no exento de irregularidades, que favoreció a los grandes empresarios del país y a extranjeros, mientras que el Estado quedaba con la menor parte del negocio.
Este proceso se extendió a prácticamente todos los sectores, desde los recursos nacionales, electricidad, agua, acero, telecomunicaciones, empresas industriales y de servicios hasta bancos y colegios y universidades. En algunas empresas el Estado conserva parte del patrimonio.
Varias encuestas han confirmado que una gran mayoría de la población está en desacuerdo con más privatizaciones en el país, mientras confirman su apoyo al proyecto del gobierno de implementar un royalty o impuesto especial por la explotación de los recursos no renovables, el cual se mantiene en el parlamento sin aprobarse por la oposición de los partidos de derecha.
No es la primera vez que se plantea la privatización de Codelco, que para destacados economistas su gestión constituye una necesidad mientras no se cambie la política minera actual, y su presencia como empresa estatal sigue siendo de gran importancia como factor regulador de la industria minera y un gran soporte para los programas sociales del gobierno.
Codelco entrega muchos más recursos económicos al Estado que la suma del aporte de todas las empresas privadas.
El insinuado proceso de privatización parcial de Codelco generará un extenso debate en todos los sectores del país, que confirmará la actual polarización de la sociedad chilena respecto al papel del Estado.
Fuente/Radio Internacional China