Un gran momento para la empresa procesadora de molibdeno más grande del mundo, la chilena Molymet ligada a las familias Gianoli, Anastassiou y Matte.
Su principal negocio: procesar el molibdeno que proviene de la extracción hecha por otras compañías.
Su mayor plus: un metal que ha aumentado diez veces su precio los últimos cinco años y una compañía que posee importantes contratos a largo plazo, que le permiten una relación de estabilidad con sus clientes.
Renio
Pero en Molymet no sólo viven de molibdeno.
También el renio (que se ocupa para la construcción de turbinas de aviones) es parte de su negocio, aportando alrededor del 5% de sus ingresos. Este mineral se obtiene como un subproducto del procesamiento del molibdeno y, por lo tanto, forma parte del negocio de las procesadoras que tienen plantas especiales para separarlos.
«Molymet siempre va a privilegiar los contratos de largo plazo. Si bien no son los más apropiados dada la coyuntura de precios, nuestro negocio se basa en estas relaciones de confianza», asegura su presidente ejecutivo, John Graell.
Sólo el primer semestre de este año, la compañía tuvo utilidades por US$ 53,4 millones, más de cinco veces las obtenidas en el mismo período de 2004. Y, dado el precio del molibdeno y las condiciones de demanda, en el mercado proyectan una duplicación de éstas para fines de 2005.
Aunque Graell es cauto. Asegura que el alza en el precio del molibdeno también influye en el aumento de sus costos, ello ya que Molymet también adquiere este mineral como materia prima para sus operaciones.
Operaciones que, espera, puedan ampliarse no sólo en nuestro país -donde invertirán US$ 78 millones en ampliar en 50% la capacidad de su planta ubicada en la localidad de Nos-, sino también en otras naciones.
En este punto sus objetivos son claros: llegar a China.
Para eso ya participaron en dos procesos de due diligence para adjudicarse una planta procesadora en el país asiático. En las dos ocasiones no tuvieron éxito, aunque ahora esperan que la tercera sea la vencida.
Según Graell, se encuentran nuevamente participando en otro de estos procesos.
«China es un mercado relevante. Creemos que ahí tenemos mucho que aportar, ya que con nuestra experiencia podemos procesar de forma eficiente, con un consumo energético relativamente menor y podemos controlar el tema ambiental», explica el ejecutivo.
Quien agrega que en el tema ambiental han sido extremadamente cuidadosos, teniendo hoy todas las certificaciones internacionales al respecto e invirtiendo cerca de US$ 60 millones cada cinco años.
Hoy Molymet posee más del 30% del mercado mundial del procesamiento de molibdeno, sobrepasando incluso a gigantes como Phelps Dodge en esta área.
Tiene dos tipos de negocios: por un lado compra el mineral a compañías como Los Pelambres y, por otro, sólo es procesadora, ése es el caso de Codelco.
Tiene plantas en Chile, Alemania, México y Bélgica; en esta última, invertirá US$ 28 millones en ampliar su capacidad de procesamiento.
Es decir, un plan de inversiones de US$ 106 millones como mínimo hacia 2007 para aumentar su capacidad.
Esto se debe a que, como explica Graell , «no podemos estirar más los elásticos de los fierros». Con esto se refiere a que actualmente están con toda su capacidad de producción copada y que, para responder a la creciente demanda, deberán simplemente invertir en crecer.
Fuente/El Mercurio