No son frecuentes, pero ocurren. Y cuando eso pasa la caja de resonancia suele ser mayor. Nos referimos a las roturas o fallas que sufren los mineroductos, los sistemas de transporte de mineral, especialmente de cobre, que cubren largas distancias.
Por citar un caso reciente en Chile, en 2022 se produjo una filtración de una de estas tuberías, de propiedad de minera Los Pelambres, en la comuna de Salamanca, región de Coquimbo. El incidente ocasionó el derrame de concentrado de cobre en una superficie de 0,34 hectáreas sin afectar ningún cuerpo de agua.
Sobre las causas que originan estas fallas, Christian Ihle, gerente de la Unidad de Negocios Pipelines en Shimin Ingeniería, explica que “a diferencia de las tuberías de transporte de agua, el traslado de material sólido conlleva un riesgo de embancamiento, asociado muchas veces a roturas, que pueden ser internas o proyectarse al componente de la tubería que resiste la presión (acero o plásticos de alta densidad). Esto puede deberse, en los mineroductos, a daños repentinos o progresivos del revestimiento interno en caso que exista. El flujo de agua y material sólido puede acelerar su deterioro y, en definitiva, promover la generación de desprendimientos al interior de la sección de flujo”.
Añade que estas fallas, en ocasiones difíciles de detectar, exponen la tubería a la corrosión. Y a pesar que es una práctica común proteger los mineroductos contra este proceso empleando sistemas de protección catódica, “es posible que subsistan problemas asociados a agentes biológicos, contra los cuales este método de control es menos efectivo”, indica.
Para Cristian Balázs, gerente general de Biix Ingeniería, las fallas más frecuentes en ductos metálicos se deben, precisamente, al fenómeno de la corrosión, tanto interna como externa. Y en ductos construidos con otros materiales, como plástico, “los imprevistos o fallas más comunes se originan por la abrasión interna y desgaste de la pared del ducto. También se producen roturas causadas por terceros que intervienen las zonas donde se encuentran emplazadas las tuberías, y otras fallas por daños mecánicos ocasionados por desplazamientos de tierra, en soldaduras o uniones mecánicas, fatiga de materiales…”.
Atributos imprescindibles
¿Qué atributos deben reunir hoy los mineroductos para minimizar la posibilidad de fallas? A juicio de Gerardo Olivares, gerente general de Tesra, “se deben realizar diferentes actividades que aseguren la disponibilidad, seguridad y confiabilidad de estos sistemas de transporte, evitando detenciones no programadas operacionales o por terceros, tiempos de atención de las emergencias, incertidumbre por las compras de repuestos, desgaste acelerado de los anillos de disipación, puntos ciegos de inspección en el sistema de transporte, entre otros elementos”.
Christian Ihle sostiene que “un diseño y construcción adecuados son fundamentales para garantizar su integridad a largo plazo. Esto considera la selección de materiales, incluyendo revestimientos y otros sistemas de protección contra la corrosión y el cumplimiento de los estándares y regulaciones aplicables al servicio y niveles de presión. Además, la inspección y el monitoreo regulares de los ductos son esenciales para anticipar daños o defectos potenciales graves. Esto puede incluir inspecciones visuales, empleando drones o satélites, o estrategias de monitoreo de condiciones, como, por ejemplo, sistemas de detección de fugas basados en la medición de variables de desempeño como flujos y presiones”.
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