La exploración de una posible mina de cobre y oro fue frenada por protestas de vecinos de una localidad mendocina que cuestionan la utilización de cianuro de sodio, considerado muy contaminante, en su explotación.
La mayor movilización se produjo el domingo en el departamento San Carlos, en el Valle de Uco, a 110 kilómetros de la capital mendocina.
Unos 3 mil vecinos cortaron la ruta nacional 40 y reclamaron al Gobierno provincial que impida el avance de la iniciativa minera.
Del movimiento participan el intendente Mario Guiñazú (PJ), productores, miembros de la Iglesia Católica y hasta la reina nacional de la Vendimia, Nuri Duonnantuoni.
El gobernador Julio Cobos decidió ayer congelar los cateos y exploraciones mineras por 90 días, hasta tanto se defina una reglamentación general de la actividad minera en Mendoza que responda a las exigencias de una ley provincial de protección ambiental, que es muy rigurosa.
El proyecto de San Carlos, llamado Papagallos, lo lleva adelante la empresa Desarrollo de Prospectos Mineros S.A. (Depromin), subsidiaria de la canadiense Tenke Mining Corporation, del grupo Lundin.
El área donde se pretende realizar la exploración para establecer si existe o no un yacimiento rentable, abarca el arroyo Papagallos, a unos 15 kilómetros de la laguna El Diamante, en la frontera con Chile. El Papagallos es afluente del Aguanda, que junto con el Yaucha, riegan el sur del Valle de Uco.
Depromin publicó una solicitada en un diario local en la que sostiene que la exploración todavía está pendiente de un permiso oficial.
Replica también afirmaciones de los vecinos de San Carlos al señalar que «los eventuales métodos de explotación () no utilizarán cianuro, no implican la fundición en el departamento ni contaminarán el agua ni el ambiente».
Pero los vecinos no le creen y desconfían.
El docente Daniel Núñez, una de las voces más firmes de la protesta, no ahorró explicaciones y trazó un detallada panorama de lo que sería la explotación de la mina:
«El oro, como el cobre y la plata, están diseminados en la montaña en una proporción de 70 micras, que sería el tamaño de una partícula de harina; todo eso está en profundidad, motivo por el cual hay que utilizar 7 toneladas de explosivos al día, la recolección de roca se satura con 9 millones de litros diarios de agua, más 6 toneladas de cianuro de sodio para separar el oro».
También hizo notar que el agua con cianuro se guarda en un dique de cola o residual, pero con el tiempo —según él— el líquido se filtra y va directamente a las napas subterráneas.
Fuente/Clarín