Homenaje a Luksic Abaroa marca celebración de los 122 años de Sonami

Sep 1, 2005

La Cena anual de la Minería fue el escenario donde gran parte de la industria distinguió a quien se le califica como el mayor empresario minero de Chile.

El aniversario de los 122 años de la Sociedad Nacional de Minería (Sonami) estuvo marcado por los reiterados homenajes que personalidades del sector hicieron a Andrónico Luksic Abaroa, fallecido el pasado 18 de agosto.

Ayer el gremio entregó el Premio Nacional de Minería 2005 al artífice del grupo Antofagasta PLC y de la mayor fortuna de Chile, y subieron a recibirlo cuatro de sus cinco hijos, Guillermo, Jean Paul, Paola y Gabrielle y su viuda Iris Fontbona.

«Es un premio muy importante a un hombre que dedicó su vida entera a la minería chilena desde sus años más jóvenes, con gran intensidad y con gran decisión», dijo Guillermo, presidente de Quiñenco. Su hermana Paola señaló escuetamente que «este premio nos enorgullece mucho como familia».

El ministro de Minería, Alfonso Dulanto, también utilizó la ocasión para distinguir a Luksic Abaroa, «que demostró que un chileno puede hacer un proyecto minero a escala mundial».

De hecho, el momento de mayor emoción anoche fue cuando el presidente de Sonami, Alfredo Ovalle, se refirió a Luksic Abaroa, como «uno de los hombres más importantes en la historia de la minería chilena contemporánea», quien «fue y será un ejemplo para todos los mineros», ya que «en él se reflejan todas las cualidades de un gran empresario: imaginación, superación, perseverancia, confianza en sí mismo y particular entusiasmo por nuestra actividad».

Estas palabras desencadenaron un cerrado aplauso de los más de 850 asistentes a la Cena de la Minería.

La Sonami distinguió, además a Ignacio Gutiérrez por «resaltar la tradición minera y el esfuerzo del pe-queño minero»; el emprendimiento empresarial de la mediana minería, expresado en la Minera San Jerónimo.
En el ámbito de la gran minería, la Sonami premió a la Fundición Altonorte de Falconbridge.

El presidente de la Sociedad Nacional de Minería (Sonami), Alfredo Ovalle, expresó ayer su extrañeza, inquietud y confusión frente al acuerdo alcanzado entre el gobierno y la Comisión de Hacienda del Senado en orden a eliminar de los directorios de Enami y Enap a los representantes del citado gremio.

Ante unas 800 personas que asistieron a la cena anual de la entidad, entre los que se contaron altas autoridades del Poder Ejecutivo y Legislativo, el dirigente destacó que “desde hace décadas” la entidad ha tenido representantes en los directorios de las citadas firmas estatales.

Una presencia, según se desprendió de su discurso, que está respaldada por la trayectoria de Sonami (122 años).

Hoy conforman el gremio 38 asociaciones regionales de pequeños mineros, 20 empresas de la gran minería y 22 empresas de la mediana minería.

Al referirse a los aportes al país, Ovalle dijo que están “orgullosos” como sector privado de haber incrementado entre 1990 y 2004 la producción de cobre de 420 mil toneladas a 3.700.000 toneladas; de representar hoy como sector privado más del 31% de las exportaciones totales de Chile; de aportar un 5% al PIB y de ser generadores de empleo directo para más de 50.000 chilenos”.

No obstante, advirtió que estas cifras no bastan para obtener una justa valoración respecto de la contribución que hace la minería al bienestar de los chilenos y que el desafío se vincula con seguir “avanzando en una forma aperturista, de integrarnos más entre nosotros como sector, así como con las autoridades y con los chilenos en general”.

Un tema clave para la nueva directiva es la unidad. “Podemos decir con fuerza que la pequeña, mediana y la gran minería comparten, al cumplirse los 122 años de Sonami, un ideario común”.

En todo caso, el dirigente llamó también a estar preparados y mejorar la productividad en el entendido que los altos precios de los metales no serán para siempre.

En otro ámbito, Ovalle expresó su decepción porque no han logrado reunir a los candidatos presidenciales en un encuentro para que entreguen su visión sobre el desarrollo minero.

Los premiados

Premio 2005 a la Pequeña Minería
Ignacio Gutiérrez Morales es un minero de tomo y lomo. Nació en 1928 en Tierra Amarilla y desde los 10 años comenzó a trabajar con su padre en distintos yacimientos pequeños de la zona. A pesar de no tener estudios sabe leer y escribir, pero es algo que aprendió ya siendo adulto. A su haber, destaca el trabajo que ha realizado en la explotación de al menos unas 30 minas de la zona.
Es activo socio de la Asociación Minera de Copiapó por más de tres décadas ininterrumpidamente, razón que le hizo merecedor a la postulación para el galardón de este año. Actualmente trabaja la mina “Francisca” -en honor a su madre- a la cual debe caminar cerca de 11 kilómetros para trabajar.

Fundición Altonorte, Gran Minería
La distinción entregada por Sonami responde a las importantes inversiones e innovaciones tecnológicas que ha materializado la compañía y que le han permitido no sólo incrementar su capacidad de producción y reducir costos, sino también acrecentar su permanente compromiso con la comunidad y el medioambiente. De hecho, la firma se ha posicionado entre las grandes fundiciones del mundo y en forma muy competitiva, según explicó su gerente general, Manuel Matta.
Altonorte, ubicada en la Segunda Región, forma parte de la Unidad de Negocios Cobre Falconbridge Limited. La compañía tiene una capacidad instalada de 820.000 toneladas de concentrados anuales y 700.000 toneladas de ácido sulfúrico anuales. Este año culminó una inversión de
US$ 6,5 millones para operar una planta de tostación de molibdeno.

Andrónico Luksic Abaroa, el póstumo
reconocimiento a la trayectoria minera
La Sonami decidió otorgar por su trayectoria empresarial y aporte al desarrollo de la minería chilena el Premio Nacional de Minería 2005 al empresario Andrónico Luksic Abaroa, recientemente fallecido. El gremio ya lo había distinguido el año 1990 con el premio a la mediana minería, que destaca el emprendimiento empresarial.
En los más de cincuenta años dedicado a los negocios, el empresario de origen croata, Andrónico Luksic, dejó una profunda huella en el mundo de los negocios, creando uno de los mayores conglomerados de empresas, organizado en dos holdings: Quiñenco y Antofagasta Minerals.
De hecho, entre los aspectos que lo atan a la minería están el hecho de que su imperio nació bajo el alero de este negocio en 1954, cuando adquirió su primer yacimiento en Antofagasta. No fue sino hasta 1960 cuando inició su camino hacia la diversificación, en el momento que decide trasladar su centro de operaciones a Santiago. Esa fue la época de mayor crecimiento de sus negocios, ingresando a los sectores industrial, agrícola y transporte.
CCU, Madeco, Telefónica del Sur (Telsur), Banco de Chile y Minera Los Pelambres, son algunas de las empresas que están reunidas en la actualidad bajo alguno de estos holding.
Su aporte al mundo empresarial le significó múltiples reconocimientos, entre ellos el de “Mejor Empresario del Año”, otorgado en 1997 por Diario Financiero. Pero no sólo fue galardonado a nivel local, en 2003, fue premiado por la asociación internacional que agrupa a los productores de cobre, con la distinción “Hombre del Cobre del Año”, por su aporte a la industria.

Fuente/La Tercera

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