Desde el inicio de la propagación del Covid-19 (coronavirus), Enap adoptó medidas preventivas que buscan evitar el contagio entre sus colaboradores y estableció planes para asegurar las operaciones, con la finalidad de mantener el abastecimiento de combustible en todo el país.
Según indicó la empresa, para llevar a cabo este plan de contingencia, se constituyó un Comité de Crisis, «que sesiona diariamente y está conformado por el gerente general, gerentes de primera línea, el representante de los trabajadores en el Directorio, los gerentes de ambas refinerías y de Enap Magallanes. El comité sesiona a diario y monitorea la condición de salud de los colaboradores, así como las eventuales contingencias en las operaciones».
Para garantizar el suministro de combustibles líquidos y gas en Magallanes, la compañía elaboró un plan para asegurar la operación y producción en refinerías y en nuestras plantas, incluso con dotaciones mínimas.
«Estamos adoptando y actualizando diariamente las medidas que buscan prevenir el contagio del virus entre nuestros colaboradores, contar con planes para asegurar las operaciones y reforzar la distribución para responder a las necesidades del país», afirmó el gerente general, Andrés Roccatagliata.
Se informó que la empresa también está en coordinación permanente con las compañías distribuidoras y Ministerio de Energía, revisando niveles de stock y reforzando la cadena de suministro.
Protocolos
El Comité de Crisis elaboró un instructivo que se distribuyó a todos los colaboradores, en el cual se establecieron medidas preventivas de contención para la propagación del Covid-19, así como instrucciones para organizar el trabajo, garantizando la seguridad de las personas y la integridad de las instalaciones.
El plan de contingencia impulsado por la compañía implica el establecimiento de protocolos de trabajo como: contar con personal crítico, segregación de equipos y sistemas de turno y teletrabajo a partir del 17 de marzo.
Las personas que estén en los grupos de riesgo definidos por la autoridad, es decir, mayores de 70 años, embarazadas, mujeres en etapa de lactancia, personas inmunodeprimidas, con diabetes o con enfermedades cardíacas o pulmonares; deberán coordinar con sus jefaturas el inicio de trabajo de forma remota.
«Nuestra prioridad es cuidar a cada uno de nuestros colaboradores y sus familias y continuar garantizando el abastecimiento de combustible para todo Chile», señaló Roccatagliata.