«A comienzos de los 90 nosotros hicimos nuestra gran inversión en Candelaria, bajo el alero del DL 600. Desde ese momento nosotros nos dimos cuenta que Chile es un país muy conveniente para invertir», dice.
Y a pesar de la discusión sobre un nuevo impuesto específico al sector minero, mantiene su posición. Sostiene que el denominado royalty 2 no afectará las inversiones actuales de Phelps Dodge en Chile, pero que sí podrán verse afectados proyectos futuros que impliquen rentabilidades menores.
«Si tú subes los impuestos, la competitividad disminuye. Esto no sólo se da en Chile, sino también en otros países del mundo», explica Snider, quien agrega que «la industria minera chilena tiene una larga historia de inversión que la hacen competitiva… con este impuesto puede perder parte de esa competitividad que la caracteriza».
Para el ejecutivo, la aplicación de un royalty a la minería no sólo sería perjudicial para este sector de la economía, sino también para los otros sectores por un tema de confianzas.
«Es un impuesto discriminatorio que genera incertidumbre», asegura.
El ejecutivo es presidente de una de las mayores compañías mundiales productoras de cobre y molibdeno. Además, tiene desde nuestro país sus oficinas como plataforma hacia el resto de Latinoamérica.
Latinoamérica
Phelps Dodge en Chile es propietaria, en un 80%, de la mina Candelaria, además de tener el 51% de El Abra y la propiedad de la recientemente reabierta Ojos del Salado. También tiene presencia en 27 países. Según el ejecutivo, uno de los pasos más importantes que debe dar Chile para escalar posiciones en el mercado mundial es mejorar algunos aspectos de nivel operativo.
Y los desafíos, según Snider, apuntan a dos factores claves: la poca disponibilidad de agua para los nuevos yacimientos mineros y el poco desarrollo del sistema eléctrico.
«Con estos dos aspectos resueltos, se puede hacer de Chile un país más competitivo aún de lo que es hoy», sentencia.
Respecto a sus operaciones en Latinoamérica, Snider asegura que sus esfuerzos se encuentran concentrados en su proyecto en Candelaria Norte en Chile y en Perú su proyecto de sulfuros en Cerro Verde.
Fuente/El Mercurio