Juan Pablo González: “Como IIMCh tenemos una mirada optimista”
Si bien reconoce un fuerte impacto en las empresas de ingeniería, el presidente del Instituto hace ver que estos ciclos son habituales. “Al comienzo la gente entra en pánico, pero después el mercado se estabiliza y empieza a crecer”, indica.

Fundado hace más de 85 años, el 29 de septiembre de 1930, el Instituto de Ingenieros de Minas de Chile (IIMCh) se constituyó entonces con la misión de colaborar en levantar a la minería de su decadencia y cooperar en resolver los problemas técnicos del sector, desafíos que cobran relevancia en la coyuntura actual.
Hoy es presidido por Juan Pablo González, quien destaca las actividades permanentes que como entidad desarrollan para abordar los temas de la contingencia minera, entre ellas, la tradicional Convención –que este año será la N°67 y se realizará en noviembre en Copiapó–, seminarios, talleres y los ciclos de conferencias de los “Jueves Mineros”.
El IIMCh también está coorganizando la Conferencia Internacional del Cobre 2016, que tendrá lugar en Kobe, Japón, en la cual participarán altos ejecutivos de la industria.
“Estamos en una situación especial, compleja para la minería”, reconoce González, puntualizando que “sabemos que los presupuestos de las empresas están más restringidos, pero también muchos de los temas que colocamos en el tapete son de interés de los socios y de la industria en general”.
¿En qué medida la menor actividad sectorial ha impactado a la ingeniería de minas?
Se generó un impacto fuerte, porque hubo un ciclo (de bonanza) demasiado largo, donde las expectativas fueron demasiado altas y se descuidaron temas de procesos y manejo de costos. Si bien esto ha afectado a las empresas de ingeniería, para mejorar los costos tienes que hacer ingeniería y optimizar los procesos. Hay una oportunidad allí, para encausar algunos estudios y empezar proyectos de optimización.
¿Qué efecto ha tenido la actual situación en el nivel de empleo de los ingenieros de mina?
Todas las empresas de ingeniería han sido fuertemente impactadas. La mayoría está en el mínimo, con el 50% de su dotación respecto de dos años atrás. Con todo, también han surgido pequeñas empresas de ingeniería que permiten mayor flexibilidad para estos tiempos, y se van generando nuevas oportunidades para los ingenieros, en particular para las firmas que hacen otros tipos de estudios, de geociencias o mejoramientos de procesos, por ejemplo.
Como Instituto tenemos una mirada optimista, creemos que esto va a mejorar. Estos ciclos han ocurrido en muchas ocasiones. Al comienzo la gente entra en pánico, pero después el mercado se estabiliza y empieza a crecer.
¿Existe hoy una sobreoferta de ingenieros de minas?
El Instituto hace algunos años analizó este tema a través de una comisión, donde dimos cuenta que la señal que se estaba mandando no era la correcta, pues se necesitaban más técnicos que profesionales. A su vez, se sabía que había una sobredemanda de la carrera de ingeniería de minas por parte de los jóvenes.
Estamos preocupados, porque vemos que habrá algo de exceso de profesionales, pero, al mismo tiempo, probablemente parte de ellos está pensando trabajar fuera de Chile, en otros países donde hay déficit de ingenieros de minas.
Mea culpa
¿La baja en el precio del cobre será el único factor que explica la situación de la minería; qué otros han incidido?
El precio afecta a la industria a nivel mundial, y en Chile se agregan otros factores que afectan los costos, como el acceso al agua y la energía. A la vez se generó la coyuntura de que había muchos proyectos al mismo tiempo, lo que elevó los costos en toda la cadena del negocio. Sin embargo, muchos de estos factores están siendo trabajados por las empresas.
¿Qué mea culpa hace la ingeniería respecto de las fallas técnicas o de diseño en algunos proyectos?
Los ingenieros chilenos son reconocidos, incluso internacionalmente. Están al mejor nivel. Ahora bien, puede que algunas complicaciones se deban a un sobre optimismo. A lo mejor, en el ciclo alto de precios muchas ingenierías se fueron acelerando, incluso saltándose pasos. Todos querían producir lo antes posible, con proyectos fast track, pero éstos no funcionan si no se van quemando etapas. Cuando hay un voluntarismo en la ingeniería, terminas teniendo problemas, porque hay factores modificadores que empiezan a afectar, como la metalurgia, los costos o el tema medioambiental.
¿Y la industria aprendió la lección?
Para ser honesto, creo que si hay un nuevo boom, podría pasar lo mismo, porque cuando estás en una etapa de un ciclo muy alto, el beneficio es mucho mayor que el costo marginal. Pero si uno mira la minería como un negocio de largo plazo, siempre debiera primar la excelencia técnica y operacional, de modo que ante cualquier problema de vaivén financiero, la empresa pueda ser sustentable.
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