El desafío que conlleva el combate al cambio climático, que implica un impulso relevante a las denominadas tecnologías verdes, intensivas en metales como el cobre, y lo que esto implicará para la industria minera global, fue uno de los temas que concentraron la atención de los asistentes a la XI versión de la conferencia internacional de minería del cobre Copper 2022.
Al respecto, Bernard Respaut, de la International Copper Association (ICA), manifestó que el cobre es la mayor contribución al proceso de transición de las energías limpias.
“El cobre está en todas partes cuando hablamos de descarbonización”, expresó, resaltando que se estima que la demanda de cobre se duplique considerando el período 2020 – 2050.
En ese escenario, expuso sobre el proceso de elaboración de una hoja de ruta de descarbonización por parte de la ICA, pensando como un documento guía para la industria y sus stakeholders, que se lanzaría en enero de 2023.
Además, destacó que si se quiere descarbonizar, es necesario contar con los proveedores que dispongan de la tecnología para hacerla posible. Junto con normativas que faciliten estos procesos de transformación, y las capacidades técnicas necesarias para su implementación.
“Estamos optimistas porque vemos un futuro brillante para la industria del cobre”, aseguró, mencionando que 25 millones de toneladas de cobre son utilizadas anualmente, cuya producción conlleva un cierto volumen de emisiones, pero que, a la vez, contribuye a mitigar las emisiones globales.
Sus dichos fueron complementados por Marcela Bocchetto, gerenta de carbono neutralidad y biodiversidad de Anglo American Chile, quien afirmó que “el cobre es el gran habilitador de la transición energética”.
La ejecutiva expuso el camino que está llevando a cabo la minera para ser cada vez más eficiente en sus procesos, y, a la vez, reducir su huella ambiental, proceso en el que el componente tecnológico es algo clave.
Agregó que se espera que la transición energética sea mucho más intensiva en metales: “El cobre es una gran parte de la solución”.
Además, mencionó que Anglo American apunta a ser carbono neutral hacia 2040, lo que conlleva reemplazar el uso de combustibles fósiles en sus equipos mineros, además de la incorporación de energías limpias.
Medir para mejorar
Ante este nuevo escenario climático, y la relevancia que tendrán los commodities, Orlando Jiménez, director ejecutivo de CSIRO Chile, expresó que la gran pregunta es cómo la industria minera podrá desacoplar la producción de la intensidad en energía.
Al respecto, indicó que un desafío es cómo equilibrar la mayor demanda global de minerales con los impactos locales de la operación minera.
Manifestó que las empresas deben incorporar el concepto de minería verde en el desarrollo de sus proyectos, a lo que se suma la necesidad de acelerar las tecnologías e inversiones que se requieren.
Por su parte, Fernando Lucchini, presidente ejecutivo de Corporación Alta Ley, hizo hincapié en que, la industria minera, además de procurar proveer los minerales que requiere el proceso de transición energética, debe procurar realizarlo de manera sostenible.
Esto implica medir, monitorear la cadena de valor minera, de manera de conocer cómo se está produciendo.
Vinculado a este punto, resaltó que es relevante la labor de identificar a los proveedores claves de la industria minera, de manera de monitorear las emisiones de Alcance 3 y ver cómo mitigarlas.