(Emol) El cobre alcanzó el viernes su mayor precio en más de dos años, ya que los especuladores extendieron su ola de compras apostando a la recuperación del mayor consumidor mundial de metales, China, en medio de la debilidad del dólar.
El valor del metal rojo cerró en US$3,1 la libra, subiendo 1,07% en la jornada.
Ese fue el mayor incremento desde el pasado 7 de septiembre, cuando escaló 1,68%, pero lo más destacable es que tocó el precio más alto desde el 18 de junio de 2018, cuando terminó en US$ 3,17 la libra.
De este modo, el cobre subió 1,12% en la semana, la segunda consecutiva en terreno positivo. Así, en 2020 completa un incremento de 11,01%, promediando un valor de US$ 2,64 la libra.
«La fortaleza del mercado que estamos viendo ahora es fenomenal. La historia está centrada en China y el impulso general que está viviendo el complejo de las materias primas», dijo Ole Hansen, de Saxo Bank en Copenhague.
«Mientras sigamos por encima de la tendencia alcista clave, que hoy está en 6.700 dólares, no hay razón para que los especuladores, que han acumulado una posición larga bastante grande en el cobre, hagan ajustes», agregó.
El índice dólar, que compara al billete verde con seis destacadas monedas, bajaba tras un decepcionante dato de empleo en Estados Unidos que ensombreció el panorama económico, abaratando la compra de metales con otras divisas.
El ministro de Minería, Baldo Prokurica, sostuvo que «es una buena noticia que responde a la recuperación de la economía de China y de otras economías a nivel mundial que requieren de cobre».
Prokurica añadió que «sobre todo es una noticia positiva desde el punto de vista de los ingresos fiscales, y especialmente desde el aspecto de la atracción, para que nuevos proyectos de la minería del cobre chilena puedan salir adelante y tengamos aún mayor interés para que podamos enfrentar el período pospandemia, en donde vamos a necesitar que la minería se active aún más, que pueda salir adelante».
Recordó que en «los siete meses de pandemia la minería se ha mantenido de pie con altos costos, por supuesto, y con un gran esfuerzo de los trabajadores y de las empresas».