Más de US$ 2.100 millones sería el beneficio económico para Coquimbo si se concreta Dominga

May 2, 2018

El encadenamiento productivo en la construcción implicará unos 5 mil empleos indirectos.

(Diario Financiero) Tras la nueva vida que recibió el proyecto minero-portuario Dominga, después que el viernes el Primer Tribunal Ambiental con sede en Antofagasta decidiera retrotraer el proceso de evaluación, se comenzaron a sacar cálculos del impacto económico que podría traer si se concreta.

Más allá de los US$ 2.500 millones que están contemplados como inversión de Andes Iron, un estudio de la Facultad de Ciencias Empresariales de la Universidad Católica del Norte, mostró que los desembolsos relacionados a las obras podrían crecer hasta 38% por los encadenamientos productivos.

Las proyecciones estiman que del monto destinado a la inversión, unos US$ 1.182 se quedarían en la economía local. Ese monto se elevaría a
US$ 2.133 millones gracias al aporte indirecto que se produce en otros sectores, como el manufacturero (33%) y la construcción (67%), lo que podría representa hasta 33% del PIB regional.

“La evaluación de impacto de un proyecto como Dominga puede medirse por el gasto que hace el proyecto directamente en los diferentes sectores de la economía que se ven afectados, conocido como Efecto Directo, que se mide a través de las compras que hace el proyecto directamente a las empresas de los diferentes sectores de la economía, incluido el sector al cual pertenece el proyecto”, explica el profesor Pablo Pinto, uno de los investigadores a cargo del estudio.

A esto, se suman las compras que deben realizar las empresas o proveedores a las cuales el proyecto compró directamente. “Estos proveedores deben realizar compras para producir los bienes o servicios que demanda el proyecto, adicionalmente, las empresas que surtieron de insumos a los proveedores de Dominga también debieron realizar demandas para satisfacer a los proveedores. La suma de estos impactos es conocido como Efecto Indirecto”, agrega el investigador.

Según el detalle de la investigación, a esta cifra se deben sumar otros US$ 369 millones extras cada año durante el período de operación de la faena, que se espera cuente con una vida útil de 20 años.

En el caso del empleo, en la cuarta región también se proyecta un importante efecto en caso de que se materialice la inversión. A los 10.000 trabajadores que están contemplados en la fase de construcción, se deberán sumar otros 5.000 que serán requeridos de manera indirecta.

En el momento de operación, la cifra se reduce a unos 4.000 puestos, los que se dividen en 2.500 directos y 1.500 indirectos, equivalente a 25% de la masa laboral que se desempeña en la minería en la región.

Pinto explica que a diferencia de lo que se ve en lugares como Antofagasta, gran parte de la mano de obra será local.

“En en caso de la región de Coquimbo, la conmutación que se produce es positiva, y es que por la calidad de vida la gente quiere vivir ahí, es por eso que gran parte del empleo se queda en la región”, asegura Pinto.

De cumplirse las expectativas de exportaciones de 10,5 millones de toneladas de hierro al año, se conseguirían hasta US$ 1.003 millones dependiendo del precio del mineral, lo que significarían entre un 24% y un 33% de los envíos regionales.

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