La revolución, aporte y desarrollo que ha generado la inteligencia artificial en Chile

Feb 26, 2018

Optimización de repartos y chatbots en el retail , sistemas de conducción automatizada en la minería y métodos de detección de fraudes en compañías eléctricas son algunas de estas contribuciones.

(El Mercurio) La revolución que promete la automatización de diversos procesos ya lleva camino recorrido en el ecosistema innovador chileno.

Aún así, IBM, Tesla o Google son quienes llevan el bastión a nivel mundial en este tipo de tecnologías de inteligencia artificial (IA), las cuales han alcanzado su máximo esplendor y desarrollo en países como Estados Unidos o Japón, naciones que son miradas de cerca desde Chile como motivos de estudio para desarrolladores que cada vez empiezan a tomar mayor protagonismo en el escenario digital.

La IA se ha abierto paso en el terreno económico local, a tal punto que las respuestas automáticas que se entregan en los servicios de atención del retail o los sistemas de logística en reparto del mismo, han tomado fuerza y se encuentran cada vez más inmersos en la industria, siempre en la búsqueda de la optimización de servicios y recursos.

El profesor de la Facultad de Ingeniería y Ciencias de la UAI John Atkinson explica que estos chatbots (sistemas de respuestas automatizadas) comenzaron a ser desarrollados a fines de la década de los 80 en Chile, cuando «la gente pensaba (en ese tiempo) que era ciencia ficción, pero que hoy los ocupan con naturalidad y sin sorpresa alguna».

Sin embargo, la falta de capacitación y conocimiento sobre el funcionamiento de estos nuevos sistemas ha generado un dolor de cabeza en más de una oportunidad a las empresas chilenas que han optado por aplicarlos. «He conversado con empresas que he asesorado y me comentan que estos sistemas ( chatbots ) le han generado problemas que no se esperaban, porque la gente se quejaba al no entender bien las respuestas predeterminadas que contestaban y que no habían sido bien adecuadas al contexto en que se usaban», señala Atkinson.

Aún así, la penetración que ha logrado la inteligencia artificial en la industria chilena es de admirar, la cual lleva años aplicándose de manera parcial en el país, teniendo una buena recepción.

Los sectores minero, eléctrico y retail han aplicado este tipo de tecnologías, con el fin de simplificar tareas, hacer más eficientes sus procesos y abaratar costos de producción que aumenten las ganancias percibidas.

Ejemplo de esto fue la puesta en marcha de Zippedi, un robot reponedor de supermercados que fue desarrollado e impulsado por un grupo de científicos y alumnos de la Universidad Católica y que fue lanzado a comienzos de este año.

Zippedi cumple la función de revisar por las noches los precios y la correcta ubicación de los diversos productos ubicados en las góndolas, siempre en apoyo a las tediosas tareas que realizan a diario los operadores en los supermercados.

Esta máquina, que funciona con inteligencia artificial -y considerada como producto » made in Chile»-, es comercializada por la empresa que lleva su mismo nombre y que ya posee presencia no solo en Chile, sino también en Colombia, Brasil y México.

Sumado a esto, el sector minero ha sido uno de los pioneros en cuanto a la inversión realizada en el campo tecnológico. La conducción automatizada para ciertas labores de transporte de material es un ejemplo de esto. «Pero hay que recalcar que estos servicios son traídos desde afuera, no desarrollados en Chile, sino que solo aplicados», dice Atkinson.

Otro sector que se ha visto beneficiado ha sido el eléctrico, en donde el académico experto en IA desarrolló una solución para combatir las millonarias pérdidas que provocaban los fraudes que generaban las personas que «se colgaban» a la luz. «Creamos un sistema que identificaba este tipo de fugas o potenciales clientes fraudulentos, y a ellos se les fiscalizaba por parte de la compañía», explica.

En el contexto de la importancia que ha tomado la implementación y productividad que aportan estas tecnologías, un estudio de Price Waterhouse Coopers (PwC) estima que la contribución de la IA al mundo será del orden de US$ 16 billones al año 2030.

La incipiente investigación académica

Por su parte, en el contexto académico, desde hace unos 10 años que la inteligencia artificial comenzó un proceso de radicación e investigación en las principales universidades del país.

Esto lo explica el profesor del Departamento de Ciencia de la Computación de la UC Hans Löbel, quien participará en un evento sobre inteligencia artificial que realizará el Centro de Innovación UC en marzo. «A pesar de que existían grupos de investigación desde hace varios años, recién hace una década se empezó a generar una mayor cantidad de investigación altamente relevante, que ya era posible publicar en conferencias y revistas científicas de alto impacto», señala el académico, quien agrega que «hay un desarrollo importante en algunas áreas, como visión por computador y robótica, pero la falta de masa crítica de gente especializada hace que haya muchas otras áreas donde se realiza muy poco».

Sumado a esto, Löbel asegura que gracias a los trabajos en conjunto que se han desarrollado con diversas startups y proyectos que involucran a la industria y al ámbito académico, «recién en los últimos dos años hemos empezado a ver cosas interesantes».

Es debido a este incipiente interés que han manifestado desde las empresas que se prevé un buen augurio para el futuro de la IA en Chile. Estas han tomado iniciativas al capacitar a sus trabajadores, así como también al realizar inversiones en proyectos de investigación académica en conjunto con las universidades.

Es más, la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI) implementará un diplomado en Inteligencia Artificial este año, el cual tiene por objetivo la búsqueda de una mejora para los negocios y la industria mediante la alfabetización y desarrollo de tecnologías de la IA en diversas áreas productivas.

En palabras del académico a cargo del posgrado, John Atkinson, «el impacto que comenzó a generar la IA en la economía y la productividad es tal que, transversalmente, todas las áreas de la industria están tratando de incorporar estas tecnologías para resolver problemas complejos y automatizar tareas que hasta el día de hoy las tecnologías de la información convencionales no eran capaces de abordar».

No obstante, este desarrollo -tanto en investigación académica como en la aplicación de sistemas desarrollados en Chile- sigue estando por detrás de los que se llevan a cabo en las potencias como EE.UU., China y Japón.

US$ 16 billones será la contribución de la inteligencia artificial a la economía mundial al año 2030, gracias a la optimización de recursos y servicios que esta tecnología aporta a la industria en general, según estimaciones de un estudio de Price Waterhouse Coopers (PwC).

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