Julio Ponce regresa a los orígenes de SQM

Oct 2, 2017

Ex trabajadores de SQM se querellaron hace un año contra Julio Ponce y su hermano Eugenio por estafa y apropiación indebida, a quienes acusan de haberse hecho del control de la minera de modo ilegítimo a fines de los años 80. Julio Ponce declaró como imputado en mayo en la Fiscalía Centro Norte. En 99 minutos, negó haber estado involucrado en la compra de acciones a los ex empleados de la firma. Lo mismo hizo en abril su hermano.

(La Tercera) Hace 30 años exactos, en septiembre de 1987, Julio Ponce Lerou asumió por segunda vez la presidencia de SQM. Desde esa fecha, y durante las siguientes tres décadas, su vida ha estado vinculada a la minera no metálica que ya no preside, pero que controla con el 32% de las acciones. A sus 72 años, es el principal accionista de una compañía que tiene una capitalización bursátil que supera los US$ 14 mil millones.

Cómo Julio Ponce se hizo accionista y dueño de la empresa sigue ocasionando controversia. Decenas de ex trabajadores se querellaron en octubre de 2016 contra Julio Ponce y su hermano Luis Eugenio, hoy presidente de SQM. Los acusan de estafa y apropiación indebida, un delito que, indican, tiene el carácter de continuado, tesis que fue acogida por ahora por los tribunales. La investigación es desarrollada por la Fiscalía Centro Norte y dirigida por Jaime Retamal, fiscal de Alta Complejidad. Fue el propio Retamal quien tomó declaración a Julio Ponce el 24 de mayo, durante 99 minutos, en la misma fiscalía. Un mes antes, el 7 de abril, Eugenio Ponce había testificado una hora y 40 minutos.

Los dos hermanos Ponce, ambos como imputados, repitieron una y otra vez en sus declaraciones que no recordaban los hechos y que no estuvieron enterados de los detalles de la privatización, el traspaso de acciones a los trabajadores y la compraventa final de las acciones que los empleados de SQM acumularon en Pampa Calichera, el ve- hículo de inversión creado en 1986 para participar en la propiedad de la empresa minera no metálica.

En los interrogatorios, los dos hermanos Ponce fueron acompañados por el abogado Marcelo Torres Duffau. La acción legal de los ex trabajadores, encabezados por Hugo Herrera Mafett, ex presidente del sindicato número 5 de Pedro de Valdivia, es patrocinada por los abogados Daniel Ibáñez, Luis Carmona y Werner Kandora. Hugo Herrera dejó SQM en 1990.

El fiscal Retamal también interrogó a uno de los principales sostenes de la acusación de los ex trabajadores, el ex gerente general de SQM entre 1982 y 1988, Eduardo Bobenrieth (ver nota secundaria).

“Las cascadas no nacen como cascadas”

Julio Ponce comenzó su declaración del 24 de mayo haciendo una breve descripción autobiográfica. Dijo: “Soy ingeniero forestal de la Universidad de Chile; mi primer trabajo fue en el departamento forestal de Inforsa, desde 1969 hasta el año 1971, aproximadamente. Luego estuve dos años en la Papelera, en Nacimiento; luego en Concepción, esto es en la CMPC, hasta el año 1972. Luego me fui a Panamá como gerente de un aserradero en ese país”. El entonces yerno de Augusto Pinochet volvió a Chile en julio de 1974 y asumió la dirección de la Corporación Nacional Forestal, Conaf, hasta 1981, cuando pasó a la gerencia de empresas de Corfo y, en paralelo, la presidencia de la Compañía de Teléfonos de Chile (CTC) y la azucarera Iansa; la vicepresidencia de Endesa, y el directorio de Enap y Enami. “En 1981, Soquimich estaba por cerrarse, porque estaba quebrada, en mala situación financiera. Entré de presidente del directorio para tratar de salvar la empresa, cosa que sucedió”, afirmó Julio Ponce. “La situación financiera de Soquimich entre 1981 y 1983 mejoró bastante; el hecho de que hubiera inversionistas daba cuenta de que la situación de la empresa era mejor”.

El ingeniero dejó Soquimich en 1983 -“dedicándome a la actividad ganadera en el sur de Chile, en la zona de Osorno”- y volvió al directorio en 1987, propuesto por algunos accionistas. “Además, estaban como directores Sergio Melnick, Mendoza, un coronel de Ejército y no recuerdo el resto”, agregó en su declaración al fiscal. Documentos oficiales de SQM sitúan el inicio de la segunda presidencia de Julio Ponce en septiembre de 1987.

Julio Ponce relató a continuación su ingreso como accionista a las sociedades dueñas de SQM. Todo lo ubica temporalmente tras el fin del régimen militar. “En el año 1990 o 1991, una sociedad relacionada conmigo, SQ Holding, entra a la propiedad indirecta de Soquimich al hacerse cargo del activo y pasivo de la sociedad Norte Grande, con 40% aproximadamente. Hubo una empresa israelita que hizo una oferta de compra del 51% de las acciones de Soquimich”, manifestó.

Los trabajadores de SQM recibieron acciones de la empresa tras la negociación del convenio colectivo de 1985, como pago por sus gratificaciones de los años siguientes. El 25 de noviembre de 1986 formaron la sociedad de inversiones Pampa Calichera. A esa sociedad incorporaron sus acciones de SQM, las que equivalían a fines de ese año al 4,2% de la empresa.

Los trabajadores dicen que ejecutivos de la empresa organizaron y ofrecieron un programa denominado Plan Cachucho 7: los trabajadores aportaban sus acciones de SQM a Calichera y esta sociedad, con ese capital, se endeudaba con la banca para adquirir más títulos de SQM. En enero de 1987, Calichera logró esos préstamos y adquirió a Corfo más acciones: así llegó a 12,27% de SQM. Calichera sumaba en esa fecha casi 4.500 accionistas, todos empleados de SQM. En 1990, Calichera ya tenía el 19,9% de la empresa y era su mayor accionista. Quien controlara Calichera tenía influencia relevante en SQM. Al cierre de 1990, el mayor accionista de Calichera era Oro Blanco.

Dijo Julio Ponce al fiscal Jaime Retamal: “Entre 1987 y 1988 se creó otra sociedad con los ejecutivos de Soquimich que se denominó Oro Blanco, que tenía como objeto participar en la propiedad de Calichera. De ahí nacen las cascadas. No nacen como cascadas, tienen un nacimiento distinto, en el tiempo se juntan. Yo no participé en el directorio de las cascadas hasta el año 2001, en que asumo como presidente del directorio de Calichera, Oro Blanco y Norte Grande”.

21 preguntas

El fiscal Jaime Retamal hizo 21 preguntas a Julio Ponce. En la gran mayoría de ellas recibió como respuesta un “no recuerdo”, “nunca supe” o “nunca tuve conocimiento”. Ponce se desligó por completo del proceso de privatización y de la incorporación de trabajadores a la propiedad de SQM. También declaró desconocer documentos ligados a todo ese proceso: un convenio colectivo de SQM y sus sindicatos; un reglamento del fondo de indemnización por retiro, y el Plan Cachucho 7. Ponce argumentó que estuvo fuera de SQM durante cuatro años y que no ocupó cargos en ese período ni en la minera ni en Pampa Calichera. “Yo no estaba en esa época en Soquimich”, indicó.

“Nunca supe quiénes se encontraban en la compañía entre 1983 y 1987, yo me recuerdo que el gerente general no era Patricio Contesse González, sino que era Eduardo Bobenrieth”, declaró.

La misma negativa pronunció sobre el ingreso de los trabajadores de SQM a la propiedad de la compañía. “No recuerdo que haya existido un convenio colectivo con los trabajadores de Soquimich en que se pagaran gratificaciones con cargo de acciones de SQM S.A. Yo me encontraba dedicado a otras labores”.

Los trabajadores acusaron en su querella que SQM financió de modo ilícito a Calichera para adquirir nuevas acciones. Otra vez, Ponce lo negó: “No recuerdo que en sesiones de directorio en 1987 se haya tratado el otorgamiento de un crédito de enlace de Soquimich a Pampa Calichera. Recuerdo que la situación de Soquimich no era ni buena ni mala, no me recuerdo si tenía utilidades, pero si las había, eran bajas”.

Tampoco, dijo, tuvo vínculo con la creación de Calichera, en 1986. “Yo no conocía a los accionistas que dieron origen a esta sociedad”, dijo en alusión a los cinco socios originales que más tarde se transformaron en más de 4.000. “Yo creo que tuve vínculo indirecto en la propiedad de Pampa Calichera posterior a 1991”, señaló.

Cuando fue creada, Calichera tenía fecha de disolución: se acabaría una vez que los créditos a la banca fuesen cancelados. En 1988, aquello cambió y se estableció su duración indefinida. “Yo no participaba de Pampa Calichera en 1988, de tal forma que no tuve conocimiento de cambio de estatutos. Yo no participaba ni directa ni indirectamente”.

Tampoco tuvo luces sobre otros acuerdos con los trabajadores. “El tema del convenio colectivo lo ve el gerente general, y si se trató en reunión de directorio debiera estar en las actas”, respondió sobre un contrato colectivo de 1987.

El fiscal consultó luego por una serie de aseveraciones que Eduardo Bobenrieth hizo cuando declaró el 17 de mayo, pocos días antes que Ponce. Bobenrieth acusó que Ponce comenzó a comprar acciones de Calichera a un tercio de su valor, cambiando reglas de SQM; que el que compró era la sociedad Norte Grande y que, en 1990, cuando él intentó tomar el control de Calichera para un inversionista extranjero, Eugenio Ponce viajó a la Pampa a detener su ofensiva (ver nota secundaria). “Yo no tenía posibilidad de cambiar la fórmula de pago de las acciones de los trabajadores, ya que yo no participaba en Pampa Calichera. Creo que no es efectivo que a través de Norte Grande haya comprado acciones de Pampa Calichera a un 30% de su valor”, dijo. A la siguiente pregunta, corrigió a Bobenrieth: “Yo no era ni ejecutivo ni accionista de Norte Grande y tengo la impresión de que quien tenía acciones de Pampa Calichera era Oro Blanco”, afirmó. Efectivamente, en 1990 el controlador de Calichera era Oro Blanco y no Norte Grande.

También Ponce apuntó a la fracasada toma de control que lideró Bobenrieth: “Hubo un comentario de que Eduardo Bobenrieth intentó comprar acciones de Pampa Calichera pertenecientes a los trabajadores del Sindicato N° 5 Pedro de Valdivia. No me recuerdo que mi hermano Eugenio Ponce haya ido a la ciudad de Tocopilla para realizar traspasos de acciones de los trabajadores de María Elena”, dijo.

En 2002, sin embargo, en una de sus escasas entrevistas, Julio Ponce habló con más certezas sobre la lucha con Bobenrieth. Manifestó a El Mercurio: “Nunca ha sido mi idea vender el control de Soquimich, aunque en los 15 años en que he sido accionista he tenido tres intentos hostiles de toma de control. El más claro de todos fue Haifa Chemical, el gran competidor, liderado por el ex gerente general Eduardo Bobenrieth, que intentó tomarse Calichera”. Para detenerlo, dijo, “se les ofreció a los trabajadores, la mayoría accionistas de Calichera, títulos de Oro Blanco. Así se generó la cadena de sociedades de inversión”.

El presidente de SQM

Eugenio Ponce, hoy presidente de SQM, igual que su hermano, dijo no recordar muchas cosas y comenzó también con un relato biográfico. “Estudié Ingeniería Mecánica, comencé mi carrera en la construcción, trabajé seis años en construcción industrial, en Vial y Vives; posteriormente, a principios de 1981, me fui a trabajar a Soquimich”, dijo. Desde esa fecha se ha desempeñado en la misma empresa.

Eugenio Ponce recalcó al fiscal que llegó contratado por Patricio Contesse. “Dediqué todos mis esfuerzos y juventud a tratar de cambiar el destino de Soquimich, empresa que estaba cerrando. Ya se había cerrado una planta cerca de Iquique y ya se pensaba cerrar María Elena, estaba listo el dictamen para cerrarla”.

Eugenio Ponce sí recuerda haber participado como accionista en SQM y de Calichera. “Recibí acciones, como todo trabajador, pero no participé en ninguna negociación ni ningún convenio colectivo, ya que no era mi responsabilidad dentro de SQM”. Ponce entró como gerente de ventas y toda su carrera estuvo ligada al área comercial, hasta que en abril de 2016 llegó al directorio y dejó de ser empleado de la minera. En mayo se convirtió en presidente de SQM. “Yo no recuerdo este tema, ya que yo era gerente comercial. El que estaba a cargo de este tema era el gerente general y la gente de recursos humanos”.

Eugenio Ponce también niega haber participado en el plan de compra de nuevos títulos denominado Cachucho 7. “Yo no participé en esto ni tampoco lo ideé, por consiguiente, no induje a nadie a aportar sus acciones”, dijo.

“La decisión de repartir las gratificaciones mediante acciones fue una decisión de la empresa”, apuntó luego, antes de explicar el origen de Calichera: “Posteriormente, los trabajadores, incluyendo a los ejecutivos, supervisores, plantearon que Corfo seguía vendiendo acciones y seguía privatizando la compañía y sugirieron crear una sociedad llamada Pampa Calichera, donde nos dijeron a todos los trabajadores que aportáramos todas las acciones que teníamos en SQM que fueron entregadas el año 1985, para que con ese aporte se pudieran obtener créditos para la compra de acciones SQM. Por eso se creó Pampa Calichera”.

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