(La Segunda) Juan Villarzú Rohde (73) es uno de los presidentes ejecutivos de Codelco que más tiempo ha estado al mando de la estatal. Primero con el gobierno de Eduardo Frei, entre 1994 y 1996, y luego entre 2000 y 2006, con Ricardo Lagos. En este último período, la pista se le puso más pesada: El precio del cobre cayó incluso a niveles de 50 centavos de dólar la libra y propició fuertes críticas a los altos costos de la cuprífera, a lo que se sumaron las constantes intervenciones de Contraloría y el Congreso por temas como los contratos con empresas relacionadas.
¿De qué lado se pone en el nuevo round que enfrenta con Contraloría? «De Codelco, de todas maneras», responde sin dudar, sentado en el living de su departamento en el barrio El Golf. El párkinson que le aqueja desde hace varios años sigue afectando sus movimientos, pero no nubla los recuerdos de sus años en la estatal, ni los cambios que requiere.
—¿Cómo ha visto esta batalla con el contralor Jorge Bermúdez?
—Esto parte de un desaguisado del contralor. Lo que todos estamos viendo es que al hombre le gusta hacer el juego de quién tiene más fuerza. El gallito. Durante toda la vida de Codelco, organismos como la Contraloría han querido tomar el control de la compañía y en la práctica no lo han hecho, no porque no quieran, sino porque no pueden. Manejar Codelco no es un trabajo de inexpertos.
—¿Pero Codelco tiene hoy mayores resguardos en regulación y control? Porque uno tendería a pensar que los cambios de la Ley de Gobierno Corporativo eran garantía de mayor transparencia y la actuación de la Contraloría hace pensar que fue un tiempo perdido…
—Sin lugar a dudas. Además es un tiempo valioso. La empresa está en una muy mala situación desde el punto de vista de la producción, y necesita que Nelson Pizarro esté metido en las minas y no yendo al Congreso a dar explicaciones. Esta discusión sobre contratos con empresas relacionadas se dio hace más de 10 años y no ha cambiado nada.
—¿Se acuerda cómo se zanjó en ese entonces?
—Se hicieron distintas indagatorias, una auditoría contable, y nunca pudieron armar ningún caso. Los informes de Contraloría y la Cámara de Diputados dijeron que había que mejorar los controles, pero ninguno pudo plantear un problema mayor. Detrás de todas estas discusiones, lo que tenemos de fondo es una disputa por cuál es la estructura legal de la empresa.
—¿Definir qué es Codelco?
—En eso la ley es muy clara. Cuando el cobre se nacionaliza el 71 y luego se crea Codelco en el 76, se establece que la compañía es la continuadora legal de todos los yacimientos que operaban, se forma un directorio y quedó establecido que, sin ser sociedad anónima, podía operar como sociedad anónima. La ley es clarita. También se estableció que los trabajadores de Codelco no son empleados públicos, y que ninguna de las leyes de la administración del Estado son aplicables a Codelco, a no ser que lo señalen expresamente.
Codelco cercado
—¿Cómo se entiende entonces la actitud de los contralores?
—Todos han tenido una actitud similar. Recuerdo cuando fui ministro de la Segpres (1996 a 1998), a don Arturo Aylwin, un caballero, un capo en derecho administrativo, lo nombraron contralor y al día siguiente quería aumentar sus atribuciones en Codelco. Lo que hay que hacer para que esto no siga ocurriendo es buscar un acuerdo sobre qué queremos para Codelco. Hace rato, por ejemplo, que tiene problemas de financiamiento, lo que la obliga a ir a Hacienda, que siempre le ha puesto la pata encima con un presupuesto restringido. Ese es un tema relevante.
—O sea, si no la intenta manejar Contraloría, siempre estará Hacienda…
—Por donde se mire se tiene a Codelco cercado, pero no se le puede obligar a que opere como un servicio estatal.
—El contralor busca que use el sistema de compras públicas, pero Nelson Pizarro dice que eso es como ir a comprar repuestos de camiones mineros a 10 de Julio…
—Es un error grande y me hace pensar que no se conocen las cosas de las que se hablan. Es absurdo que Codelco compre palas específicas en un sistema donde no están los competidores que requiere.
—Usted fue blanco de críticas por contratos con empresas relacionadas, ¿cómo las enfrentó?
—Se apretó mucho más el sistema de autorización de gastos de libre disposición y se fijaron normas sobre empresas relacionadas. Yo, por ejemplo, vendí el 25% de una sociedad con un primo (H&F FiberGlass) y hasta hoy esa compañía nunca más tuvo un contrato con Codelco.
—No obstante, Óscar Landerretche dijo hace poco que Codelco siempre ha sido una caja pagadora. Eso es una crítica hacia las gestiones pasadas. ¿Qué le responde?
—Landerretche está genuinamente preocupado del tema. Pero las administraciones precedentes, al menos la mía, se preocuparon de mejorar el control. El fondo del asunto ahora es que Codelco está detenido, porque nadie toma decisiones.
—¿Cómo ve hoy a Codelco en medio de su competencia?
—Creo que Chile privatizó de nuevo el cobre. El año 90 la empresa producía 800 mil toneladas, tenía el 80% de la producción y el 20% restante era de Enami y los privados. Hoy es al revés. Ha perdido participación y nadie se dio cuenta.