(Pulso) Era agosto de este año y a los dueños de Daily Fresh nos les quedó más opción que someterse a un proceso de reorganización por la necesidad de reestructurar sus pasivos “en atención a los problemas de flujo”, se lee en el escrito presentado por la compañía en el juzgado de letras de Colina.
“Dicha reestructuración implica establecer prórrogas y un nuevo calendario de pagos respecto a las deudas que la empresa tiene tanto con los acreedores preferentes como con los acreedores valistas”, agrega el documento.
Según detalló la veedora del proceso, María Loreto Ried, a comienzos de noviembre en la junta de acreedores que “el principal ingreso de Daily Fresh es la venta de productos alimenticios (…) por un monto del orden de $956 millones mensuales. Sin embargo, durante el último semestre de 2015, como consecuencia de la desaceleración económica y específicamente la crisis de la minería, hubo retrasos en los pagos a proveedores y créditos de corto plazo”.
Asimismo, agregó que como objetivo primordial, Daily Fresh buscaba “evitar la liquidación”. Para lo anterior propuso, entre otras cosas, que los acreedores financieros le dieran un plazo de 19 meses de gracia. Mientras que los proveedores le dieran siete meses de gracia para el pago de deudas. Propuestas que contaron con la aprobación de los acreedores.
El pasivo de la empresa con los acreedores que tenían derecho a votar para evitar la quiebra de Daily Fresh ascendía a $6.099 millones, siendo la mayor de las deudas con BancoEstado, por $2.957 millones.