Minería plantea ideas para retomar la inversión y la productividad

Oct 11, 2016

El rol de la innovación en el sector, la relación con las comunidades y los trabajadores, los esfuerzos para realizar inversiones conjuntas en eléctricas y desaladoras son algunas de las propuestas para revitalizar la actividad.  

(El Mercurio) Son momentos duros para la minería: bajos precios, ajustes, pérdidas o escasas ganancias para las empresas son parte del difícil cóctel que vive esta industria. En este contexto, expertos y actores de la industria minera fueron reunidos por «El Mercurio» y Valor Minero para abordar los cambios que se requieren para cuando llegue la recuperación: el presidente de Sonami, Diego Hernández; el máximo ejecutivo de Antofagasta Minerals, Iván Arriagada; el secretario de la Federación de Supervisores de Codelco (Fesuc), Ricardo Calderón; el premio nacional de Ciencias Exactas e investigador del Centro de Modelamiento Matemático de la U. de Chile, Servet Martínez, y Pamela Chávez, gerenta general de la compañía tecnológica Agua Marina, de Antofagasta.

Esta industria, que históricamente es la que más aporta al PIB y representa la mayor parte de las exportaciones e ingresos tributarios, proyecta que en los próximos años vendrá un repunte, de la mano de mejores cotizaciones en los metales. Sin embargo, para aprovechar el nuevo ciclo alcista hay que hacer las cosas bien. «Si queremos aprovechar ese nuevo ciclo, el momento de actuar es ahora, para atraer inversiones, facilitar su realización y también lograr que ellas produzcan un resultado distinto en la economía chilena y en el entorno donde se desarrollan. Si no hacemos las cosas ahora, es poco probable que aprovechemos ese nuevo ciclo alcista en plenitud», sostuvo el ejecutivo de Valor Minero, Álvaro García.

Y un tema clave que afecta a la inversión son los permisos, agregó el también ex ministro de Economía. En Chile, un gran proyecto de inversión minero o de otro tipo se demora entre cuatro a cinco años en ser aprobado, mientras que en países como Canadá o Australia, que compiten con nuestro país en capitales para la inversión minera, las evaluaciones tardan dos años, ejemplificó.

Mucho más cerca, en Perú -el otro gran país minero de América Latina y que compite con Chile en la recepción de capitales extranjeros en esta industria-, agregó Iván Arriagada, presidente ejecutivo de Antofagasta Minerals, la obtención de los permisos ambientales demora menos que en nuestro país, pero hay proyectos que se trancan por problemas con las comunidades, «que cuando se manifiestan puede atrasar mucho un proyecto y, eventualmente, hacerlo caer», precisó.

«Los conflictos (en Perú) son más grandes, pero bastante menos en cantidad, casi la mitad «, resumió García.

Los representantes del mundo minero alertaron que, por primera vez, Perú alcanzó a Chile en cantidad de iniciativas de inversión proyectada en minería.

Arriagada: «No vamos a tener a China creciendo al 9%»

Si bien hay claridad en los diagnósticos, no se está avanzando en algunas áreas clave, como una oficina para grandes proyectos, o ventanilla única, al estilo de la que existe en Canadá y Australia, alertó García.

Iván Arriagada, de Antofagasta Minerals, señaló que debido a factores propios de la actividad, como las leyes decrecientes y menor apetito inversor, «ahora es más relevante que antes tener facilidades para hacer los proyectos de inversión, obtener más rápido los permisos, tener certeza jurídica o contar con modelos de participación y cooperación que permitan compartir inversión, porque no vamos a tener a China creciendo a 9%, eso no se va a repetir».

Precisó que tras el superciclo, a la industria le quedó claro que no puede incurrir en aumentos de costos, como ocurrió en este período de altos precios, en que la inversión para producir una tonelada de cobre pasó de US$ 15 mil a US$ 23 mil. «Tenemos que ser mejores y más efectivos para construir proyectos y ahí son clave aspectos en el sector público, como permisos o judicialización. Pero también nosotros, las empresas, tenemos que trabajar colaborativamente con las comunidades y dentro de la empresa para lograr un modelo efectivo en costos de inversión y producción», afirmó.

 Incentivos variables: el nuevo desafío laboral

En medio de un escenario de precios a la baja, la minería también cambió para el mundo de los trabajadores y las negociaciones colectivas del sector.

Ricardo Calderón, secretario de la Federación de Supervisores de Codelco (Fesuc), planteó que seguir exportando concentrado no es lo que nos debiera satisfacer como país, sino que apuntar al mayor valor agregado. En ese marco, dijo que si en las negociaciones colectivas anteriores eran los reajustes, bonos y préstamos los temas esenciales, ahora se deben abordar otras materias, como incentivos variables que permitan «hacernos a todos ricos cuando hay riqueza, pero también enfrentar de manera compartida y ojalá sin despidos cuando la economía va en otra dirección».

Agregó que se tiene que construir un diálogo que ponga todos los temas sobre la mesa y abandonar el mito de que el movimiento sindical no está disponible para tener un diálogo de largo plazo.

Subrayó que las federaciones sindicales de Codelco y del resto de la minería han planteado estos temas, que tienen que ver con el futuro del país, inversiones, exploraciones, y en el caso de Codelco, con la capitalización.

«Nos hacemos la autocrítica, pero creemos también que la sobremonetarización de la relación no fue iniciativa del mundo sindical. Porque la tesis de los bonos millonarios para no aumentar los costos estructurales fue una iniciativa empresarial, como una forma de distribuir riqueza. Y los sindicatos nos adaptamos a ese modelo que fue funcional a las lógicas comerciales del entorno de los trabajadores mineros -se agotaban los autos y un montón de cosas-, y se creó una lógica económica en torno a esta teoría de los bonos millonarios, en la cual hubo mucha irresponsabilidad general», reconoció.

Ricardo Calderón, Fesuc: «Entendemos que cambió el escenario»

Hoy, dijo Calderón, parte del nuevo rol de los sindicatos es defender el patrimonio que los trabajadores obtuvieron en negociaciones pasadas, «pero por supuesto que entendemos que cambió el escenario y tenemos que sentarnos a conversar cómo vamos a enfrentar esto», precisó el líder de la Fesuc.

Diego Hernández acotó que históricamente -salvo Codelco-, en las otras minas no existían sindicatos de supervisores y que solo ahora último, con este nuevo ciclo de precios, comenzaron a surgir los sindicatos de supervisores en las otras empresas grandes. «¿Para defender qué y por qué?», preguntó irónicamente el presidente de Sonami.

«No es un tema que están defendiendo los bonos -que también los están defendiendo-, pero también están defendiendo mantener el statu quo, mantener las organizaciones actuales», lo que para Hernández es una dificultad adicional para llevar a cabo los cambios que se requieren.

Apuntó a que en época de las vacas gordas el incentivo fue no cambiar nada, porque con los altos precios, con un margen Ebitda de 60 a 70% en la industria, todo el foco estaba puesto en no arriesgar la producción». Entonces, no se innovaba y tampoco se cambiaban las prácticas de trabajo. Ahora, planteó Hernández, con precios bajos y una industria con una mano de obra cada vez mejor formada -en la gran minería, dice, no hay nadie que no tenga enseñanza media completa como piso-, hay que sacarles mejor partido a los recursos y tener organizaciones más planas, y «la mano de obra debería ser cada vez menos importante en el costo total», estimó.

Mineras plantean hacer inversiones conjuntas en desaladoras o eléctricas

La naturaleza misma de la actividad minera hace que las faenas operen aisladamente. Pero como una forma de ganar eficiencia y evitar la sobreinversión, la industria hoy está pensando en hacer infraestructura auxiliar -centrales y líneas eléctricas, platas desaladoras, entre otros- de manera conjunta.

«Hay un montón de proyectos pero falta una visión desde arriba, de conjunto, de cómo desarrollar esto de mejor manera», resumió Diego Hernández, de Sonami.

«En ciertas áreas, compartir infraestructura mejora la posición competitiva, porque compartes inversión y disminuye así la inversión por unidad de producción», expuso Iván Arriagada, de Antofagasta Minerals.

Respecto a si esta co-inversión afecta la competencia, este ejecutivo señaló: «No, porque esta infraestructura incide en los costos, pero no define la competitividad del negocio».

Álvaro García señaló que en Atacama hay nueve desaladoras planificadas y en Coquimbo se han anunciado tres de este tipo. Por lo mismo, preguntó: «¿Es racional hacer estas nueve plantas? ¿Cada una de estas plantas tendrá su propio acueducto y tendremos un ducto que integre todo, con las economías de escala que se ganan así? ¿Cómo estas plantas compatibilizan los requerimientos de la minería con el problema de abastecimiento para las personas de la zona?».

Iván Arriagada señaló que si todas las empresas mineras definen abastecer sus necesidades de agua con desaladoras, «lo más eficiente es compartir infraestructura a que cada uno haga su planta y termine habiendo sobreinversión».

50% de las reservas conocidas en Chile están en la zona central, y ley de glaciares afectaría el potencial de esta área

El 50% de las reservas conocidas en Chile se encuentra en la zona central desde Coquimbo (IV Región) hasta Linares (VII Región). Y los principales proyectos de inversión minera van a estar en esa área, señaló Álvaro García, de Valor Minero, por lo que «la posibilidad de conflictos es mayor», añadió Servet Martínez, del Centro de Modelamiento Matemático de la U. de Chile. Por esto, el principal desafío de las mineras es compatibilizar la inversión en este sector con otras actividades.

Cuando uno mira la minería del norte, los principales temas son relativos a insumos: agua y energía. Pero cuando la mirada se desplaza a esta parte del país, se agrega uno más: el territorio. En la zona central hay una competencia por el territorio que no existe en el norte, por las distintas posibilidades de uso que tiene, agrícola, urbano, recreacional, a lo que hay que incorporar el uso minero», detalló Iván Arriagada, de Antofagasta Minerals.

Este ejecutivo del grupo Luksic planteó que «desde el punto de vista de política pública, es muy importante ordenar el territorio para poder disponer de los proyectos y que estos tengan los espacios que necesitan para poder instalarse».

En ese sentido, García precisó que la clave para destrabar la inversión minera es ejecutar una evaluación ambiental estratégica, que consiste en conocer las aptitudes ecosistémicas de un territorio.

«Al contrario de lo que hace una evaluación ambiental de un proyecto, que solo interactúa con un territorio inmediato que lo rodea, esta considera la aptitud del territorio en su conjunto y qué consideraciones deben tener múltiples proyectos para incidir en un determinado territorio», explicó Álvaro García.

Servet Martínez: «Las ciencias sociales pueden ayudar a resolver conflictos»

El Premio Nacional de Ciencias Exactas Servet Martínez apuntó que Chile podría aprovechar el saber técnico que existe sobre esta materia. «Aproximadamente la mitad de las Becas Chile son en ciencias sociales, que son capacidades que se requieren para resolver conflictos en el mundo productivo, en relación con las comunidades, en integración, en análisis de conflicto, en cómo generar divisiones justas (por un mismo espacio). Me gustaría que al menos una fracción de esos expertos se dedicara a resolver estos conflictos (…)», planteó el académico.

Un tema de interés tanto científico como minero es el relativo a los glaciares. El representante de Sonami enfatizó que en la discusión actual han estado ausentes los glaciólogos, lo que lamenta, así como también la mirada global. «Si una parte importante del territorio va a estar potencialmente excluida de la actividad minera -a raíz de la ley de glaciares-, por lo menos debe plantearse esto en una discusión clara y técnica, que no se ha producido», sostuvo Hernández.

«Chile tiene que mirar de frente el problema de los glaciares, que hasta ahora no lo ha hecho. Tenemos que tener los mejores expertos en ello», agregó Martínez. Un área en que la academia también puede dar una mano y donde la integración es clave. «Se necesitan expertos en glaciares, pero que integren, que vean glaciares y procesos productivos, que además se hacen a distancia», recalcó.

Cobre se mantendrá en los US$ 2,14 por libra y solo repuntará a partir de 2018

«El futuro es bueno, pero no sabemos cuándo vendrá». Así resumió el presidente de la Sonami, Diego Hernández, la perspectiva del mercado del cobre, donde se espera una mantención de los precios en torno a niveles actuales (US$ 2,14 por libra) por lo menos hasta fines de 2017 y un lento repunte solo hacia 2018 o 2019.

El ejecutivo minero explicó que si bien no se vislumbran los niveles de demanda del metal de más de 3% que se observaron pocos años atrás, activados por la irrupción de China en el mercado mundial, sí hay necesidad de cobre en el mundo, con una demanda que crece en torno a 2%. Por el lado de la oferta, recalcó que como no hay ni grandes inventarios ni cobre sobrante en el mercado, se prevé que la cotización se mantendrá en niveles similares a los que está hoy hasta por lo menos fines del próximo año.

«El cobre tiene un destino en las economías desarrolladas»

El timonel de la Sonami pronosticó que los próximos ciclos del cobre serán muy distintos a lo visto hasta ahora. Serán ciclos más largos y con alzas paulatinas: «El precio va a subir de a poco, hay menos apetito de las empresas por invertir y los proyectos se demoran mucho más, por lo que el ciclo será más largo y debería mantenerse un precio mejor al de hoy por un tiempo largo, de cinco o seis años», proyectó Hernández.

Álvaro García, director ejecutivo de Valor Minero, resaltó que la minería del cobre seguirá siendo un buen negocio, porque hay demanda por el metal en mercados grandes y porque, por el lado de la oferta, salvo por el ingreso en producción de algunas minas en Perú, esta permanece relativamente estable.

«El cobre tiene un destino en las economías desarrolladas, ya que es importante para mitigar el cambio climático, para lograr más eficiencia energética, permitir el desarrollo de los autos eléctricos; en suma, para solucionar los problemas que el mundo desarrollado tiene», detalló Hernández. Y también en mercados como China e India. «China todavía tiene como el 50% de su población rural, y no hay ninguna razón para creer que la urbanización de ese país (que implica más demanda por el metal rojo) va a terminar. Y en India hay dos tercios de su población que viven en zonas rurales», graficó el presidente de la Sonami.

Innovación, factor clave en productividad del sector

«La minería es una de las pocas actividades en que Chile compite en el peak mundial, donde estamos en primera línea. Todo lo que innovemos ahí va a ser innovación mundial», señaló Servet Martínez, académico el Centro de Modelamiento Matemático, que ha tenido y tiene proyectos en minería: entre otros, uno con Biosigma (empresa de Codelco y Nippon Mining) en Biolixiviacion del cobre, y que hoy está en implementacion en Radomiro Tomic.

Sin embargo, la actividad en Chile enfrenta problemas puntuales, por la dimensión de las faenas, su localización, su antigüedad, o todo ello junto. Martínez explicó que en El Teniente, por ejemplo, hay problemas de comunicación entre los distintos túneles, y la profundidad y los nuevos niveles de la mina implican equipos especiales. De hecho, cuenta que se está desarrollando tecnología ad hoc , como el «Internet de las cosas» -objetos de uso frecuente conectados a la red- aplicado a minería. Un problema especial en Chile es el gigantismo. En el país está la mina a rajo abierto más grande del mundo (Chuquicamata) o la mayor operación subterránea (El Teniente), lo que plantea problemas como la comunicación hombre-máquina en faenas muy extensas, detalló Martínez.

«Un desafío adicional es cómo reclutar talentos para hacer la mejor minería del mundo, agregó el científico. Si estás en un sector de punta, tienes que tener a la mejor gente».

La emprendedora y gerenta de la empresa tecnológica Aguamarina, Pamela Chávez, señaló: «No hemos sabido mirar el verdadero valor que entrega al desarrollo económico del país el hacer minería», y agregó que «ese gran valor es el know how que entrega la minería por el solo hecho de realizar esta actividad, en servicios, equipamientos y manufacturas».

Esta científica explicó que tanto en Australia como en Estados Unidos hay una política pública que fomenta las empresas de base tecnológica en actividades productivas. Debido a su importancia «se debiera declarar a las empresas de base tecnológica como pilar fundamental del desarrollo del país, como lo son en Australia», sostuvo.

Aguamarina, la empresa con sede en Antofagasta que fundó Pamela Chávez, es una compañía de este tipo. Su producto estrella es Bioseal, una tecnología basada en bacterias que permite convertir en cemento el polvo en suspensión.

Chávez señaló que para compañías METS (siglas en inglés de las empresas de servicio minero, o mining equipment, technology and services ) como Aguamarina, el gigantismo da grandes oportunidades, dado que hay problemas que solo se pueden solucionar en el mismo país, pero una vez resueltos se puede exportar ese saber como solución tecnológica a otras naciones mineras, e incluso escalar a otras industrias.

En este contexto, destacó el rol de Endeavor en el fomento de la innovación y el emprendimiento en Chile, y señaló que existen emprendimientos tecnológicos de gran interés. Sin dar el nombre, mencionó un proyecto 100% «made in Chile» que utiliza nanopartículas de cobre, que carecen de toda ayuda estatal, lo que a su juicio, debe cambiar.

 

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