Nelson Pizarro: «En Codelco no estamos cómodos con nuestro actual estándar ambiental»

May 23, 2016

La corporación tiene un vasto plan de inversiones por casi US$4 mil millones para mejorar fundiciones, utilizar agua marina en el norte y optimizar el recurso hídrico en la zona central. Ventanas sigue siendo el gran problema ambiental de Codelco.

(El Mercurio) «En Codelco, cumplir la ley no nos basta, porque tenemos recursos para más de 50 años y reservas para casi 200 años. Tenemos que pensar no para los cuatro años siguientes, sino para las cinco décadas que vienen, porque esta empresa tiene carrete para mucho rato, pero no con hilo curado». Así define Nelson Pizarro, presidente ejecutivo de la estatal, la postura ambiental de la compañía. Detalla que tienen inversiones por US$ 1.700 millones en las fundiciones, otros US$ 1.500 millones para usar agua del mar en el norte y US$ 500 millones para reducir el uso del recurso hídrico en Andina. Su gran dolor de cabeza: la fundición y refinería de Ventanas.

-El derrame de Enap en la bahía de Quintero puso de manifiesto varias falencias en la gestión del patrimonio ambiental de Chile. ¿Qué está haciendo Codelco ahí, donde tienen la fundición Ventanas?

«Nuestro foco hoy es cumplir la ley, pero eso no es suficiente. No estamos cómodos con nuestro actual estándar ambiental, y por eso estamos desarrollando e implementando planes de acción para cumplir con los estándares ambientales del año 2050; desarrollando una enorme cartera de inversiones».

«Estamos haciendo 24 proyectos en fundiciones, que en el quinquenio implican US$ 1.700 millones de inversión. Solo para cumplir en tiempo el DS 28 (ley de fundiciones, que fija una recuperación del 95% de las emisiones contaminantes), estamos invirtiendo US$595 millones entre 2016 y 2017».

-Dijo que querían ir más allá. ¿Qué harán?

«Esa inversión no va a ser suficiente; definitivamente, no. El siguiente paso que el país se merece, y la autoridad nos va a impulsar a ello, es ir al estándar mundial de casi 99% de captura de emisiones (el nuevo decreto fija 95%). Estamos trabajando con la autoridad para ver cuál es la mejor solución para avanzar en el estándar mundial en control de gases».

«Ley pareja no es dura, y con Codelco es dura y pareja».

La fundición y refinería de Ventanas fue adquirida por Codelco a Enami hace una década. Por su obsolescencia tecnológica, la estatal tiene que invertir en ella, y además han tenido episodios como la nube tóxica que en 2010 enfermó a estudiantes en la Escuela de La Greda.

-¿Fue un error haber asumido Ventanas, dados los grandes problemas ambientales que tiene?

«No fue un error, fue una petición -por decirlo de una manera de salón- del gobierno de la época. En términos de negocios, lo que da es marginal».

-¿Le ha dado más problemas que beneficios, por el daño reputacional que les trajo?

«Sí, pero tengamos claro que Codelco recibió esto por decisión de una ley de la República, y Codelco pagó US$ 300 millones por ella, y hemos invertido ya US$ 90 millones de un plan total de US$ 160 millones que debemos finalizar al año 2017».
«Ventanas no nos da plata, porque las fundiciones no son un negocio boyante. Las tenemos para manejar nuestros concentrados complejos».

-¿Ventanas solo les trae problemas?

«Eso no lo dije yo. Estamos siendo el eslabón final que sustenta a la mediana y la pequeña minería».

-¿Ventana logrará el estándar de 99% de captura de emisiones?

-¿Hay que hacer de nuevo Ventanas?
(Silencio, arquea las cejas). «Ese es parte del plan que se está estudiando a nivel gubernamental».

-Tras lo ocurrido en Quintero, ¿considera que hay «mano blanda» de las autoridades con las empresas estatales?

«¡No! Eso es absolutamente falso. Hemos recibido 120 fiscalizaciones de la SMA (Superintendencia del Medio Ambiente), otras de Cochilco y Sernageomin, además del Congreso. Somos la empresa que como titular tiene la mayor cantidad de resoluciones de calificación ambiental, lo que implica necesariamente una mayor supervisión de la autoridad».

«Yo he estado en los dos lados, en el sector privado, y ahora de paso por aquí, así es que no. Ley pareja no es dura, y con Codelco es dura y pareja».

Apuesta por agua de mar en el norte y cambios en Andina

-Otro punto crítico es el agua. ¿Qué hace Codelco para resolverlo?

«Enfrentamos una escasez que se prolonga por ya seis o siete años. La única alternativa que nos queda es pensar en agua de mar, ya sea cruda o desalada. Vamos a iniciar un proceso inversional que nos va a permitir de aquí al 2021 llegar con 630 litros por segundo de agua desalada en la zona norte, que nos permitirán liberar un 31,5% de agua de cordillera. Eso significa una inversión de US$ 1.200 millones, que hay que hacerle espacio entre los proyectos estructurales, y aumentar el presupuesto de operación de agua de US$ 110 millones a US$ 250 millones; es decir, aumentarlo 2,3 veces».

«En una segunda etapa apuntamos a bombear 1.200 litros por segundo entre 2021 y 2023, que implica un costo de operación adicional, y también una inversión extra, del orden de los US$ 300 millones».
-¿Qué ocurrirá con el uso del agua en otras divisiones, como Andina?

«Andina presentará en los próximos dos meses un plan de expansión en que su eje principal será recuperar el agua del Tranque Ovejería (el que protagonizó el último accidente ambiental), con un sistema de recirculación que significará liberar otro 32% de agua de la cordillera en el sector Andina, que implica entre US$ 400 millones y US$ 500 millones».

Sello verde: «Somos zorros correteados en este negocio; ya aprendimos el concepto»
-Haciendo un balance, ¿dónde está el foco ambiental de Codelco?

«Geográficamente, el foco ambiental está en estas minas grandes de la zona central, como Andina. Estamos en el balcón de Las Condes, en la cabecera de la cuenca del Mapocho y en la cabecera de la cuenca del Aconcagua. Eso sí que es lindo, hacer minería en estas condiciones hoy».

«Las normas actuales, que son bienvenidas y correctas, nos pillan con instalaciones muy antiguas -Codelco tiene minas de 100 años, y la más joven tiene 40 años-, en las cuales se ha invertido muy poco. Y hace 40 años este país era distinto, y esas son las mismas instalaciones que están operando».

-¿Tiene ventajas «ser verde» en la industria del cobre?

«Absolutamente. Los cátodos dejaron de ser un commodity. Antes al usuario final le importaba un carajo si lo producía la empresa A, B o Codelco en la medida en que la composición química fuera la establecida. Hoy no es así. Por la trazabilidad, el usuario final pregunta cómo se obtuvo el cátodo. Eso les importa a todos; China no recibe concentrados con cierta carga de contaminantes».

«El sello verde, que partió hace más de cinco años, llegó para quedarse, e implica cumplir las normas ambientales, laborales, tener contentas a las autoridades, darles calidad de vida a las comunidades. Y nosotros, que somos zorros correteados en este negocio, ya aprendimos el concepto, y ya lo desarrollamos».

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