Experto: inversionistas mineros no confían en el gobierno colombiano ni en cortes de energía

Abr 12, 2016

Fred McMahon, experto del Instituto Frasser de Canadá y responsable de una de las encuestas sobre minería más importantes del mundo, dice que Colombia se dirige a los últimos puestos de percepción de inversionistas del sector a nivel mundial. En la más reciente ocupó el puesto 92 de 109.

(AmericaEconomia) Fred McMahon es investigador del Instituto Frasser de Canadá, centro de pensamiento que se dedica a medir el impacto de las políticas públicas en el desarrollo económico de los países y es el encargado de realizar una de las encuestas sobre la percepción de la inversión minera más importantes del mundo.

Invitado a la Cumbre Minera, que se llevará a cabo el 21 y el 22 de abril en Cartagena, McMahon asegura que Colombia va por mal camino si quiere atraer inversión para el sector y que el problema de la regulación en el país es que no está diseñada sobre criterios científicos sino por el populismo.

Respecto a las recientes noticias de la prohibición de la actividad en páramos, cuestiona que el Gobierno esté tomando decisiones unilaterales y considera que el Ejecutivo y las cortes están perdiendo la credibilidad.

– ¿Ha cambiado la percepción que existe en el mundo sobre el impacto de la actividad minera?

Ha habido un aumento de las políticas públicas para proteger el ambiente. Sin embargo, en este momento lo que les interesa a los inversionistas es que las normas sean claras y los traten conforme a la regulación establecida. Nosotros miramos 109 jurisdicciones y Colombia quedó en el puesto 92. Los mineros sienten que no existe claridad en las normas de juego.

– ¿El aumento de las políticas públicas es un reconocimiento de que la minería es una actividad peligrosa o le atribuye esa posición a la desinformación sobre el sector, que finalmente es lo que siempre ha alegado la industria?

Una buena regulación debe estar basada en la ciencia, y el problema principal de Colombia es que la suya no está basada en el conocimiento científico sino que depende de la dinámica populista de los encargados de fijar la regulación.

– ¿Cuáles son los criterios que tiene en cuenta un inversionista para apostarle o no a una zona del mundo?

La seguridad jurídica. Por más que una empresa configure un plan estructurado, los proyectos fracasan por el activismo político. Pongo los ejemplos de Suecia y Noruega, países que son más protectores de su medioambiente que Colombia, pero que están mucho mejor calificados por los inversionistas porque allí protegen sus ecosistemas con argumentos científicos, lo que no pasa en su país.

– La Rioja (Argentina) fue considerada la zona menos atractiva del mundo para invertir en minería. ¿Por qué?

La falta de certeza en la regulación fue la principal razón y, aunque no en un nivel tan grave, Colombia va por el mismo camino.

– ¿Tratar de importar una regulación de países mejor calificados en la encuesta, teniendo en cuenta que los contextos ambientales e indígenas son diferentes, no será la causa de la inestabilidad de las normas para la industria?

Es un error pensar que Colombia tiene diferencias con Noruega o Suecia, porque allí también hay comunidades indígenas, pero aun así a los países escandinavos les fue mucho mejor en indicadores como transparencia e imperio de la ley. En su país, el 55 % respondió que los impuestos son un factor de detrimento para la inversión, pero no porque sean altos sino porque no hay certidumbre de lo que hay que pagar. De los nórdicos, que son tan conocidos por tener una carga impositiva alta, sólo el 10 % de los inversionistas dijeron que los impuestos son un problema.

– ¿Qué opina de que haya tres empresas mineras que quieran demandar al Estado colombiano por incumplir pactos de los TLC con Estados Unidos y Canadá?

A Latinoamérica le va peor que a cualquier región del mundo en términos de política minera. Me parece que son muy malas noticias, más en una coyuntura como la actual, en la que el sector minero puede aportar creando empleo o generando tributación que puede servir para programas sociales. Eso es evidente en Chile, donde esta industria ayuda económicamente al país. Lo que pasa en Colombia es que los inversionistas no confían en el Gobierno ni en las cortes.

– La prohibición de la actividad en páramos fue otro baldado de agua fría para las empresas. ¿Cuál es su lectura de esa decisión?

No conozco mucho sobre ella, pero me preguntaría dos cosas: ¿esa regulación está basada en la ciencia? ¿El Gobierno va a cambiar las reglas de manera unilateral? Eso sería muy negativo, porque los mineros tendrían desconfianza para invertir en cualquier lugar del país, pues en cualquier momento puede pasar lo mismo con otro sitio y les cambian las reglas de juego.

– ¿Cuál es su diagnóstico del sector minero con la caída de los precios de la materia prima y de la demanda china?

De cara a la caída de la demanda, es más importante aún que los gobiernos cumplan su palabra y refuercen la ley, porque las empresas ya no están en una bonanza donde se podían asumir riesgos e igual se obtenía una rentabilidad alta. Con estos precios, la política se vuelve muy importante.

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