Alberto Salas, desde Canadá: «Más que desprolijidad, la Reforma Laboral no apunta a lo que necesita el país en este momento»

Mar 9, 2016

Desde Toronto, Canadá, donde participa en una de las principales conferencias mundiales de la minería, Salas explica su posición respecto a la discusión del proyecto. Asegura que echa de menos temas de capacitación, extensiones de beneficios y la no violencia, entre otros.

(Pulso) En el PDAC, la feria de exploración minera más importante del mundo -que se desarrolla esta semana en Toronto, Canadá- participa por estos días el presidente de la Confederación de la Producción y el Comercio (CPC) y también de Sonami, Alberto Salas.

Se trata de un evento que cumple un rol de ser una plataforma para que mineros pequeños y otros más grandes promocionen sus proyectos y atraigan capital, en una actividad en la que Chile tiene un rol fundamental a nivel global. Y en ese contexto, los inversionistas miran no sólo la calidad de los prospectos sino también el país en que lo acoge, sus reglas del juego y estabilidad política.

“La inversión en términos reales requiere espacios de mucha certidumbre y un marco estable de trabajo. Cuando se hacen reformas se genera incertidumbre y eso eleva los riesgo porque no se sabe qué pasará exactamente”, advierte Salas al respecto, aludiendo, entre otros cambios normativos, a la Reforma Laboral, hoy en plena discusión parlamentaria.

Duro en sus juicios, cree que en este caso se trata de una serie de cambios que no apuntan en la dirección que necesita el país.

“Reformas que han sido desprolijas como la reforma tributa generan incertidumbre. Nosotros somos partidarios de las reformas, pero de las buenas reformas, reformas que se acoten en tiempo, que sirvan para mejorar la productividad y el empleo, y en algunas de ellas (reformas) hemos visto cierta desprolijidad que se ha traducido en los números que son públicos”, añade.

¿Ha habido desprolijidad en la Reforma Laboral?

Más que eso, la Reforma Laboral no apunta a lo que necesita el país en este momento. Nosotros lo que necesitamos hoy día es mejorar la productividad -la propia Presidenta nombró este año como el año de la productividad- y para eso necesitamos flexibilidad, hacernos cargo de las mujeres, de los jóvenes y de la gente de la tercera edad, e incorporarlos. No podemos darnos el lujo de que la mitad de las mujeres no trabajen, pudiendo aportar al desarrollo. Esta reforma sólo está focalizada en el tema sindical, siendo que el tema es mucho más rico, es más profundo e importante de lo que abarca la actual reforma.

Específicamente, ¿qué le complica del actual articulado?

A nosotros nos preocupan temas muy importantes como el reemplazo en huelga y la extensión de beneficios, que creemos son los temas principales. Hay todo un tema de capacitación que no está, (pero) diría que extensión del beneficio, el reemplazo en huelga y la no violencia son temas relevantes.

La presencia del sindicato interempresa en la negociación colectiva, ¿qué efecto podría tener?

Cada empresa tiene su particularidad y su realidad que es distinta a otras por más que sean del mismo rubro, por lo tanto no es posible hacer una negociación seria juntando distintas empresas con distintas realidades para tener una negociación. Cada empresa tiene que, con sus trabajadores, llegar a acuerdo para que eso sea bueno para las dos partes. Hay que establecer relaciones de equilibrio con los trabajadores, algo que sea bueno para los trabajadores y las empresas. Son dos caras de la misma moneda, no existe empresa sin trabajadores, y sin empresa los trabajadores no tienen donde desarrollar sus actividades. Esto es relevante, sobre todo en las pequeñas empresas que tienen realidades muy diferentes.

¿Cuál vería como el sector más afectado por la Reforma Laboral? ¿La minería?

Todos se afectan. La minería sólo ocupa el 2% de la fuerza laboral en Chile, pero el comercio, la agricultura y la construcción son intensivos en mano de obra y son actividades donde sí es relevante este factor para ser competitivos en un aporte al desarrollo del país.

¿Se encuentra equilibrada la reforma con los últimos ajustes que logró introducir la DC?

Creo que apuntan en una dirección de equilibrio, pero no la he visto en detalle. Lo estamos analizando, pero nuestra postura se la hemos comunicado tanto al Ejecutivo como al Legislativo.

En cuanto al anuncio realizado por el Gobierno sobre un ajuste fiscal, ¿fue suficiente?

Primero, nosotros lo vemos con buenos ojos porque significa hacerse cargo de una gran activo que tiene el país que son sus equilibrios macroeconómicos. Ese es un activo interno que tiene, y Chile es un país serio que recibe inversiones y financiamiento porque que tiene un equilibrio estable. Ahora, son el Gobierno y el Ministro de Hacienda los que saben exactamente el tema, y uno no tiene todos los antecedentes que tiene el Gobierno para decir cuánto es lo suficiente. Cuando el Gobierno planteó la reforma a la educación dijo que eso iba a costar US$8.000 millones y planeo inmediatamente una reforma tributaria para recaudar esos US$8.000 millones. Esto es lo mismo, hacia el otro lado. (Sin embargo) a mi me da la idea de que los ingresos, aunque ahora quizás habrán subido con el alza del cobre, disminuyen en mayor magnitud que el ajuste que se está haciendo.

¿Es una señal suficiente para la ciudadanía?

Es una señal buena en el sentido de que eso es lo que hay que hacer. Ahora, cuánto se ajusta es la segunda señal, que sea lo necesario para no entrar en un endeudamiento, en romper los equilibrios, en que el déficit fiscal no caiga, que son activos que los países miran con mucha dedicación en la radiografía y nosotros ahí somos líderes, por lo tanto hay que cuidar ese activo.

Tras el Imacec de enero, ¿cómo ven el crecimiento para este año?

Plano. No estamos haciendo nada. No hay ninguna señal que demuestre que hay una preocupación seria, de todos, por mejorar el crecimiento. Entonces, las expectativas son crecer el 2%, lo mismo que el año pasado, y eso es insuficiente para solucionar los temas de crecimiento. Hay que apuntar a buscar tasas de crecimiento y para eso hay que dejar el tema de las reformas y apuntar a lo que queremos para nuestra sociedad.

¿Desde el empresariado hay un mea culpa por la poca diversificación productiva y ser excesivamente dependiente del cobre?

Un dato. En los 70 Chile producía menos de un millón doscientas mil toneladas de cobre y representaban el 85% de todas las exportaciones de Chile. Hoy día subimos a casi seis millones, lo multiplicamos por seis, y sólo somos el 57% de las exportaciones, por lo tanto todos los demás sectores han crecido y se generaron nuevas actividades, no nos hemos dado cuenta. Eso habla bien del país. Nosotros tenemos las mayores reservas mineras del mundo y lo inteligente es ver la minería como una palanca de desarrollo. Además, la minería genera encadenamientos productivos de muchos otros servicios. Gracias a la minería somos lo que somos, no podemos dejar de pensar en la minería si queremos ser un país desarrollado.

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