(El Mercurio) Todo el gobierno, con excepción del Ministerio de Salud, deberá ajustarse este año respecto de lo que tenían previsto gastar. El ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, confirmó ayer un recorte para el presupuesto del sector público en 2016, el que llegará a $380 mil millones (unos US$ 540 millones). Ello, con el objetivo de mantener la sanidad de las finanzas públicas, en un contexto de debilidad económica y de caída del precio del cobre.
El ajuste fiscal equivale a 0,25% del PIB y es el 1% del gasto presupuestario.
Dado que se centrará en el gobierno, el recorte no es a los recursos del Congreso ni el Poder Judicial.
Tras participar la mañana de ayer en el consejo de gabinete en La Moneda, Valdés hizo el anuncio en Hacienda.
Explicó que la baja del cobre y un entorno económico más adverso están afectando los ingresos permanentes del fisco, por lo que se requiere este ajuste de gasto. «El gobierno no es ciego, no es insensible al cambio de condiciones», afirmó el ministro. Y agregó: «Lo más importante es que este es un ajuste moderado, que nos permite proteger el gasto que a la gente le importa, que es el social».
El ajuste -que estuvo en la parte baja del rango de US$ 500 millones a US$ 1.500 millones que sugerían los economistas privados- se concentrará en un 71,3% en gasto corriente. Esto incluye recortes en gastos de personal a honorarios, horas extra, compras de vehículos y gastos de representación, entre otros.
Sin embargo, también habrá un recorte en inversión pública, que representará 28,7% del ajuste total. Esto generó inquietud entre parlamentarios del oficialismo, que habían pedido no tocar la inversión este año.
Según cálculos de expertos privados tras el ajuste, la inversión pública se estancaría este año respecto de 2016 e incluso podría tener una leve caída. De hecho, Banchile inversiones proyectó en un informe una baja de 0,4%.
Valdés expondría los detalles del recorte el 21 de marzo en la Comisión Mixta de Presupuestos del Congreso. Y si bien la medida se haría por un decreto de la cartera de las finanzas públicas, algunos parlamentarios también criticaron que no se consultara antes al Parlamento.
La ley de Presupuestos 2016 consideraba un gasto total de US$ 57.539 millones, con un crecimiento de 4,4% real respecto de 2015. Debido a que el resultado efectivo del año pasado fue distinto al que se estimó, el gasto estaba creciendo 5,2% en 2016 sin el ajuste. Según el ministro Valdés, con esta medida, el crecimiento del gasto público vuelve a 4,2%.
Los supuestos
Ante la caída en el precio del cobre, Hacienda convocó en enero nuevamente al comité de expertos independientes del precio de largo plazo del metal, variable clave para determinar el gasto público. Ayer reveló que el grupo bajó su estimación -que apunta al precio promedio de los próximos 10 años- desde los US$ 2,98 la libra que había previsto en septiembre a US$ 2,57.
Usando este nuevo valor, Hacienda calculó que el déficit fiscal estructural del año pasado llegó a 1,6% del PIB (incluyendo los ingresos generados por una vez con la repatriación de capitales de la reforma tributaria). Para 2016, en tanto, dicho déficit se mantendría entre 1,4% y 1,6% del PIB. No obstante, con el recorte de gasto, este se corrige nuevamente a 1,3% del PIB, tal como se proyectó inicialmente para el año.
Crecimiento de 2%
Valdés detalló, además, que como supuesto para el ajuste se usó un crecimiento de la economía de 2% este año, mientras que en septiembre pasado el presupuesto se había hecho con una expansión del PIB de 2,75%. Asimismo, el precio promedio efectivo del cobre se bajó desde US$ 2,50 a US$ 2,15 la libra.
Para los economistas el crecimiento previsto por Hacienda, sigue siendo demasiado optimista, dado que el mercado apunta hoy a una cifra más cerca de 1,5% que de 2%. Valdés dijo que en la Comisión Mixta precisará la cifra.