(Pulso) Por sorpresa tomó a la mayoría de los directores de Pampa Calichera, Oro Blanco y Norte Grande el anuncio: Rafael Guilisasti había aceptado ser director y, también, presidente de la Cascada.
Horas antes de que se anunciara vía hecho esencial, Corfo había comunicado que el empresario había renunciado el pasado 3 de septiembre a su cargo de Consejero, debido a “la incompatibilidad absoluta que dicha representación tendría con futuras responsabilidades que asumiré en el ámbito empresarial privado”.
Justamente por ello, su elección como presidente de las sociedades a través de las cuales Julio Ponce controla SQM causó ruido, debido al litigio que Corfo mantiene con la minera no metálica por el salar de Atacama, pero también porque su nombre “calza” con el perfil que en el mercado esperaban para reemplazar a Ponce.
“Tengo la mejor opinión de Rafael Guilisasti, ojalá que marque cambios en el gobierno corporativo de las empresas, que es lo que más interesa”, destaca el presidente de AFP Cuprum, Hugo Lavados.
Miembros de la mesa de la cascada explican que el ex presidente de la CPC es justamente el nombre que representa sus exigencias: alguien independiente de los controladores, de la Cascada, de SQM y su industria. “Además tiene una vocación pública, ha ejercido cargos de representación gremial, está al centro del espectro político y por tanto puede jugar para ambos lados. Pero, sobre todo, no es alguien que esté dispuesto a manchar su nombre”, dice una fuente cercada a las sociedades.
Eso sí, las mismas fuentes reconocen el morbo que puede provocar el que hasta hace poco fuera consejero de Corfo, aunque indican que “lo correcto es que haya renunciado. Dudo que el Consejo tenga algún grado de injerencia en las decisiones del vicepresidente en el juicio contra SQM”.
El presidente de otra AFP, quien quiso mantener su nombre en reserva, asegura estar sorprendido, y que “sin duda es un buen nombre”.
Con todo, la llegada del ex presidente de la CPC se da en medio de una serie de flancos que las compañías mantienen abiertos. De hecho, la salida de Ponce – argumentando “motivos personales”- se produjo a poco de que el SII señalara que justamente Pampa Calichera, Oro Blanco y Norte Grande debían pagar US$78,2 millones en impuestos impagos por una serie de transacciones con acciones, las mismas que la SVS cuestionó en el oficio de sanción a Ponce, Aldo Motta, Roberto Guzmán Lyon, Alberto Le Blanc, Leonidas Vial, y LarrainVial y dos de sus ejecutivos.
Por otra parte, y aunque no es directamente a las sociedades, se encuentra la de financiamiento irregular de la política realizado por SQM -su único activo generador de flujos- que le costó el puesto tras más de 20 años en la firma a Patricio Contesse González. Esto sigue por la vía judicial.
Por último, está el juicio arbitral que SQM y la Corfo están llevando a cabo por la explotación del salar de Atacama. Esto pone en riesgo el contrato que inicialmente está contemplado hasta el 2030.