Constructoras defienden uso del acero chino, tras denuncia contra estas importaciones

Jul 20, 2015

Los productores acereros locales arremetieron esta semana contra el acero importado desde el gigante asiático, acusando que se vende a precios subsidiados. Además estiman que la norma chilena podría mejorarse para asegurar la calidad del material que llega.

 (El Mercurio) No es un tema nuevo para el sector de la construcción. Sin embargo, esta semana ocurrieron dos hechos que lo devolvieron a la palestra: los problemas del malogrado puente Cau Cau -que podrían deberse al uso de acero fuera de norma en sus brazos basculantes, y cuyo origen podría ser chino-, y la arremetida comunicacional de los acereros locales en contra del acero importado desde el gigante asiático.

En un inserto publicado en diarios de seis países de Latinoamérica, los productores acereros regionales acusaron que el acero chino es vendido a «precios de dumping y subsidiados», lo que, según indican, está generando cierres de plantas siderúrgicas locales y despidos de trabajadores, entre otros.

Esto en un contexto en que entre 2014 y 2015 la industria metalúrgica metalmecánica chilena ha perdido 20 mil puestos de trabajo y completados 36 meses consecutivos de caída en su actividad, según la Asociación de Industrias Metalúrgicas y Metalmecánicas (Asimet).

En el contexto internacional, China representa casi el 50% de la producción mundial de acero y su presencia ha crecido. Los acereros locales estiman que hay un «comercio desleal» y cuestionaron la calidad del acero chino, indicando que a las importaciones se les deben «exigir los mismos requerimientos que a la industria local».

Pero la arremetida de estos productores locales no es compartida por las principales constructoras usuarias.

Constructoras: Acero chino es hasta 35% más barato

Desde un año a la fecha, el precio del acero a nivel internacional, que se transa en China (así como el cobre transa en Londres), ha caído cerca de 50%, según Bloomberg. En los proyectos de casas, la incidencia del acero es del orden de un 1,5 % del presupuesto de la obra y en los edificios es del orden de un 5%, indican en Besalco.

Por tanto, el precio de este metal no es indiferente a la industria local. «Si llega acero de China o de otra parte, a precios más bajos y que cumpla con la norma, lo incorporaremos y obviamente permitirá reducir los costos de construcción por ese concepto», señala José Ignacio Tirado, gerente de construcción de Almagro, firma del holding Socovesa.

«Utilizamos el acero de construcción que tenga certificación en origen y además por los laboratorios chilenos, que certifican que cumple con la Norma Nch 204 (norma para el acero en barras para uso en hormigón). Usamos aceros chilenos, turco, español y de México», agrega José Ignacio Tirado.

La constructora Conpax sí ha utilizado acero chino en sus obras, verificando «el cumplimiento de los requerimientos técnicos», recalca Sergio Correa, gerente general corporativo de Conpax. ¿Cuán conveniente resulta? Puede tener el mismo precio que el local o llegar a ser hasta 35% más barato, dependiendo del caso, responde. «Hay otros actores que han resultado puntualmente tan económicos como el acero chino. Es el caso de acero mexicano, español o proveniente de Polonia», añade Correa.

Besalco dice que no ha usado ni comprado «aún» acero desde China, pero está de acuerdo con que se nutra la oferta con acero proveniente desde distintos países: «El mercado de la construcción se regula por costo. Mientras más proveedores para la construcción de un mismo producto existan, el precio de estos productos se regulará a la baja», señalan. No obstante, agrega que las rebajas de los costos globales de los proyectos que pueden obtener por usar aceros más baratos no son significativas, pues este material representa hasta el 5% del costo total de sus obras.

Félix Díaz, gerente general de Constructora Desco -firma que no ha usado acero chino- descarta el argumento de la mala calidad técnica de este material: «Si empresas responsables y reconocidas aseguran que han ensayado las partidas de acero y que estas cumplen con las normas chilenas, no tendría ese tipo de argumento para evitar su entrada al mercado nacional», dice. En todo caso, estima que si se prueba el dumping habría que agregar impuestos para contrarrestarlo.

La Cámara Chilena de la Construcción señala: «Como cualquier empresa, las constructoras tienen derecho a aprovechar las oportunidades que les brindan los mercados internacionales (…) De todo el acero que se utiliza en el país, no más del 15% es importado», indica Sergio Cavagnaro, gerente general del gremio constructor. Esta cifra contrasta con las que manejan los productores locales de acero, que aseguran que el 25% de las barras son importadas.

Acereros piden que Aduanas certifique los productos

Entre unos y otros tampoco hay una sola visión sobre la normativa técnica que regula estas internaciones. Alacero -que en Chile tiene como socios a CAP y Gerdau- asegura que «cuando un producto chino se importa no se exige en la aduana el certificado de calidad», según Rafael Rubio, director general de Alacero.

Sin embargo, Sergio Toro, director ejecutivo del Instituto Nacional de Normalización (INN) -el organismo encargado de elaborar las normas chilenas-, matiza. Concuerda en que es deseable mejorar la norma, pues, explica, «como la norma del país no es clara, se permite que los aceros lleguen desde afuera con certificados que vienen desde el exterior, y como esas certificaciones y esos ensayos no tienen requisitos de origen y trazabilidad, el país tiene que hacer fe de esos ensayos», señala.

No obstante, recalca que en el país existe la obligación de reensayar las barras de acero que serán utilizadas en hormigón armado, por exigencia del Ministerio de Vivienda y Urbanismo. O sea, los aceros importados que se usan en la «columna vertebral» de un edificio (el hormigón armado) se deben reensayar en Chile.

Sí reconoce que hay otros materiales de acero en los que no es obligatorio el ensayo, como los perfiles laminados en frío o caliente, planchas de acero, entre otros, «para los que no aplica esta regulación y, por lo mismo -salvo que el cliente local así lo requiera-, no existe la obligación de ensayarlo o reensayarlo a nivel nacional», precisa Toro.

Sergio Cavagnaro, de la CChC, asegura que en nuestro país sísmico, la calidad de la construcción es puesta a prueba permanentemente: «Lo que evidenciaron los terremotos de 2010 y 2014 es que ninguna edificación sufrió daños por efecto del acero que incorporan».

Una propuesta de Gerdau es exigir un certificado de trazabilidad de los aceros importados que permita al usuario conocer al importador y al fabricante del producto y «capacitar, a través de agrupaciones industriales, al personal de Aduanas para que pueda certificar el cumplimiento de las normas chilenas en aceros importados», propone Italo Ozzano, gerente general.

Consultada Aduanas, no se refirió al tema. Sin embargo, fuentes del organismo explicaron que desde 2006 hay un decreto que exige la revisión a los hormigones importados y si es que estos no cuentan con certificación desde el país de origen, realizan una declaración jurada al ingresar al país y luego deben ser certificados por laboratorios acreditados en Chile.

Estas mismas fuentes aseguran que hoy Aduanas no tiene competencias ni facultades para controlar la calidad de los productos que ingresan al país, pero que sí verifican el cumplimiento de la respectivas autorizaciones.

Acereras locales bajan producción e inversiones

CAP Acero asegura que en 2013 se vio forzada a paralizar, «al menos temporalmente», su línea de producción de aceros laminados planos, pues los aceros chinos hoy ocupan más del 75% del mercado local de esos productos. «La decisión implicó pasar a operar con uno de sus dos altos hornos, reduciendo el uso de su capacidad instalada en aproximadamente un 45%», señala Ernesto Escobar, gerente general de CAP Acero.

En una entrevista publicada por «El Mercurio», Gerdau reveló que paralizó proyectos de inversión por más de US$ 200 millones que buscaban aumentar su producción.

Productoras locales recopilan antecedentes, de cara a recurrir a la Comisión Antidistorsiones

Los acereros acusan a los productores chinos de vender a precios dumping, o sea, exportar productos a un precio más bajo que en el mercado local. Por lo mismo, solicitan la aplicación de una tasa antidumping por parte de la autoridad chilena.

Claro que las productoras locales aún no han presentado un requerimiento formal ante la Comisión Antidistorsiones -o Comisión Nacional Encargada de Investigar la Existencia de Distorsiones en el Precio de las Mercaderías Importadas-, que preside el fiscal nacional económico y que es la unidad encargada de acoger denuncias, investigar, y recomendar medidas de defensa comercial, como los derechos antidumping .

De hecho, la industria está recién recopilando información. CAP Acero dice que con la ayuda de expertos está reuniendo antecedentes sobre las importaciones de productos de acero. Indica que afectan su capacidad para competir y dice que reclamará ante la Comisión Antidistorsiones «en breve plazo» la aplicación de las medidas correctivas.

Asegura además que varios países han «contenido» la estrategia comercial de China, por la vía de la fijación de derechos compensatorios y tasas antidumping . «Muy destacable es el caso de Estados Unidos, que en el mes de diciembre 2014 fijó tasas antidumping de hasta 110% y derechos compensatorios de hasta 193% a las importaciones de alambrón chino», dice Ernesto Escobar, gerente general de CAP Acero.

Andrés Rebolledo, director de la Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales (Direcon), señala que este organismo ha sostenido reuniones con algunos representantes de los productores de acero, donde se les explicó el procedimiento ante alegaciones de Comercio Desleal.

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