Latinoamérica: confianza económica cae de la mano de la aprobación presidencial

Jun 22, 2015

Con presidentes alcanzando niveles de aprobación bajos y una creciente desconfianza en los niveles de inversión y consumo, la región cumple un primer semestre débil. Sin embargo, se mantienen expectativas favorables para 2016.

(Pulso) La creciente desaceleración en varios países de la región y principalmente en Brasil, sumada a los conflictos políticos y sociales, tienen a los consumidores descontentos y a los inversionistas con una postura de cautela ante la incertidumbre. Este proceso de desconfianza ha venido de la mano con una menor aprobación presidencial: prácticamente todos los mandatarios enfrentan caídas en su popularidad.

Los índices de confianza del consumidor han caído en la mayoría de los países. En Chile cayó a 38,3 puntos en abril de este año, desde los 52,6 puntos del mismo mes del año pasado. En Brasil la situación es similar: la confianza del consumidor cayó desde 113,9 a 98,7 puntos, en el mismo periodo del año anterior. Según explicó a Pulso, Erich Arispe, analista de Fitch Ratings, “el crecimiento ha sido decepcionante porque las políticas estaban apuntando a una divergencia de lo que se había hecho años antes”.

Por el contrario, Argentina muestra un alza desde 43,67 a 54,99 puntos, en el mismo periodo del año anterior. Según explicó Arispe, esto se debe a que “en un año electoral la expectativa de que haya un cambio de gobierno le ha dado un respiro a la economía”.

Según el último informe de Ifo Institute en conjunto con la Fundación Getulio Vargas el indicador de clima económico de América Latina, mostró una caída de 6,3%, al pasar de 80 puntos en octubre de 2014, a 75 puntos en enero de 2015.

La disminución se debe a un empeoramiento tanto de las evaluaciones sobre el estado actual de los negocios y a las expectativas para los próximos meses: el indicador de la situación actual (ISA) cayó 9,4 % y el Índice de Expectativas (IE) se redujo un 4,2%. “Todos los indicadores están en la zona de ciclo negativo y las señales de empeoramiento generales de progreso en el deterioro de la situación económica”, dice el documento.

Esta caída en la confianza de empresarios y consumidores se da con una menor popularidad de los presidentes como telón de fondo. En Perú, el presidente Ollanta Humala alcanzó un 17% de aprobación, en gran parte debido a los casos de corrupción en los que se le vincula. Algo similar ocurre en Brasil, donde la presidenta Dilma Rousseff, tiene una aprobación de 12% y donde cerca de 60% de la población quiere que la presidenta deje el cargo. Esto producto de las convulsiones que ha provocado la recesión que vive Brasil, sumado a los escándalos de corrupción donde la presidenta se ha visto involucrada. La presidenta Michelle Bachelet también enfrenta su peor evaluación, con 29% de aprobación, mientras Nicolás Maduro volvió a caer en las encuestas hasta 25,8%.

Sin embargo, no todo parece ser negativo en la región. Presidentes como Rafael Correa, en Ecuador y Evo Morales, en Bolivia, tienen los niveles más altos de aprobación, alcanzando un 55% y 73%, respectivamente.

Pese al pesimismo que rodea a la región, según Arispe, “la región está en líneas generales respondiendo de la manera esperada, dada la capacidad contra cíclica para aminorar los efectos negativos de la baja de los precios de las materias primas”.

Asimismo señala que no se puede hablar de una crisis generalizada, dado que hay países que se alejan de esa realidad. “Vemos que hay países que tienen mayores y menores retos, pero no hablamos de una crisis generalizada de América Latina”. Por otro lado plantea que “el desafío que enfrenta hoy la región está ligado con el efecto de la normalización de la política monetaria en EEUU, lo que ha hecho que exista una volatilidad importante”.

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