(El Mercurio) Revirtiendo la cifra positiva que había alcanzado en el último trimestre de 2014 la inversión -medida como formación de capital fijo- registró una caída de 1,7% en enero-marzo, en comparación a igual período del año pasado.
Con excepción del cuarto trimestre de 2014, la inversión muestra una caída constante desde el tercer trimestre de 2013.
La última caída está asociada al menor gasto en maquinaria y equipos que no pudo ser compensado por la mayor inversión en construcción y obras, de acuerdo al reporte de cuentas nacionales del Banco Central.
En el período febrero-abril, con cifras ajustadas por estacionalidad, las importaciones de bienes de capital experimentaron una caída de 4,4% lo que muestra que la inversión sigue contrayéndose, aunque a cifras menores, señala en su informe de mayo el investigador asociado del Centro de Estudios Públicos (CEP) y ex presidente del Banco Central, Vittorio Corbo. «Esta dinámica refleja la importante debilidad que aún persiste en la inversión, pese a que se observan mejoras en el margen», dice Corbo.
Las proyecciones de la consultora Forecast apuntan a una caída de 2,5% de la inversión en 2015, con una expansión de 2,4% en el Producto Interno Bruto (PIB). De ahí que las cifras de cuentas nacionales no les causaron sorpresa. Ángel Cabrera, socio de la entidad, atribuye esta tendencia a un marcado deterioro de las expectativas y las perspectivas de largo plazo de la economía chilena.
Este deterioro lo asocia a factores como el impacto de la reforma tributaria y del proyecto de reforma laboral; un entorno externo que se torna menos favorable; y la paralización de proyectos por trabas administrativo-jurídicas y de grupos de presión.
La reforma laboral y luego el anuncio sobre el proceso constituyente que hizo la Presidenta Bachelet repercutieron en una vuelta de las expectativas a la baja, sostiene Alejandro Alarcón, académico de la Universidad de Chile. Su percepción es que esto tiene que ver con variables políticas y no variables económicas. Con todo, proyecta que la inversión crecerá solo este año un 2% en lo que incidirá el sector servicios, que actualmente es el más dinámico y también el sector agroindustrial por el tipo de cambio y una mayor demanda externa que llevará a generar mayor capacidad productiva. Eso sí, advierte que el proceso será lento a contar del segundo trimestre.
Para el segundo trimestre, el economista jefe del Banco Penta, Matías Madrid, estima una caída de 0,5% en la inversión. «Nuestra proyección es que la inversión terminará el año en terreno positivo con una variación de 0,8% que es prácticamente de nulo crecimiento, pero con un ritmo creciente en lo que resta del año», dice Madrid.
Una expansión de 2,4% registró el PIB en el primer trimestre del año, en comparación con enero-marzo de 2014, destacando la contribución de la agricultura, minería y servicios, según el reporte de cuentas nacionales del Banco Central.
El resultado superó la cifra parcial de 2,2% que arrojaba el Imacec acumulado, tras corregirse las cifras de enero y febrero, y muestra un leve repunte respecto al tercer y cuarto trimestre del año pasado, cuya expansión en doce meses fue de 1% y 1,8%.
Las actividades observaron un aumento generalizado, a excepción de la industria manufacturera, que anotó una baja de 0,6%, debido a caídas en la industria alimentaria y la rama de combustibles, y pesca, con un retroceso de 13,5%, por una caída de la pesca extractiva de sardinas.
La actividad agropecuario-silvícola creció 8,5% liderada por la fruticultura y en menor medida por agricultura y ganadería. La producción minera aumentó 3,3%, principalmente por un mejor desempeño de la minería del cobre. El sector comunicaciones aumentó 9,4%, destacando el desempeño de los servicios de telefonía móvil asociados a internet.
Impulsado por los servicios conexos de carreteras y agencias de naves, el sector transporte tuvo un aumento de 1,3%, mientras que los servicios empresariales y personales se incrementaron en 1,6%, destacando las actividades jurídicas, de contabilidad y gestión y la contribución de las actividades inmobiliarias en menor medida.
La construcción creció 2%, por el mejor desempeño de la edificación, en línea con indicadores sectoriales tales como permisos de edificación, ventas de proveedores y despachos de hormigón y cemento. Con un alza de 0,1%, el sector comercio se mantuvo invariable, con alza en las ventas minoristas y caída en las ventas mayoristas y de automóviles.
El sector electricidad, gas y agua (EGA) creció 1,5%, con un mayor aporte de la actividad eléctrica y en menor medida de gas y agua.