La Sociedad Geológica de Chile planteó la necesidad de modernizar el Ministerio de Minería y transformarlo en el Ministerio de Geología y Minería, creando bajo su dependencia una Subsecretaría de Geología -de forma análoga a la Subsecretaría de Minería- la cual tendría la misión de garantizar el óptimo funcionamiento del Servicio Nacional de Geología (hoy Sernageomin) y de asesorar a todos los ministerios que requieren información geológica, tales como Interior, Energía, Vivienda y Urbanismo, Obras Públicas, Medio Ambiente, entre otros.
A través de una declaración pública, la entidad consideró necesario dotar al país de un Servicio Geológico Nacional moderno «que pueda continuar y reforzar las tareas que hoy hace el Sernageomin». Según la organización, sus tareas deben considerar, entre otras: el reforzamiento de los levantamientos geológicos, tanto en tierra como en el mar ; la generación de mapas apropiados y oportunos para el ordenamiento territorial que apoyen la mitigación de los peligros naturales y la realización de estudios de impacto ambiental; continuar con el monitoreo volcánico; asumir la gestión y operación del Centro Sismológico Nacional, actualmente a cargo de la Universidad de Chile; brindar asesoría científica y técnica a la Onemi; diseñar e implementar políticas que permitan asegurar la generación de conocimiento geológico, su aplicación y divulgación, y garantizar que este conocimiento sea utilizado efectivamente por las autoridades encargadas de la toma de decisiones políticas relacionadas con estas temáticas; disponer de oficinas regionales que cuenten con equipos profesionales y técnicos apropiados; actuar como contraparte técnica y revisora de proyectos que generen potenciales impactos en la población; compilar y centralizar la información geológica producida por empresas mineras en el país; y desarrollar actividades de educación y divulgación de las Geociencias para la población.
«En un país como Chile, que tiene una naturaleza tan pródiga en recursos naturales y que, a la vez, puede ser tan destructiva, estos aspectos adquieren una relevancia muy particular, especialmente si una de las metas que se propone es cruzar el umbral del desarrollo en 2020», sostuvo la Sociedad Geológica de Chile, haciendo ver que la comunidad geocientífica cuenta con las competencias necesarias para afrontar los desafíos que las situaciones de catástrofe natural imponen al país.
«Estamos convencidos que con determinados estudios y la aplicación de las recomendaciones resultantes, se podrían evitar las enormes pérdidas materiales y en vidas humanas, como las producidas en las catástrofes recientes en el norte del país o en el último gran terremoto ocurrido en febrero de 2010», manifestó la entidad, expresando asimismo su sorpresa al observar cómo se van poblando y construyendo las áreas aledañas a las costas y a los cursos fluviales, «cuando no está muy lejano el recuerdo de anteriores tsunamis y aluviones».
La declaración completa la puede leer aquí.